Durante el fin de semana, Estados Unidos y otros países han evacuado de Sudán a su ciudadanía y personal diplomático, mientras continúan los enfrentamientos entre facciones militares rivales que ya han provocado al menos 420 muertes y más de 3.700 personas heridas. El conflicto comenzó el 15 de abril con un enfrentamiento a tiros en la capital del país, Jartum, entre el ejército sudanés y el grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). En este contexto, las esperanzas de volver a conformar un Gobierno civil en el país se ven cada vez más frustradas. Según la cadena de noticias CNN, el poderoso grupo mercenario ruso Wagner apoya al FAR y le ha proporcionado a este grupo paramilitar misiles tierra-aire. El fundador de Wagner, Yevgeny Prigozhin, niega esta información y, el viernes 21 de abril, se ofreció a actuar como mediador entre las dos facciones. Mientras tanto, gran parte de la población de Jartum se encuentra atrapada en medio del conflicto y se enfrenta a la escasez de alimentos, agua, medicamentos y electricidad. Hablamos del tema con Khalid Mustafa Medani, profesor adjunto de Ciencias Políticas y Estudios Islámicos, así como presidente del Programa de Estudios Africanos de la Universidad McGill. Medani afirma que ninguno de los bandos tiene mucho apoyo de la población civil, la que viene demostrando estar totalmente comprometida con lograr una transición democrática. “Aquí no hay una guerra civil, sino más bien una lucha a muerte entre dos generales”, señala Medani.
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