La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, partió de Taiwán luego de mantener una serie de reuniones de alto nivel con la presidenta de Taiwán y varios legisladores pro-democracia. La visita de Pelosi la convirtió en la funcionaria estadounidense de más alto rango en visitar Taiwán en 25 años y avivó las tensiones con China, lo que llevó a la nación asiática a anunciar que llevará a cabo nuevos ejercicios militares aéreos y navales, así como pruebas con munición real de largo alcance en seis áreas alrededor de Taiwán a partir del jueves. Michael Swaine, del Instituto Quincy, sostiene que el presidente Biden debería haber hecho más para evitar la visita y mantener el apoyo al principio de “Una sola China” y advierte que el viaje de Pelosi es una “violación básica del entendimiento que Estados Unidos y China alcanzaron en el momento de la normalización de sus relaciones diplomáticas”. El periodista taiwanés-estadounidense Brian Hioe discrepa con las afirmaciones de Swaine y sostiene que los progresistas deberían centrarse más en los deseos de los taiwaneses que en tratar de satisfacer los caprichos de las dos potencias imperiales, Estados Unidos y China. Hioe añade que la escalada militar de China en represalia por la visita de Pelosi no significa una amenaza para el pueblo de Taiwán. “No podemos actuar como progresistas o personas de izquierda desde la perspectiva de un mundo bipolar, sin tener en cuenta la existencia de ninguna otra fuerza”, dice Hioe.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Michael Swaine y Brian Hioe.
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