En Estados Unidos, millones de personas embarazadas han perdido el acceso al aborto en su estado de residencia desde que la Corte Suprema anulara el fallo del caso Roe contra Wade que garantizaba la legalidad de dicho servicio médico a nivel federal. Las “leyes de activación” contra el aborto entraron en vigencia en numerosos estados de todo el país, entre ellos Texas, donde a partir del 25 de agosto realizar un aborto se convirtió en un delito por el que se puede recibir hasta una condena a cadena perpetua. Conversamos con el Dr. Bhavik Kumar, un médico de Texas que realiza abortos, y con Mini Timmaraju, presidenta de la organización por el derecho a decidir NARAL Pro-Choice America, sobre cómo el personal médico se está manejando en el plano legal tras la anulación del fallo del caso Roe contra Wade. “Lo que he visto en los últimos siete años de práctica en la atención de abortos en Texas es que la política se ha metido en mi consultorio, en mi centro de salud. Permea todo lo que hago como trabajador de la salud”, afirma Kumar. Además agrega que los sectores políticos conservadores están atacando el aborto y la atención médica a personas trans con tácticas similares. Por su parte, Timmaraju sostiene que incluso las leyes contra el aborto que permiten esta práctica en circunstancias extremas ponen en riesgo la autonomía corporal porque dejan la vida de una persona en manos de un panel de jueces o del personal del hospital. “Es una forma absolutamente intolerable de gestionar la salud reproductiva en este país”, dice.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Bhavik Kumar y Mini Timmaraju.
Inicio