El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conmemoró el primer aniversario de la insurrección del 6 de enero criticando a su predecesor Donald Trump por incitar a sus partidarios a atacar el Capitolio de Washington D.C. con el fin de revocar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020. En un discurso pronunciado desde el Salón de las Estatuas del Congreso de Estados Unidos, Biden acusó a Trump de difundir una “red de mentiras” y afirmó que el expresidente, a quien no nombró, está colocando un “puñal en la garganta de la democracia estadounidense”.
Presidente Joe Biden: “Por primera vez en nuestra historia, un presidente no solo perdió las elecciones, sino que también trató de evitar el traspaso pacífico del poder [incitando] a grupos violentos a irrumpir en el Capitolio. Pero no tuvieron éxito. Fallaron. En este día conmemorativo, debemos asegurarnos de que nunca jamás vuelva a suceder un ataque de ese tipo”.
En el recinto de la Cámara de Representantes, la presidenta de dicha cámara, Nancy Pelosi, ordenó un minuto de silencio antes de iniciar la ceremonia conmemorativa del aniversario del asalto al Capitolio. Solo dos republicanos participaron en el acto de recuerdo: la congresista Liz Cheney del estado de Wyoming, y su padre, el exvicepresidente Dick Cheney.
La Organización Mundial de la Salud señala que los Gobiernos registraron un récord de 9,5 millones de casos de coronavirus en todo el mundo la semana pasada, lo que constituye un aumento del 71% con respecto a la semana anterior. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, confirmó este jueves los informes que indican que la variante ómicron, de rápida propagación, tiene menos probabilidades de producir cuadros graves de coronavirus, pero advirtió que no debe clasificarse como una variante de síntomas “leves”.
Tedros Adhanom Ghebreyesus: “Al igual que las variantes anteriores, ómicron está provocando muertes y hospitalizaciones. De hecho, el tsunami de nuevos casos de coronavirus es tan grande y rápido que está sobrepasando la capacidad de los sistemas de salud de todo el mundo”.
La cifra oficial de muertes por COVID-19 en México está por superar las 300.000. Esa constituye la quinta cifra de muertes más alta a nivel mundial, aunque los expertos en enfermedades estiman que la cifra real de muertes en México es significativamente mayor debido a fallas en las pruebas de detección y en los registros.
India reportó más de 117.000 casos de coronavirus este viernes, la mayor cantidad registrada en ese país desde principios de junio, y la variante ómicron se propaga rápidamente en áreas urbanas.
El Gobierno británico ha desplegado 200 militares en hospitales de Londres debido a la escasez de personal sanitario ante el aumento de casos de COVID-19 en esa ciudad. En Francia, los legisladores aprobaron un proyecto de ley que requiere que todas las personas mayores de 16 años deben mostrar un “pase de vacunación” para ingresar a espacios públicos. El presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó el jueves la autorización gubernamental para administrar la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer a menores de entre 5 y 11 años de edad e insistió en que no permitirá que su hija de 11 años sea vacunada.
Presidente Jair Bolsonaro: “¿Alguien conoce a algún niño de entre 5 y 11 años que haya muerto a causa de la COVID-19? Yo no”.
Un estudio realizado por la organización de salud pública Vital Strategies concluyó que hasta el verano de 2021 casi 3.000 niños de 10 años o menos habían fallecido por coronavirus en Brasil. Mientras tanto, Chile anunció el jueves que comenzará a aplicar una cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19, por lo que se convertirá en el primer país de América Latina en ofrecer una segunda dosis de refuerzo a su población.
El presidente autoritario de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, ordenó a los militares reprimir las protestas generalizadas que se están llevando a cabo en el país y “disparar sin previo aviso” a los manifestantes. El presidente kasajo ha rechazado los llamamientos para mantener conversaciones con los manifestantes, a quienes llamó “criminales y asesinos”. Según el Ministerio del Interior de Kazajistán, 44 personas, incluidos 18 policías, han muerto durante actos violentos recientes. El presidente Tokayev también agradeció al presidente ruso, Vladimir Putin, por enviar tropas de apoyo. La mortal represión se produce en respuesta a lo que comenzó como manifestaciones contra el aumento de los precios del combustible y derivó en protestas antigubernamentales generalizadas. El jueves, un portavoz de la ONU pidió a las fuerzas de seguridad kasajas que respeten los derechos de los manifestantes.
Stéphane Dujarric: “Lo importante es que las fuerzas de seguridad, ya sean kazajas o no, deben respetar los mismos estándares de derechos humanos, que implican mostrar moderación y proteger los derechos de las personas a manifestarse pacíficamente”.
La ONU afirma que tres refugiados eritreos, incluidos dos menores, murieron luego de que un ataque aéreo alcanzara este miércoles un campo de refugiados en la región norteña de Tigray en Etiopía. El organismo no indicó quién fue el responsable del ataque, pero las fuerzas armadas etíopes son las únicas que tienen capacidad bélica aérea en esa región. El Gobierno de Etiopía ha negado repetidas veces haber atacado a civiles durante la guerra que está llevando a cabo en Tigray y que ya lleva 14 meses de duración. Trabajadores humanitarios y testigos afirman que al menos 146 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas en ataques aéreos ocurridos en Tigray desde mediados de octubre.
En los territorios ocupados de Cisjordania, las fuerzas armadas israelíes mataron a disparos a Bakeer Mohammad Hashash, un palestino de 21 años, durante una incursión llevada a cabo este jueves en el campamento de refugiados de Balata, cerca de la ciudad de Nablus. Horas más tarde, un colono israelí atropelló con su automóvil a Mustafa Falaneh, otro ciudadano palestino de 25 años, cerca de un control de seguridad, lo que le provocó la muerte. Mientras tanto, manifestantes israelíes de extrema derecha atacaron a un reportero gráfico palestino frente a un hospital situado cerca de la ciudad de Tel Aviv. Los atacantes protestaban por la liberación de Hisham Abu Hawash, un palestino que recientemente puso fin a su huelga de hambre de 141 días tras ser liberado de lo que se conoce como “detención administrativa”, por la que estaba retenido sin ser sometido a juicio y sin ningún cargo en su contra.
En Haití, presuntos miembros de un grupo criminal mataron este jueves a dos periodistas en las afueras de la ciudad de Puerto Príncipe. Los reporteros se encontraban en ese lugar para entrevistar al líder de un grupo criminal rival. Un tercer periodista que los acompañaba logró escapar del brutal ataque. La policía identificó a las víctimas como Wilguens Louissaint, un reportero local, y Amady John Wesley, un periodista que trabajaba para la estación de radio canadiense Écoute FM. Los asesinatos se producen en medio del agravamiento de la situación de seguridad en Haití, seis meses después del asesinato del presidente Jovenel Moïse. A principios de esta semana, Estados Unidos arrestó y presentó cargos contra el ciudadano colombiano Mario Palacios por su presunta participación en el asesinato de Moïse.
El director de la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos ha presentado su renuncia tras los crecientes problemas de la agencia en relación con el manejo de la pandemia. Michael Carvajal fue designado para el cargo en febrero de 2020 por el fiscal general del Gobierno de Trump, Bill Barr. Alrededor de un tercio de los presos federales han dado positivo por coronavirus y al menos 275 han muerto a causa de la enfermedad. El mandato de Carvajal también estuvo marcado por informes de abusos graves y conducta indebida que involucraban a los funcionarios penitenciarios. Una investigación de la agencia de noticias Associated Press concluyó que más de 100 funcionarios que trabajan en las prisiones federales han sido arrestados y condenados por diversos delitos desde principios de 2019, incluido un director de prisión acusado de abuso sexual y otro acusado de asesinato.
En la ciudad estadounidense de Búfalo, en el estado de Nueva York, los trabajadores recién sindicalizados de la cadena Starbucks abandonaron este miércoles sus puestos de trabajo, alegando preocupaciones de seguridad por la escasez de personal y otras carencias relacionadas con la actual ola de casos de coronavirus. El sindicato Starbucks Workers United declaró al respecto: “La compañía ha vuelto a demostrar que sigue priorizando las ganancias antes que el bienestar de las personas”.
En otras noticias laborales, un grupo de sindicatos del personal de enfermería y la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales están exigiendo que el Gobierno federal promulgue normas de carácter permanente para garantizar la seguridad en el lugar de trabajo, unos dos años después del inicio de la pandemia de la COVID-19. El grupo de sindicatos señala que todos los trabajadores de la salud que se encuentran en la primera línea de batalla contra la pandemia deben contar con “equipos de protección personal, un sistema de notificación de exposiciones, sistemas de ventilación y otras medidas fundamentales para salvar vidas”. El sindicato de enfermería National Nurses United expresó: “Ir a trabajar no debe significar poner en peligro la propia vida y la de los seres queridos”.
En Estados Unidos, en el estado de Pensilvania, dos activistas fueron arrestados cuando obstruían las obras de construcción del gasoducto Mariner East en el condado de Chester. El gasoducto para gas extraído mediante “fracking” está siendo construido por la petrolera Sunoco, propiedad de la empresa Energy Transfer Partners, y pone en riesgo el ecosistema del lago Marsh Creek, una fuente de agua potable que abastece a 1,75 millones de personas. Estos gases tóxicos se exportan para fabricar plásticos en el extranjero. El gasoducto ya ha causado grandes derrames en el lago March Creek, lo que ha dado lugar a decenas de cargos penales contra Energy Transfer Partners.
En el estado de Minesota, tres expolicías de la ciudad de Mineápolis acusados de violar derechos civiles federales en el asesinato de George Floyd serán sometidos a juicio el 20 de enero. Los oficiales Thomas Lane, J. Alexander Kueng y Tou Thao no tomaron ninguna acción mientras observaban cómo Derek Chauvin presionaba su rodilla contra el cuello de Floyd durante más de nueve minutos y le ocasionaba su muerte. Los tres agentes enfrentan cargos de complicidad e incitación al asesinato y homicidio involuntario en un juicio independiente que se iniciará en marzo en un tribunal del condado de Hennepin.
Mel Reeves, el periodista y activista por los derechos civiles de la ciudad de Mineápolis, murió el jueves debido a complicaciones relacionadas con la COVID-19. Tenía 64 años de edad. Reeves era editor de Minnesota Spokesman-Recorder, el periódico de la comunidad afroestadounidense más antiguo del estado de Minesota. En abril de 2021, Democracy Now! habló con Reeves mientras comenzaba el juicio contra Derek Chauvin por el asesinato de George Floyd.
Mel Reeves: “No soy solamente un escritor y periodista. Soy activista. He estado en la primera línea de lucha contra la violencia policial. De hecho, no estoy de acuerdo con la gente que dice que la lucha [que se desató luego del asesinato de George Floyd] fue solo una lucha por la justicia racial. Fue una lucha por la justicia y para que la policía rinda cuenta de sus actos ante la ley. […] Parte [de la lucha] fue impulsada por el hecho de que la policía de Mineápolis y St. Paul no ha cambiado su comportamiento”.
Mel Reeves no estaba vacunado contra el coronavirus y murió después de pelear varias semanas contra la enfermedad. En diciembre, Reeves habló desde su cama de hospital, instando a la gente a vacunarse. Le sobreviven su hijo y cinco nietos.