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Era la madrugada del lunes cuando soldados israelíes asaltaron un convoy internacional de ayuda que se dirigía a Gaza llamado Flotilla de la Libertad; el ataque se produjo en aguas internacionales a unas cuarenta millas de la costa de Gaza. Los seis navíos transportaban a casi 700 activistas internacionales y 10.000 toneladas de ayuda humanitaria. Intentaban romper los tres años de bloqueo de la Franja de Gaza. Comandos israelíes descendieron sobre el barco principal del convoy, el Mavi Marmara, de bandera turca, que tenía a bordo alrededor de 600 activistas. Entre diez y diecinueve civiles a bordo habrían muerto en el ataque, de acuerdo a las últimas informaciones. Las tropas israelíes tomaron el control del Mavi Marmara y los otros cinco barcos y los llevaron al puerto de Ashdod. Cientos de activistas están detenidos en una prisión israelí, y casi cincuenta más han sido deportados. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el ataque y reclamó la inmediata liberación de los barcos y los civiles retenidos por Israel, al tiempo que pidió una investigación imparcial. Todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, excepto Estados Unidos, pidieron de forma explícita que se levante el bloqueo israelí de la Franja de Gaza, que ya lleva tres años. Turquía ha calificado las acciones de Israel de terrorismo de Estado. Hablamos con Adam Shapiro, Amira Hass, Ali Abunimah y Richard Falk.