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El jueves 17 de noviembre, el activista egipcio-británico de derechos humanos Alaa Abd El-Fattah, preso en Egipto, recibió la primera visita de su familia desde que puso fin a su huelga de hambre y agua. Según sus familiares, el activista interrumpió dicha medida de protesta luego de colapsar en la ducha de la prisión la semana pasada. El-Fattah había intensificado su huelga de hambre el primer día de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático en Sharm el-Sheikh para llamar la atención internacional sobre las violaciones de derechos humanos que se viven en el país y protestar por su encarcelamiento aparentemente indefinido. Desde El Cairo se comunica con Democracy Now! Ahdaf Soueif, tía de El-Fattah, que participó de la visita y dice que su sobrino podría reanudar la huelga de hambre si el Gobierno británico no exige su liberación de manera más enérgica. “Realmente me rompe el corazón pensar que puede volver a entrar en la huelga de hambre estando tan delgado y débil” pero, gracias a esa huelga de hambre y el impulso que dio a la campaña por su liberación, en este momento “a nadie le cabe la menor duda de que Alaa debería estar libre”, afirma Soueif.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Ahdaf Soueif.