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Dedicamos el programa a conversar con el autor de un nuevo libro —que llevó diez años de elaboración— que analiza cómo muchas de las principales universidades estadounidenses —Harvard, Yale, Princeton, Brown, Dartmouth, Rutgers, Williams y la Universidad de Carolina del Norte, entre otras— están manchadas con el sudor y a veces la sangre de africanos traídos a Estados Unidos como esclavos. En el libro “Ebony & Ivy: Race, Slavery and the Troubled History of America’s Universities” (Hiedras y ébano. Raza, esclavitud y la problemática historia de las universidad estadounidenses) Craig Steven Wilder, profesor de historia del Massachusetts Institute of Technology, revela cómo la economía esclavista y la educación superior crecieron juntas. “Si pensamos en el mundo colonial hasta la revolución de las trece colonias, veremos que hay solo una universidad en el sur, William & Mary. Las otras ocho universidades eran todas del norte y en realidad están ubicadas en gran parte en lugares clave de la economía mercantil, donde los vendedores de esclavos habían llegado al poder y se erigieron como sostén financiero e intelectual de la nueva cultura de las colonias”, afirma Wilder.