Usando como fundamento la doctrina de jurisdicción universal, el juez español Baltasar Garzón ha conducido investigaciones en los tribunales españoles de casos de tortura, crímenes de guerra y otros delitos cometidos en todo el mundo. En 1998, ordenó la detención del ex dictador chileno, Augusto Pinochet, una medida que resultó en el arresto y la detención de Pinochet en Gran Bretaña. En 2003, Garzón acusó a Osama bin Laden y a docenas de otros miembros de Al Qaeda. Después de eso, Garzón intentó acusar a seis funcionarios de alto rango del gobierno de Bush por su rol en la autorización del uso de la tortura en la prisión militar estadounidense de la Bahía de Guantánamo y en otras prisiones en el extranjero antes de que el caso finalmente fuera desechado bajo presión de EE.UU. Mientras que Garzón ha sido uno de los jueces más temidos del mundo, actualmente se enfrenta a su propia batalla legal. El año pasado fue acusado de excederse en su autoridad al poner en marcha una investigación sobre la desaparición de más de 100.000 civiles a manos de partidarios del general Francisco Franco durante la Guerra Civil española. Garzón fue suspendido de su cargo de juez en mayo de 2010 y se enfrenta a tres juicios separados.