“Queremos que nos traten como seres humanos”: Solicitantes de asilo venezolanos desalojados de un hotel en Nueva York reclaman acceso a vivienda y permisos de trabajo

Original en Español03 de febrero de 2023
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Esta semana, la policía de la ciudad de Nueva York desalojó a solicitantes de asilo que mantenían un campamento fuera del hotel Watson para protestar contra el intento de trasladarles a una instalación alejada del centro de la ciudad, sobrepoblada y sin la calefacción adecuada. El alcalde Eric Adams sugirió que las manifestaciones eran llevadas a cabo por “agitadores” y no por los propios migrantes. Hablamos con un solicitante de asilo venezolano llamado Rubén, que fue desalojado del hotel, y con Desiree Joy Frías, activista comunitaria de la organización South Bronx Mutual Aid, que viene trabajando intensamente para dar apoyo a los y las solicitantes de asilo que llegan a la ciudad.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org. El informativo de guerra y paz, soy Amy Goodman con Juan González. Más de 40.000 solicitantes de asilo han llegado a la ciudad de Nueva York en los últimos 10 meses, muchos de ellos trasladados en buses contra su voluntad. Pasamos a examinar cómo muchos de estos migrantes están ahora suplicando que las autoridades les proporcionen viviendas dignas y permanentes, y permisos de trabajo para ganarse la vida.

Las autoridades de la ciudad dicen que han abierto 77 refugios de emergencia y cuatro centros de ayuda humanitaria. Pero esta semana, decenas de migrantes han estado durmiendo en la acera frente al hotel Watson, donde vivieron durante semanas, hasta que los funcionarios de la ciudad los desalojaron repentinamente durante el fin de semana pasado para trasladarlos a un depósito alejado del centro de la ciudad que tiene mil catres, uno pegado al otro. Labrador, un solicitante de asilo venezolano que fue desalojado del hotel Watson, habló con nosotros mientras mostraba en su teléfono una imagen del nuevo refugio.

LABRADOR: Parece una cárcel. ¿Qué es eso? (señalando el teléfono). Claro, se gastan un millón de dólares en los programas para inmigrantes, ¿pero nos hacen esto? ¿Qué es eso? (señalando el teléfono). Esto no está bien.

AMY GOODMAN: El depósito está en una terminal de cruceros en el barrio de Red Hook, en Brooklyn. Algunos de los solicitantes de asilo que accedieron a realizar una visita a las instalaciones con las autoridades de la ciudad confirmaron que el depósito está demasiado aislado, carece de privacidad y no cuenta con calefacción adecuada.

El lunes, las reporteras de Democracy Now! María Taracena y Sonyi Lopez presenciaron cómo la policía bloqueó el acceso al hotel Watson y obligó a varios solicitantes de asilo a subir a autobuses para ser llevados al nuevo refugio, mientras que otros se negaron a ser trasladados. Estas fueron las palabras expresadas por Ximena Bustamante, activista de una red de ayuda mutua y fundadora del Fondo de Mujeres Indocumentadas.

XIMENA BUSTAMANTE: Muchos de ellos ya tienen trabajos en la zona y han construido una comunidad aquí. […] Y, en realidad, no se los puede desalojar por la fuerza, porque en Nueva York existe el derecho a la vivienda. Sin embargo, han llamado a la policía para intimidarlos y ellos se han mantenido firmes. Están acampando afuera.

AMY GOODMAN: Un grupo de migrantes compartió un vídeo exclusivo con Democracy Now!, en el que una trabajadora del hotel Watson dice que la ciudad no les está dando otras opciones y que el hotel tuvo que ser vaciado para llevar a cabo una construcción.

MIEMBRO DEL PERSONAL DEL HOTEL WATSON: Ya no nos están dando más opciones. Quieren todo vacío, porque tienen que demoler, traer la construcción y todo eso. Ya vienen para acá los hombres [de la construcción].

AMY GOODMAN: Iván, un solicitante de asilo de Venezuela, le dijo a Democracy Now! que el domingo por la noche fue agredido por un guardia de seguridad del hotel. Iván ha estado en Nueva York durante casi tres meses y caminó miles de kilómetros desde Venezuela hasta la frontera entre Estados Unidos y México. En este viaje Iván cruzó el peligroso Tapón del Darién, ubicado entre Colombia y Panamá, donde muchos inmigrantes han perdido la vida. Este es Iván hablando frente al Watson el lunes por la tarde.

IVÁN: Yo estaba grabando a mis compañeros que se estaban montando en el bus, todos estábamos grabando, y un oficial de seguridad del staff del hotel Watson me golpeó, él me intentó quitar el teléfono, cuando yo subo el teléfono, él me golpeó la parte de acá, me dio un golpe fuerte.

Qué situación tan lamentable que nos tengan que estar maltratando cuando nosotros en realidad queremos un buen futuro, a lo que venimos es a trabajar, a darle un mejor futuro a nuestra familia. Todo esto que hemos estado viviendo para nosotros es un poco fuerte, ¿sabes?, por no tener dónde dormir, pero sin embargo mantenemos la fe en Dios.

Si no tenemos donde dormir, no podemos trabajar, no podemos hacer nada…ya unos compañeros ya llevan dos días acá, no hemos dormido nada, nos sacaron del hotel sin motivo, sin razón.

Repudiamos que nos maltraten las personas de seguridad, que nos falten el respeto, porque somos seres humanos, somos padres de familia, tenemos padres y madres igual que todos ustedes.

AMY GOODMAN: Según los informes, los funcionarios de Nueva York planean utilizar el hotel para albergar a familias solicitantes de asilo con menores de edad.

Todo esto se produce al tiempo que el alcalde de Nueva York, Eric Adams, rechazó en una radio local la idea de que los solicitantes de asilo están protegidos por la ley de derecho a la vivienda de la ciudad.

Para más, nos acompañan dos invitados. Desiree Joy Frías es organizadora comunitaria en la South Bronx Mutual Aid. Y junto a ella está un solicitante de asilo llamado Rubén, que se ha estado hospedando en el hotel.

Desiree, explíquenos la situación. Estuve con usted el lunes por la noche frente al hotel Watson, donde usted estaba con su organización ayudando a los migrantes. Explique lo que sucedió.

DESIREE JOY FRÍAS: Buenas, mi nombre es Desiree Joy Frías, uso “she” y “ella” de pronombres y estoy aquí con Rubén. Soy una organizadora con el South Bronx Mutual Aid, el Colectivo de Ayuda Mutua del Sur del Bronx. Somos una organización que casi siempre servimos a nuestros vecinos locales en el Bronx y también a los migrantes que están llegando, 40.000 migrantes desde abril [de] 2022 aquí a Nueva York y están en casi 30 “shelters”, hoteles, albergues por toda la ciudad.

JUAN GONZÁLEZ: Desiree, ¿nos puede hablar un poco de por qué la ciudad ha tomado la decisión de sacar a los refugiados que están en el hotel en Manhattan y mandarlos para Brooklyn?

DESIREE JOY FRÍAS: Sí. Lo que está pasando ahora en el Watson… El Watson ha sido por muchos meses un albergue de los hombres solteros, comparado al Newton [ininteligible] donde se quedan familias con niños. Y lo que están intentando hacer es crear una segunda clase de personas, de gente sin casa, y quieren mandar a los 800 hombres solteros del Watson al terminal de cruceros en Red Hook, Brooklyn. Y lo que hemos visto en video y en persona es que es un campo de detención, no es un refugio típico, no es un albergue típico de lo que vemos que le ofrecen a los demás acá en Manhattan, como el 30th Street Shelter que está [gestionado] por el HRA (Administración de Recursos Humanos). Esto es un campo de detención, son camas cabeza a pie, solo hay cuatro duchas y ya falta mucha agua y otros problemas que los migrantes han dicho en video, en WhatsApp y en persona ayer.

JUAN GONZÁLEZ: Sí, quisiera preguntarle a Rubén, ¿nos puede decir un poco de hace cuánto tiempo llegó usted de Venezuela a Estados Unidos y un poco del historial del viaje que tuvo que tomar, tantas millas desde Sudamérica hasta Estados Unidos?

RUBÉN: Sí. Bueno, es un poco complicada la situación ya que vivimos, no la mayoría de los venezolanos, sino muchas partes de Latinoamérica. Es una travesía súper fuerte, muchos no vienen de Venezuela, sino otros vienen de otras partes más lejos que Venezuela. La travesía del Darién es algo súper fuerte que a mi me sirvió de mucho porque creo que me ha hecho un poco más fuerte, pero para otras personas, tristemente, muchos no pudieron salir con vida, otros ahora todavía se encuentran dentro de la selva del Darién, tratando de resolver, buscando la manera de salir y hay que recorrer siete países más aparte de la selva del Darién. Muchas personas vienen sin dinero, montándose de bus en bus, otros vienen caminando y la travesía es súper fuerte.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Cuándo fue que usted llegó a Nueva York? Y, ¿ha podido conseguir trabajo para mantenerse?

RUBÉN: Tengo aproximadamente tres meses de haber entrado acá a Estados Unidos, en Nueva York tengo como dos meses y medio, creo. La verdad se me ha hecho un poco complicado sobre lo del trabajo, ya que hasta ahora no tengo mi permiso de trabajo y es súper fuerte conseguir trabajo acá en Nueva York sin el permiso de trabajo, te contratan tres horas o te contratan dos horas, así por poco tiempo. Y, bueno, a todos no les pagan igual. A mí, de mi parte, lo que me han pagado no me ha podido alcanzar para nada. Hasta ahora no he podido conseguir un trabajo estable, que es lo que yo deseo y lo que deseamos todos, conseguir un trabajo estable en que podamos permanecer, pero conseguimos un trabajo donde trabajamos tres días, nos despiden, trabajamos cinco días, nos vuelven a despedir por la situación de que no tenemos nuestro permiso de trabajo,

DESIREE JOY FRÍAS: También lo que vemos mucho…

AMY GOODMAN: Rubén, ¿qué edad tiene usted?

RUBÉN: Tengo 22 años.

AMY GOODMAN: ¿Puede describir lo que pasó el domingo en el Watson? ¿Cuándo fue desalojado y qué le dijeron? Y háblenos sobre la visita que usted y otros solicitantes de asilo hicieron junto al comisionado de la ciudad de Nueva York, Manuel Castro, a esta terminal de Brooklyn donde quieren ubicarlos ahora.

RUBÉN: Bueno, fue una noticia un poco inesperada, porque eso debieron hacerlo con anticipación para nosotros poder ubicarnos, saber que íbamos a ese lugar y entonces [fuera decidiendo] cada quien adónde iba a ir, fuera pensando bien sus cosas, pero fue una noticia avisada una semana anteriormente que, para nosotros, muchas personas que no tienen trabajo se les complica porque no tienen a dónde ir, no tienen dinero para arrendar. Otros, la mayoría, pudieron conseguir trabajo en Manhattan, tristemente ahora ya tienen que ser trasladados a Brooklyn, abandonar el trabajo. Muchos ya perdimos el trabajo otra vez. Estamos en la calle otra vez desde cero. Y el día de ayer fui con el señor este… ¿Cómo se llama el muchacho? El señor este…

DESIREE JOY FRÍAS: ¿El que trabaja para la ciudad?

RUBÉN: Sí.

DESIREE JOY FRÍAS: Sí, Castro…

RUBÉN: …con Castro, y fuimos a Brooklyn, nos llevó a hacer el recorrido para ver cómo había quedado todo, cómo estaba la situación allá, a ver qué decidíamos. La verdad, por la parte, no es porque nosotros dormimos en un espacio, en cualquier espacio, sino que lo único que queremos es que nos traten como seres humanos, un lugar donde podamos permanecer, no importa que nos pongan 30, 20 personas, pero que podamos dormir cómodamente, no en las condiciones que se viven en Brooklyn. Los baños de verdad están un poco bien arreglados, están organizados, unos baños están dentro del albergue, otros están en la parte de afuera, que vienen siendo las duchas. El señor dijo que iba a colocar una cancha de fútbol. Eso la verdad, nosotros, no es la recreatividad. Nosotros simplemente vinimos acá a los Estados Unidos a trabajar.

JUAN GONZÁLEZ: Y, Desiree, le quisiera preguntar, la ciudad dice que va a usar el hotel para familias en vez de hombres solteros, ¿qué piensa usted de cómo es que la ciudad, y obviamente está bregando con miles y miles de personas que han llegado, más de 40.000 en el último año, cómo usted ve que la ciudad está respondiendo a esta crisis?

RUBÉN: Bueno, mire, por una parte, no podemos exigir nada porque nosotros venimos acá a trabajar, tenemos que darle gracias a Dios y gracias a los Estados Unidos, a los neoyorquinos que nos están brindando el apoyo y nos dieron la oportunidad, así sea en cualquier parte, pero nos brindaron el apoyo de poder permanecer, nos han ayudado con comida. Con lo de la comida, nosotros no exigimos gran cosa de comida. Simplemente si yo voy a dar de comer a otra persona, tengo que asegurarme de que esa comida esté sana, que la comida esté en buenas condiciones, si no está en buenas condiciones, para evitar el problema, era mejor separarla, en muchas ocasiones ocurrió eso. Debieron haberse fijado.

Y sobre el hotel Watson, creo que a nosotros nos echaron a un lado porque ahí había habitaciones para dos personas. Por mi parte, yo veo que, bueno, vienen niños, entendemos, vienen familias, pero dos hombres en una habitación veníamos perteneciendo como familias. También somos seres humanos, de que seamos dos hombres no tiene que ver nada que no seamos familia, también podemos permanecer familias. Y hubo muchos descontroles ahí en el hotel como también todo estaba tranquilo, no sé por qué de verdad tuvieron esa decisión de mandarnos a ese lugar. Ahorita en el tiempo que estamos debieron haber buscado otro lugar, no importa de las mismas condiciones pero otro lugar donde fuera menos el frío. Nos han puesto en todo un lago cuando ya es tiempo de frío y se pone la cosa más fría todavía.

DESIREE JOY FRÍAS: Y, Juan, me preguntaste sobre las intenciones del alcalde Eric Adams. Yo creo que él es un político y él hace todo con intencionalidad. No es pura coincidencia que estamos mudando a estos hombres [en] medio del invierno, enero en Nueva York. No es coincidencia que están mudando a los hombres solteros y no las familias a este campo de detención. El alcalde piensa que por mover a este grupo nadie va a decir nada, nadie va a luchar con ellos, al lado de ellos, que los migrantes no van a decir ni pío, que ellos pueden hacer lo que les dé la gana y ellos lo van a aceptar. Y honestamente, eso no es mirar a alguien en los ojos y verlo como ser humano, porque como dijo Rubén, no importa que son dos hombres en un cuarto, son seres humanos y poner gente… Yo como madre obviamente siento mucho por los migrantes con niños también, y nosotros como organización colectiva de asistencia mutua ayudamos a muchos niños con medicinas, juguetes, la escuela, todo lo que podemos hacer para [apoyar] a las familias, también en los otros albergues. Pero la condición también de los hombres solteros vale, la vida de Rubén vale, y el alcalde intencionalmente está haciendo lo que él está haciendo con este grupo de personas.

Y creo que es importante que nosotros como neoyorquinos [sigamos luchando] para una vida digna para todos los neoyorquinos, toditos merecemos casas estables. Y el problema de casa estable ha sido un problema en Nueva York por muchos años y no solo para los migrantes, para los nacidos aquí también. Y él sigue diciendo que es una crisis y honestamente, la fundación de Nueva York en 1624 era una fundación de migrantes y va a seguir siendo una ciudad de migrantes porque así es que funciona, así es que corre 24 horas la ciudad de Nueva York. Y no me importa cuánta gente llega, porque aquí hay suficiente para todos. Hay suficientes unidades, suficientes cuartos, apartamentos sin nadie adentro, que los dueños los están dejando para que se destruyan y no tienen incentividad los dueños de las propiedades para alquilar estos apartamentos. Honestamente, el Concejo Municipal, Albany, ellos son los que tienen que actuar para [ayudar] a estos migrantes. Ellos tienen que pasar leyes para un “vacancy tax”, para un impuesto de vacancia. Si un cuarto, un apartamento, ya lleva dos meses en [el mercado] sin nadie alquilarlo, pues el alquiler está demasiado alto y lo tienen que bajar.

JUAN GONZÁLEZ: Y, Desiree, le quería preguntar también acerca del papel del Gobierno federal. El presidente Biden estuvo en Nueva York ayer anunciando un proyecto de infraestructura nueva, pero no mencionó nada de la crisis que está pasando Nueva York en término de estos inmigrantes. ¿Cuál debería ser el papel del Gobierno federal en ayudar a las ciudades a [enfrentar] esta crisis?

DESIREE JOY FRÍAS: Bueno, honestamente, como abogada, entiendo la importancia del Gobierno federal, pero como organizadora yo no me meto mucho con organizar en el nivel nacional o en el nivel federal. Yo pienso que Biden también sabía dónde él estaba, él sabía quién estaba a dos o tres cuadras de donde él estaba anunciando el nuevo proyecto del túnel de Hudson, pues él intencionalmente no fue y habló con los migrantes y tampoco ha llegado el alcalde. Rubén, si usted puede decir, solo mandó a su comisionado. Y creo que es bien obvio que si los líderes no quieren venir a hablar con ellos y tampoco quieren resolver, pues que es la intención de ellos. Ya han mandado mucha policía, hemos visto mucha brutalidad de la policía en contra de los migrantes por muchos años, robándoles las bicicletas, robándoles las motos, después no pueden hacer repartos a domicilio y pierden su plata, a la familias las botan a la calle y [hay] más gente sin casa. Estos son problemas [del] sistema, problemas que siguen, persisten y no van a cambiar a menos que nosotros [nos] organicemos en comunidad, honestamente.

AMY GOODMAN: Rubén, ¿cuáles son sus planes ahora? ¿Va a quedarse acampado frente al hotel Watson, de donde le desalojaron hace unos días, o va a ir a la terminal de Brooklyn?

RUBÉN: Bueno, por ahora permaneceré fuera del Watson mientras haya una solución. Nosotros pedimos que, así como el alcalde fue a Brooklyn, por qué no viene al hotel Watson y conversa con nosotros, nosotros queremos conversar directamente con él. Eso lo hemos mandado a pedir desde el primer momento en que llegamos.

JUAN GONZÁLEZ: Y Rubén, en términos de la decisión de venir para Estados Unidos, de irse de Venezuela o de la necesidad de irse de Venezuela, qué piensa hoy en día de su decisión?

RUBÉN: Bueno, de mi parte yo he tomado la decisión de salir de Venezuela por mi sueño, ya que estoy joven y no pude terminar mis estudios en Venezuela debido a la crisis económica, de no poder ayudar a mi familia, de verme en muchas situaciones, decidí salir de Venezuela para tener un mejor futuro acá. Si al llegar a Estados Unidos hubiera un acuerdo donde a nosotros nos ayudaran con nuestro permiso de trabajo, creo que nada de esto sucedería porque a nadie le gusta depender de otra persona o que uno no pueda dejar entrar otra persona a la habitación que a uno le asignan. Entonces a nadie le gustaría esa parte, si a nosotros nos colaboraran con nuestro permiso de trabajo cada quien se independizaría y esto que ocurre ahora en los albergues, toda esta cuestión, creo que no ocurriría.

DESIREE JOY FRÍAS: Lo que yo he oído mucho de la prensa, y he oído muchas cosas bien malas, especialmente hablando de los migrantes en el [hotel] Row, un trabajador ahí dijo muchas cosas bien racistas y bien fuertes en contra de los migrantes, y la prensa ha reportado esos racismos y esos dichos malos. Y en la última semana, los últimos cuatro días, he oído mucho la palabra “agradecidos”, que los migrantes no son agradecidos por lo que les han dado. Ningún migrante ha llegado en el Watson ni en ninguno de los hoteles y [ha] dicho “dame caridad, dame 'charity', dame esto regalado”. Nunca. Siempre es: “¿Cómo puedo encontrar escuela para mi niño? ¿Cómo puedo encontrar trabajo? ¿Qué puedo hacer?”. La ciudad no les está proveyendo los recursos. La intención de la ciudad nunca es mover a estas personas a casas estables. Es hacerlo tan inquieto que se van para Canadá, que se van para otro estado. Estamos hablando siempre de los gobernadores republicanos de Florida y de Texas, Abbott y DeSantis, que están mandando gente en guagua. Aquí en Nueva York están mandando gente en guagua también, están regalando boletos a Canadá, están regalando boletos a otros lugares, porque siguen moviendo a la gente como si fueran piezas en un juego de mesa. Y no son, son vecinos. Y si quieren terminar su camino largo acá en Nueva York, si quieren hacer su vida acá en Nueva York, eso es un derecho de ellos como humanos, porque honestamente toditos somos migrantes, si te mueves de un apartamento al otro o si te mueves de un país para acá. Toditos somos migrantes y yo sé que con el sueño americano y con el capitalismo hay como que toditos los que son nacidos aquí son millonarios frustrados, que si trabajan más pueden ser millonarios también, pero eso no es la realidad debajo del capitalismo. Y el problema es que nosotros también, como nacidos aquí, [estamos a] un cheque de estar en la misma calle de Watson y al alcalde no le importa ni un chido. Es bien, bien obvio, por como él les habla a los migrantes, como él le habla a la prensa. Ayer él acusó a los migrantes de ser actores pagados. Negar la humanidad de alguien, eso es un delito bien, bien fuerte.

AMY GOODMAN: Desiree, ¿puede aclarar eso?

DESIREE JOY FRÍAS: Ayer en las noticias, Eric Adams le dijo a un reportero que los migrantes al frente del Watson son actores pagados y que nosotros somos “outside agitators”, que somos gente de afuera que viene a levantar el fuego de ellos con nuestras propias intenciones. Y honestamente, como vecinos, nuestra única intención es que no se mueran de frío afuera.

AMY GOODMAN: Rubén, usted dijo hace un rato que recorrió siete países hasta llegar a Estados Unidos. Háblenos de ese viaje, desde que salió de Venezuela, ¿por qué países pasó, cómo llegó a Estados Unidos y cuánto tiempo le tomó ese viaje?

RUBÉN: Bueno, gracias a Dios yo conté con los recursos de que mis hermanas que están en Chile [pudieron ayudarme] con los pasajes, con… Sí, mis hermanas de sangre… con el dinero y gracias a Dios a mí no se me hizo muy complicado porque tenía la ayuda de mis hermanas y donde me quedaba sin dinero ellas me iban mandando y eso. Pero sí hubo otros que sí de verdad no tenían nada y tristemente les tocó caminar.

DESIREE JOY FRÍAS: Y te fuiste en guagua desde Venezuela…

RUBÉN: Yo salí en guagua de Venezuela hasta Colombia. De Colombia es adonde se pasa la selva del Darién que viene siendo Colombia con Panamá, de Panamá… de Guatemala creo… no, de Panamá a Nicaragua, de Nicaragua a Costa Rica, Guatemala, México y para llegar acá a los Estados Unidos.

DESIREE JOY FRÍAS: Y cuando cruzaste, ¿cómo cruzaste la frontera?

RUBÉN: En la frontera en Texas pasé el río Bravo con un grupo como de 30 personas.

DESIREE JOY FRÍAS: ¿Y cuánto fue el cruce?

RUBÉN: Yo di como 3.000 dólares,

DESIREE JOY FRÍAS: ¿Efectivo?

RUBÉN: SÍ, a los mexicanos, para que me pudieran pasar. De hecho, me robaron todas mis pertenencias. Me robaron, aparte de que les pagué, me robaron el otro poco de dinero que tenía, me robaron mi teléfono, todo, me dejaron sin nada. Pero logré pasar, gracias a Dios, con vida a los Estados Unidos. Al pasar al otro lado me estaba esperando, nos estaban esperando ya los militares de acá de los Estados Unidos. De ahí nos tomaron, duramos como tres horas ahí sentados mientras seguían llegando migrantes. De ahí nos trasladaron a un centro parecido al que ahora nos están mandando.

AMY GOODMAN: ¿Vino desde Texas en uno de los buses que el gobernador ha estado enviando a Nueva York?

RUBÉN: Bueno, allá del refugio donde estaba, están dando los vuelos, en bus, en avión, hasta acá hasta Nueva York. Me imagino que eso lo pagará el alcalde [sic] de Texas por…

DESIREE JOY FRÍAS: No eran pagados por ustedes.

RUBÉN: No, por nosotros… Bueno, por lo menos de mi parte, como le digo, gracias a la ayuda de mi hermana yo pude contactar y a mí me dieron los pasajes y me compraron el vuelo un familiar, y yo viajé de Texas acá hasta Nueva York.

DESIREE JOY FRÍAS: ¿Y te dieron otras opciones en Texas?

RUBÉN: Sí, me dieron la opción de que me daban el vuelo para viajar, pero como yo estaba estresado, yo quería, yo quería ya llegar lo más pronto acá a Nueva York y el vuelo yo lo tenía dos días después y yo quería salir antes, entonces por eso mi familia me mandó el dinero y yo agarré mi vuelo y me vine a Nueva York.

DESIREE JOY FRÍAS: Y en el albergue de Texas, ¿te dieron la opción de ir a otro lugar? Además de Nueva York, ¿qué opciones les dan?

RUBÉN: Acá al llegar a Nueva York, de allá me dieron un papel en migraciones donde decía la parte donde me tocaba llegar acá a Nueva York, en un departamento que era donde tenía que permanecer. Llegué, fui a donde me habían dicho y no me dieron respuesta, me dijeron que no, que eso no era ahí, que eso lo habían quitado, lo habían trasladado a otra parte, el departamento. Me tocó dormir como cuatro o cinco días aquí en Nueva York, con cinco amigos que tengo. A los cinco nos tocó dormir afuera de los restaurantes, así donde las personas comen porque no sabíamos nada, nadie nos daba información hasta que supimos de la 30 y fuimos a la 30 y de ahí nos mandaron a un albergue donde estábamos mezclados con todo tipo de personas.

DESIREE JOY FRÍAS: La 30, para información, es el albergue de hombres solteros que pueden ir 24 horas y [está gestionado] por el Homeless Services de Nueva York.

JUAN GONZÁLEZ: Y nos puede hablar acerca de si usted ha visto o le han ofrecido aquí en Nueva York, algunas agencia del Gobierno, trasladarlos a otros sitios o pagarles por el boleto para ir a Canadá o a otros sitios.

RUBÉN: SÍ, sí están pagando los boletos, sí, para cualquier parte de los Estados Unidos que usted quiera ir.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y mucha gente está de acuerdo con ir a otro sitio si no les gusta aquí en Nueva York, o si piensa que la ciudad no le está dando los servicios adecuados?

RUBÉN: La verdad no es que no nos guste Nueva York, porque no hay problema de que no nos ayuden, si no nos quieren dar vivienda no nos den, no hay problema, pero que nos ayudaran con el permiso de trabajo. Nosotros si ya pudiéramos buscar, [ya hubiéramos] arrendado. Que no nos ayuden, nosotros no queremos ayuda de casa, no queremos ayuda de… Queremos que nos ayuden con nuestro permiso de trabajo para nosotros mismos… Nosotros mismos nos levantamos, no necesitamos depender de nadie para poder levantarnos.

AMY GOODMAN: Rubén, ¿fue alguien forzado a montarse en los buses con destino a la terminal de Brooklyn?

RUBÉN: Muchos se montaron por el temor porque muchos no fueran apoyados acá fuera. Lo que pasa es que con el temor de que no saben después a dónde ir, qué cosa pueda pasar y eso. Y lo que él me había dicho que no le respondí sobre por qué se iban de Nueva York y eso, la verdad nos vamos por la obligación de que como que nos fuerzan a irnos de acá porque no nos dan ayuda con nuestro permiso de trabajo, no nos ayudan a una manera de trabajar. Entonces de mi parte lo veo como que nos fuerzan a irnos a otro lado, esparcirnos.

DESIREE JOY FRÍAS: Ese es el problema mío, porque honestamente en otras ciudades usted va a encontrar los mismos problemas de supremacismo blanco, de racismo, de capitalismo. Yo creo que ninguna ciudad, honestamente, en este país lo está haciendo [correctamente], como están cuidando los migrantes, y Canadá tampoco.

AMY GOODMAN: Quiero agradecerles a ambos por estar con nosotros. Desiree Joy Frías, organizadora comunitaria de la South Bronx Mutual Aid, y Rubén, un solicitante de asilo de Venezuela que recientemente fue desalojado del hotel Watson. Esto es Democracy Now!, Democracynow.org. Soy Amy Goodman con Juan González.

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