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Alabama se ha convertido en el primer estado de EE.UU. en el que brindar tratamientos médicos de adecuación de género a menores transgénero constituye un delito grave. El domingo 8 de mayo entró en vigencia una ley que prohíbe el uso de hormonas y bloqueadores puberales, que pueden salvarles la vida a niños, niñas y adolescentes trans. El personal médico y cualquier otra persona que viole la ley podría recibir hasta diez años de cárcel. Esta ley de Alabama constituye el ataque más reciente de una creciente serie de agresiones contra las personas LGBTQ desde sectores conservadores en Estados Unidos. “Todo esto está sucediendo en un contexto de criminalización del aborto y supresión masiva de derechos electorales en todo el país”, afirma el abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles Chase Strangio, subdirector de justicia trans del Proyecto LGBTQ & HIV de la organización. “Son cuestiones que están interconectadas, que están generando caos y provocando miedo a personas, familias y comunidades”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Chase Strangio.