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Con casi la mitad de la población estadounidense bajo alerta por el calor, el jueves 27 de julio el presidente Biden anunció nuevas medidas para proporcionar alivio frente a las temperaturas extremas. Previamente, el martes 25, el representante de Texas Greg Casar había realizado una huelga de sed de ocho horas en las escalinatas del Capitolio de Estados Unidos, para llamar la atención sobre la necesidad de establecer una normativa laboral federal para lidiar con el calor extremo, que incluya recesos obligatorios para los trabajadores. Recientemente, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó una legislación que anula normas locales que garantizaban recesos obligatorios para tomar el agua en el lugar de trabajo. “Es insultante. Es peligroso. Puede provocar muertes. Pero, sobre todo, es una falta de respeto a la gente trabajadora”, dice Casar. “Estoy indignado, pero, por desgracia, no me sorprende para nada”. En Estados Unidos, al menos 2.000 trabajadores mueren cada año por exposición al calor y probablemente este riesgo irá en aumento en un planeta que se calienta cada vez más debido a la crisis climática.
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