Los defensores de los derechos civiles alertan sobre la noticia de que el FBI está dando a sus agentes mayor libertad para realizar vigilancia en territorio nacional. Según el periódico New York Times, nuevas normativas permitirán a los agentes del FBI investigar a personas y organizaciones de forma “proactiva” sin pruebas sólidas que permitan sospechar de actividades delictivas. Hablamos con el ex agente del FBI Mike German, que actualmente trabaja en la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (conocida en inglés como ACLU) y con el activista texano Scott Crow, que fue objeto de una intensa vigilancia por parte del FBI desde 2001 hasta por lo menos 2008. Sirviéndose de la Ley de libertad de información, Crow recibió 440 páginas de documentos con gran cantidad de datos editados que demostraban que el FBI había instalado una cámara de video afuera de su casa, había anotado las matrículas de los coches estacionados frente a su casa, había registrado la llegada y salida de sus invitados y había observado reuniones a las que Crow asistía en librerías y cafeterías. La agencia también rastreó los mensajes de correo electrónico y las conversaciones telefónicas de Crow y revisó la basura para identificar con qué banco y empresa hipotecaria trabajaba. “Desde luego que ha sido traumático en distintos momentos”, afirma Crow. “Pero si no lo contamos y hablamos abiertamente de esto, entonces significa que ya han vencido, y la vigilancia y la ‘guerra contra el terrorismo’ nos vence”.