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La población de East Palestine, Ohio, continúa exigiendo respuestas sobre el desastre provocado por el tren de la empresa Norfolk Southern que transportaba productos químicos tóxicos y descarriló el 3 de febrero liberando materiales peligrosos en el aire, el agua y el suelo. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte publicó un informe preliminar sobre el siniestro que señala que el tren descarriló por el sobrecalentamiento de un eje y que se trató de un evento “100% prevenible”. El jueves 23 de febrero, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, quien ha recibido fuertes críticas por su respuesta al desastre, visitó East Palestine por primera vez desde el descarrilamiento, un día después del viaje del expresidente Trump a la zona afectada. Hablamos del tema con Emily Wright, quien vive a pocos kilometros del sitio del descarrilamiento y es directora de desarrollo de la organización River Valley Organizing; Gregory Hynes, director nacional del área legislativa de SMART, la Asociación Internacional de Trabajadores de la Chapa, el Aire, el Ferrocarril y el Transporte; y el periodista Topher Sanders, que en su más reciente nota para el medio ProPublica detalla cómo es la política de la empresa Norfolk Southern que permite a ciertos funcionarios ordenar a las tripulaciones de trenes que ignoren las alertas de seguridad.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Emily Wright, Gregory Hynes y Topher Sanders.