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En sus últimas semanas en el cargo, el gobernador republicano saliente de Arizona, Doug Ducey, está gastando casi 100 millones de dólares para erigir un muro a lo largo del límite sur del estado, que hace frontera con México. Se trata de un muro fronterizo provisorio, hecho de contenedores y alambre de cuchillas, que Ducey ha descrito como un esfuerzo para completar el muro fronterizo del ex presidente Donald Trump. Sin embargo, los contenedores se están colocando en tierras federales y tribales sin autorización. Además, manifestantes que han tratado de impedir su construcción, advierten que el muro está destruyendo la valiosa biodiversidad del desierto y está obligando a los solicitantes de asilo a tomar rutas aún más peligrosas a lo largo de la frontera para buscar refugio en Estados Unidos. Por otro lado, no está claro qué hará con el muro de contenedores la gobernadora demócrata electa, Katie Hobbs, cuando asuma el cargo. “Es bastante sorprendente que no haya habido ninguna respuesta de las fuerzas del orden” a nivel federal, señala Myles Traphagen, coordinador del programa de tierras fronterizas de la organización ecologista Wildlands Network. “¿Por qué no están movilizando a la policía federal en respuesta a este flagrante desprecio por la ley?”. También hablamos con Alejandra Gómez, directora ejecutiva de la organización Living United for Change in Arizona- LUCHA Arizona. Gómez cuenta que las comunidades inmigrantes de Arizona están respondiendo con ayuda y compasión a pesar del modo en que Ducey y otros republicanos “alimentan el odio contra la gente migrante”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Myles Traphagen y Alejandra Gómez.