En Birmania, cerca de 200 personas de la comunidad musulmana rohinyá murieron la semana pasada en ataques con aviones no tripulados cuando intentaban huir hacia Bangladés. Este hecho tuvo lugar en el marco de la intensificación del conflicto entre la junta militar que en 2021 derrocó al Gobierno electo de Birmania y el grupo armado rebelde Ejército de Arakán. Según la organización Human Rights Watch, tanto el Ejército birmano como el Ejército de Arakán han llevado a cabo ejecuciones extrajudiciales, han reclutado combatientes de manera ilegal y han provocado incendios generalizados para agredir a la comunidad rohinyá. Hablamos del tema con Nay San Lwin, uno de los fundadores de la Coalición Rohingya Libre, quien sostiene que los dos bandos “son enemigos entre sí pero, en lo que refiere a la cuestión rohinyá, tienen la misma intención”. Actualmente, en Birmania sólo hay unas 600.000 personas rohinyá de las 1,4 millones que había antes de la campaña de limpieza étnica que se impulsó a partir de 2016. Sin embargo, Nay San Lwin enfatiza que el genocidio contra la comunidad rohinyá se remonta aún más atrás en el tiempo, a 1978.
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