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Hay casi 30 estados en EE.UU. que permiten el uso del fracturamiento hidráulico conocido como “fracking”, proceso de perforación para la obtención de gas natural que consiste en inyectar millones de litros de agua, arena y productos químicos en la profundidad de la tierra para romper el esquisto. El estado de Nueva York acaba de suspender parcialmente el uso de este proceso de perforación hasta tanto se vean los resultados de un estudio de impacto ambiental en julio próximo. Ayer, los legisladores del estado de Nueva York mantuvieron una audiencia sobre los efectos de este proceso en la salud, tema al que los medios habían prestado poca atención hasta ahora. Hablamos con Sandra Steingraber, autora de “Raising Elijah: Protecting Children in an Age of Environmental Crisis” (La crianza de Elijah: cómo proteger a los niños en épocas de crisis ambiental).