El difunto presidente Jimmy Carter presidió un hito clave en el proceso de paz árabe-israelí: los Acuerdos de Camp David de 1979 firmados por Egipto e Israel. El interés de toda la vida de Carter en resolver el conflicto entre Israel y Palestina es similar a su complicado legado en política exterior y derechos humanos. Seth Anziska, profesor de relaciones judeo-musulmanas en el University College de Londres, explica que, si bien Carter creía que el trato de Israel a los palestinos constituía un apartheid “mucho peor” que lo que había visto en Sudáfrica, su profunda fe cristiana lo hizo simpatizar fundamentalmente con las creencias religiosas que enmarcan a Israel como una patria judía. “Fue el primer presidente de Estados Unidos en hablar sobre la idea de una patria palestina junto a su compromiso con la seguridad de Israel”, dice Anziska, quien argumenta que el fracaso de los Acuerdos de Camp David para promover una paz duradera radica en que “perpetuaron una Palestina sin Estado”.
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