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La decisión del presidente Joe Biden de indultar a un juez corrupto ha provocado una indignación generalizada en Estados Unidos, incluso dentro de su propio partido. La semana pasada, Biden anunció casi 1.500 indultos y conmutaciones de penas, medida que la Casa Blanca describió como el mayor acto de clemencia efectuado por un presidente en un solo día. Sin embargo, entre quienes obtuvieron reducciones de sus sentencias se encuentra el exjuez de Pensilvania Michael Conahan, uno de los dos jueces involucrados en el tristemente célebre escándalo conocido como “Kids for Cash”. En 2011, Conahan fue sentenciado a 17,5 años de prisión por haber aceptado casi 3 millones de dólares en sobornos a cambio de enviar a 2.300 niños —algunos de apenas 8 años— a prisiones privadas, con condenas basadas en cargos falsos. Su cómplice, el exjuez Mark Ciavarella, permanece en la cárcel. Hablamos con el cineasta Robert May, director del documental “Kids for Cash” y con Sandy Fonzo, madre de Edward Kenzakoski, quien fue encarcelado cuando era adolescente, víctima de este escándalo de corrupción, y luego cometió suicidio. “Esto reabre heridas que nunca han sanado”, dice Fonzo sobre la conmutación de la pena de Conahan. Además, señala que su hijo era “fuerte” y “orgulloso” antes de su detención, pero “salió destrozado” y nunca se recuperó por completo. “Le robaron su infancia y su juventud”.
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