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La televisión estatal de Corea del Norte anunció el lunes que el líder Kim Jong-il falleció el sábado a la edad de 69 años a raíz de un ataque al corazón mientras viajaba en tren, según se informa. Durante el liderazgo de Kim, Corea del Norte se convirtió en un estado nuclear y era ampliamente conocida como una de las sociedades más represivas del mundo. Se prevé que Kim Jung-un, el hijo menor de Kim Jong-il, sea el nuevo líder de Corea del Norte, pero no está claro si su ascenso producirá algún cambio real, ya que Kim Jong-il gobernó Corea del Norte con un gran círculo de personas de confianza que siguen a la cabeza. Analizamos cómo la península coreana es la región más militarizada del planeta y lo que esto significa en esta transición del poder. “Dada la historia de enemistad y confrontación entre las dos Coreas, nuestro gobierno ha tomado medidas de precaución para estabilizar la situación”, dice Chung-in Moon, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Yonsei en Seúl, Corea del Sur, y ex funcionario del gobierno que se reunió dos veces con Kim. Mientras tanto, “el pueblo norcoreano siente una especie de veneración por Kim Jong-il, porque tiene un profundo sentido de la necesidad de soberanía e independencia”, señala Christine Ahn, directora ejecutiva del Instituto Coreano de Política. Ahn afirma que los norcoreanos tienen presentes los 35 años de ocupación japonesa y estaban orgullosos de “unirse al club nuclear” a fin de evitar lo que perciben como la ocupación militar estadounidense y la división de la península coreana.