El Ejército de Sudán y el grupo paramilitar conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido acordaron extender por otros cinco días el alto el fuego que se había establecido, a pesar de que la tregua de una semana no ha sido respetada en reiteradas ocasiones. Los enfrentamientos entre las partes en conflicto continuaron en la ciudad capital del país, Jartum, donde entre las víctimas se encuentran decenas de bebés que murieron en el orfanato más grande de Sudán luego de que los trabajadores huyeran de los intensos disparos que se efectuaban en el área. Asimismo, los combates no cesaron en la región sudanesa de Darfur Occidental, donde las agencias de ayuda humanitaria advierten sobre una inminente catástrofe humanitaria, luego de que las milicias quemaran aldeas enteras hasta los cimientos. Más de 90.000 personas de la región han cruzado al país vecino de Chad. El lunes, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, predijo que más de un millón de personas podrían huir de Sudán antes de octubre. Grandi habló desde la ciudad de El Cairo tras visitar Sudán.
Filippo Grandi: “Lo que escuché son historias de pérdidas, de familias [que fueron] separadas, de penurias, de viajes muy peligrosos desde Sudán [hacia otros lugares], de personas que huyen de los combates para tratar de encontrar seguridad, primero en otras partes de Sudán y luego en países vecinos como Egipto”.