Habitantes del barrio Ironbound de la ciudad de Newark, Nueva Jersey, están pidiendo al gobernador Phil Murphy que detenga los planes para construir una planta de energía a gas de 180 millones de dólares que podría empeorar la mala calidad del aire local y exacerbar la crisis climática. Mientras la Comisión de Alcantarillado de Passaic Valley está por aprobar el inicio de la construcción para el jueves 13 de enero, activistas y residentes de este barrio, mayoritariamente negro y latino, instan al gobernador a hacer cumplir la ley de justicia ambiental que aprobó el año pasado. “Si no sentamos un buen precedente en Nueva Jersey, ¿cómo repercutirá eso en otras partes del país y en otros estados que están tratando de aprobar leyes similares?”, señala María López-Nuñez, miembro del Consejo Asesor de Justicia Ambiental de la Casa Blanca.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con María López-Nuñez.