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La semana que viene hay programada una audiencia de dos días, 20 y 21 de febrero, ante el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido, en Londres, en la que se sabrá si el encarcelado fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha agotado las oportunidades de evitar la extradición a Estados Unidos, donde podría ser condenado a cadena perpetua por publicar documentos clasificados que expusieron crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán. Desde 2019, Assange se encuentra recluido en la infame prisión londinense de Belmarsh a la espera de esta posible extradición. Jennifer Robinson, abogada australiana de derechos humanos y asesora legal de Assange y WikiLeaks, habla sobre el apoyo público y gubernamental que tiene Assange en Australia, donde el miércoles se aprobó una resolución parlamentaria “sin precedentes” que pide su liberación. Robinson califica los cargos contra Assange como un “precedente peligroso para la libertad de expresión” y dice: “Es hora de que Estados Unidos haga honor a la relación especial que tenemos, escuche los llamados del pueblo australiano, de nuestro Parlamento y de nuestro Gobierno y retire los cargos”.
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