Hablamos con Mansoor Adayfi, que estuvo 14 años preso en la cárcel militar de la bahía de Guantánamo sin cargos en su contra. Adayfi detalla ese calvario en su biografía “Don’t Forget Us Here: Lost and Found at Guantánamo” (No se olviden de los que estamos aquí. Perdidos y encontrados en Guantánamo) de reciente publicación. Tenía 18 años cuando salió de su casa en Yemen para hacer un trabajo de investigación en Afganistán. Allí fue secuestrado por caudillos afganos que lo vendieron a la CIA tras los atentados del 11-S. Adayfi cuenta que fue brutalmente torturado en Afganistán antes de ser trasladado a Guantánamo en 2002. Sobrevivió años de violencia en Guantánamo, donde solo se lo conocía como el detenido N° 441. En 2016 fue liberado y trasladado contra su voluntad a Serbia. Actualmente trabaja como coordinador del Proyecto Guantánamo de CAGE, una organización que defiende a las víctimas de la guerra contra el terrorismo. “El propósito de Guantánamo nunca fue garantizar la seguridad de la gente estadounidense”, afirma Adayfi, quien describe ese lugar como un “agujero negro” sin ninguna protección legal. “El sistema fue diseñado para hacernos olvidar quiénes éramos. Hasta los nombres nos quitaron”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Mansoor Adayfi.