En una decisión sin precedentes, el jueves la Corte Suprema votó en contra de los planes de integración voluntaria. El reñido fallo alcanzado por cinco votos contra cuatro, dictaminó que no se puede tomar a la raza como criterio para asignar a los estudiantes a distintas escuelas. La Corte rechazó los planes de integración voluntaria de los distritos educativos de Seattle, Washington y Louisville (Kentucky), y apoyó a los padres blancos cuyos hijos no habían podido ingresar a escuelas cercanas a su domicilio a causa de sus políticas de diversidad racial. Los jueces disidentes de la Corte Suprema dijeron que la decisión traiciona la promesa del fallo de 1954 del caso Brown contra el Consejo de Educación, que prohibió la segregación racial en escuelas públicas. El Ministro de la Corte Suprema, Stephen Bryer, escribió: “Esta es una decisión que la Corte y el país lamentarán en el futuro”.
La decisión de la Corte Suprema fue uno de los tantos temas que se trataron en el debate presidencial demócrata que se realizó anoche en la Universidad Howard. Esta fue la primera vez que un debate presidencial estuvo moderado por un panel integrado en su totalidad por periodistas afrodescendientes. Entre los presentes se encontraban el reverendo Al Sharpton y el profesor de la Universidad de Princeton Cornell West. Los candidatos demócratas condenaron rotundamente el fallo de la Corte Suprema. El senador Barack Obama hizo énfasis en el hecho de que se habían logrado avances en el tema de la igualdad racial, pero que aún no son suficientes. El congresista Dennis Kucinich fue uno de los más ovacionados de la noche, cuando pidió que se ponga fin a la guerra de Irak. El ex senador de Carolina del Norte, John Edwards, dijo que nombraría a un enviado de la Casa Blanca encargado de informar los avances de la reconstrucción de Nueva Orleáns.
En Capitol Hill, el Senado tomó una decisión que probablemente sea un golpe letal para el proyecto de ley de inmigración bipartito. El jueves, a los senadores que apoyaban el proyecto de ley les faltaron catorce votos para conseguir los sesenta necesarios para avanzar hacia un debate final. A pesar del apoyo del Presidente Bush, dos tercios de los senadores republicanos votaron en contra de la medida, y quince demócratas se unieron a ellos. El proyecto de ley hubiera introducido la revisión más exhaustiva de las leyes de inmigración del país en dos décadas, pero suscitó críticas de todas las partes involucradas en el debate. El proyecto incluía nuevas disposiciones para incrementar la militarización de la frontera entre Estados Unidos y México, para legalizar a un número limitado de inmigrantes mediante tasas más elevadas y nuevas restricciones, y limitaba la estadía de cientos de miles de trabajadores temporales. El senador Edward Kennedy —que propuso el proyecto de ley— lamentó la derrota, pero prometió continuar con los esfuerzos para alcanzar una reforma de inmigración.
Grupos defensores de los derechos de los inmigrantes dijeron que esta derrota no debería poner fin a los esfuerzos por tomar medidas respecto a la inmigración. John Trasviña, del Fondo para la Educación y la Defensa Legal mexicano-estadounidense (MALDEF, por sus siglas en inglés), dijo: “Ahora exhortamos a la Cámara de Representantes a que atienda, en lugar de ignorar, nuestras políticas de inmigración, para que sirvan a los intereses de nuestras familias, de nuestra seguridad y de nuestra economía”. En México, el Presidente Felipe Calderón también criticó el fracaso del Senado.
Calderón habló junto al Presidente nicaragüense Daniel Ortega, quien se encontraba de visita. Ortega dijo que los graves problemas migratorios de Estados Unidos deberían acentuar la importancia de la integración regional en el hemisferio sur.
El gobierno de Bush rechazó las exigencias de los legisladores de que entregue los documentos relacionados con la destitución de nueve fiscales de Estados Unidos. El jueves, el asesor de la Casa Blanca Fred Fielding le dijo al Congreso que el Presidente invocaría el privilegio ejecutivo para negar el acceso a los documentos de la ex asesora presidencial Harriet Miers y de la ex directora política Sara Taylor. Fielding también dijo que ni Miers ni Taylor declararán en las audiencias del próximo mes, a pesar de haber sido citadas a comparecer. Este rechazo podría suscitar un nuevo conflicto en el Congreso, que podría incluir esfuerzos para citar a la Casa Blanca por desacato. El Presidente del Comité Judicial del Senado, Patrick Leahy, dijo que la Casa Blanca está poniendo en práctica el “bloqueo a la manera de Nixon”.
En Irak, el Pentágono anunció la muerte de cinco soldados estadounidenses en un ataque coordinado en el sur de Bagdad. Este mes ya han fallecido 99 miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. El número de muertos durante los últimos tres meses se elevó a 329, convirtiéndolo en el trimestre con más bajas para las Fuerzas Armadas estadounidenses en Irak desde que comenzó la invasión. El jueves, el Presidente Bush insistió en que se están viendo señales de progreso en la guerra.
El Presidente prosiguió diciendo que ve a Israel como un modelo de lo que debería ser Irak. Bush dijo que Israel puede desempeñar sus funciones democráticas a pesar de la constante amenaza de ataques. En respuesta a estas declaraciones, el analista de Medio Oriente Juan Cole escribe: “Estas palabras quizá sean las más estúpidas jamás pronunciadas por el Presidente de Estados Unidos. Considerando su posible impacto en el intento bélico de Estados Unidos en Medio Oriente, son completamente criminales”.
La Unión Europea (UE) aprobó un acuerdo que permitirá al gobierno de Bush continuar su monitoreo secreto de transacciones financieras internacionales. Los registros fueron obtenidos a través de la Sociedad para la Telecomunicación Financiera Interbancaria Mundial (SWIFT, por sus siglas en inglés), que dirige billones de dólares en transferencias bancarias internacionales al día. El programa salió a la luz el año pasado y ha suscitado críticas por violar el derecho a la privacidad. El portavoz de la UE, Frisco Abbing, dijo que esas preocupaciones fueron atendidas.
No obstante, defensores de las libertades civiles están expresando preocupación por el acuerdo.
El Presidente venezolano Hugo Chávez se encuentra en Rusia, en el comienzo de una gira en la que también visitará Bielorrusia e Irán. Chávez habló el jueves en Moscú, donde criticó la política estadounidense en Medio Oriente.
En Israel y los Territorios Ocupados, Israel amplió su ataque inicial a Gaza hacia Cisjordania. El jueves, las Fuerzas Armadas israelíes impusieron un toque de queda en la ciudad de Nablús, enviando cincuenta vehículos blindados y realizando registros casa por casa. La redada surge tras el ataque del miércoles en Gaza, en el que murieron al menos ocho militantes palestinos y un niño de doce años. Salam Fayyad, el Primer Ministro designado por el Presidente palestino Mahmoud Abbas, denunció las operaciones.
En Sudáfrica, el líder opositor al apartheid, el Arzobispo Desmond Tutu, emitió una de sus críticas más duras hasta el momento contra el gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés). En una entrevista con el Financial Times, Tutu afirma que las políticas económicas de la ANC están ampliando la brecha entre los ricos y los pobres en Sudáfrica, debido a que se ha mantenido en gran medida el legado económico del apartheid. El Arzobispo dijo: “Estoy realmente muy sorprendido por la notable paciencia de la gente. [Es difícil] explicar por qué no dicen 'al diablo con Tutu, [Nelson] Mandela y los demás' y se sumergen en el caos”. Tutu realizó los comentarios luego de una huelga de funcionarios públicos sudafricanos, que duró casi un mes. La medida finalizó el jueves, luego de que los sindicatos aceptaron el aumento salarial ofrecido por el gobierno.
En Colombia, el grupo rebelde Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunció que once legisladores secuestrados hace cinco años murieron durante un ataque perpetrado por las Fuerzas Armadas en el campamento donde estaban cautivos. Las FARC señalaron que los rehenes murieron en un cruce de fuego durante un enfrentamiento la semana pasada. El grupo expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y dijo que trataría devolverles los restos. Los familiares criticaron tanto al gobierno como a los rebeldes por no lograr acuerdos que hubieran implicado la liberación de los rehenes.
Y por último, en materia de medios, los periodistas del Wall Street Journal realizaron un paro la madrugada del jueves, para protestar contra los rumores de que el periódico sería adquirido por el dueño de News Corp, Rupert Murdoch, y para señalar su rechazo a la propuesta de un recorte de los beneficios de salud. En una declaración, los empleados del Wall Street Journal dijeron que la posibilidad de que Murdoch sea el propietario amenaza la “larga tradición de independencia” del periódico, y su “integridad editorial”.