El sábado 30 de noviembre, las fuerzas armadas de Israel mataron a más de 200 personas en Gaza, 40 de las cuales eran miembros de una sola familia. Actualmente, la cifra oficial de muertes en Gaza es de más de 44.000, aunque se estima que este número está muy por debajo de la cifra real. En los últimos días, la embestida israelí ha provocado nuevas muertes de trabajadores humanitarios y de la salud, incluidos tres integrantes de la organización World Central Kitchen, el jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital Kamal Adwan, un miembro de la ONG Save the Children y Mahmoud Almadhoun, cofundador de la red de comedores populares de Gaza Soup Kitchen, que hace meses viene dando de comer a la gente palestina como respuesta al hambre provocado por el bloqueo israelí, que impide el acceso de ayuda alimentaria vital. A Almadhoun, a quien mató un dron israelí, le sobreviven sus siete hijos, el menor de los cuales es un bebé recién nacido. Nos acompaña su hermano Hani Almadhoun, quien explica por qué considera que se trató de un asesinato selectivo. “Mi hermano estaba frenando la limpieza étnica en el norte de Gaza y por eso lo eliminaron”, dice Almadhoun. “Esta es una guerra contra la población civil de Palestina”.
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