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En su primera entrevista televisiva, hablamos con Emily Wilder, la joven periodista de Associated Press (AP) despedida luego de una campaña de difamación en su contra de parte de sectores republicanos que la agredieron por su activismo a favor del pueblo palestino cuando era estudiante universitaria. Wilder es judía y, hasta su graduación en 2020, participó en las organizaciones Students for Justice in Palestine y Jewish Voice for Peace en la Universidad de Stanford. Llevaba dos semanas trabajando en la agencia de noticias AP cuando un grupo republicano de la Universidad Stanford llamó la atención sobre algunas de las publicaciones antiguas de la joven en redes sociales, lo que provocó una histeria conservadora. Poco después, AP anunció el despido de Wilder por violaciones a su política de redes sociales, sin especificar cuales. “Menos de 48 horas después de que este grupo republicano de la Universidad Stanford comenzara a publicar cosas sobre mí, me despidieron”, dice Wilder. “No me explicaron qué política de redes sociales había violado”. Más de cien periodistas de AP firmaron una carta abierta dirigida a la gerencia de la agencia, en protesta por la decisión de despedir a Wilder. Su despido sucedió pocos días después de que Israel derribara el edificio que albergaba las oficinas de AP y otros medios de comunicación en Gaza. La profesora de periodismo Janine Zacharia, exjefa de la redacción del periódico The Washington Post en Jerusalén que fue docente de Wilder en Stanford, dice que el episodio es un ejemplo de la presión que enfrentan los medios en la cobertura periodística de Medio Oriente. “Soy muy consciente, quizás más que la mayoría de la gente, de la susceptibilidad que hay sobre la cuestión del sesgo en la cobertura del conflicto”, sostiene Zacharia. “En este caso no fue un problema de sesgo”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Emily Wilder y Janine Zacharia.
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