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El Gobierno de Biden ha dado un paso importante para frenar la especulación de precios de los medicamentos recetados en Estados Unidos. A partir de ahora, el programa Medicare tiene autoridad para negociar los precios de 10 de los medicamentos más caros del país, que se utilizan para tratar afecciones como diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas. La lista se irá ampliando a lo largo de los años. La medida, que forma parte de la Ley de Reducción de la Inflación, es considerada un golpe para las grandes empresas farmacéuticas. Desde la Casa Blanca estiman que la medida beneficiará a más de 9 millones de personas en todo Estados Unidos y generará el ahorro de unos 100 mil millones de dólares a lo largo de la próxima década. Las grandes farmacéuticas ya han presentado al menos ocho demandas judiciales impugnando la nueva normativa. “Estamos pagando precios mucho más caros que en el resto del mundo sin que exista ninguna justificación racional para ello”, dice Peter Maybarduk, de la organización de defensa del consumidor Public Citizen. Maybarduk explica que el nuevo proceso de negociación tiene como objetivo quebrar el monopolio de mercado que existe en la venta de medicamentos y desmantelar el sistema de incentivo de rentabilidad de la industria farmacéutica.
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