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Analizamos la inusual victoria que obtuvo un preso condenado a pena de muerte en la Corte Suprema de Estados Unidos. El martes 25 de febrero, con los votos de las tres juezas liberales más los votos de tres jueces conservadores, dicho tribunal anuló la condena por asesinato y la sentencia de muerte de Richard Glossip, quien lleva casi 30 años en el corredor de la muerte de Oklahoma y ya había agotado todas las otras instancias de apelación para suspender su ejecución. El dictamen de la mayoría señala que Glossip tiene derecho a un nuevo juicio dados los errores cometidos en su juicio original. Glossip fue condenado por el asesinato en 1997 de su antiguo jefe, perpetrado por un hombre que acusó a Glossip de ser el autor intelectual del crimen. Glossip siempre se ha declarado inocente e incluso el fiscal general de Oklahoma, el republicano Gentner Drummond, ha dicho que Glossip no tuvo un juicio justo. Hablamos con la consejera espiritual de Glossip, la hermana Helen Prejean, reconocida activista contra la pena de muerte, quien cuenta que se congregó una notable coalición de organizaciones para luchar por la justicia en este caso, el cual contribuye a poner de relieve los problemas de la pena capital. “Es una cosa que no necesitamos”, dice Prejean. “Es hora de ponerle fin”.
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