Rige la ley marcial en varias zonas de Birmania y la junta militar intensifica la represión tras el golpe de Estado del 1 de febrero. Según una organización birmana, al menos 217 manifestantes han sido asesinados y hay más de dos mil detenidos o demorados desde el inicio del golpe. Las autoridades han interrumpido los servicios de comunicación, gran parte del país se encuentra sin Internet y los periódicos independientes han dejado de publicarse. En este contexto, continúan las manifestaciones de protesta en todo el país. A pesar de las críticas de la comunidad internacional, el ejército birmano está endureciendo su control del poder. El pueblo continúa protestando incluso frente a los riesgos de detención, brutalidad policial y muerte, dice Wai Hnin Pwint Thon, activista birmana por los derechos humanos miembro de Burma Campaign UK e hija del histórico disidente birmano Mya Aye. “La gente sigue saliendo a la calle a manifestar por la democracia y el respeto de los derechos humanos, porque no queremos vivir bajo otra dictadura militar”.
Para conocer más sobre este tema, vea la conversación que mantuvimos con Wai Hnin Pwint Thon.