Tres personas murieron tras una noche de enfrentamientos registrados en Ucrania, entre fuerzas del gobierno y manifestantes de la oposición. El gobierno ha atacado campamentos de protesta en Kiev desde que durante el fin de semana miles de personas se resistieran a obedecer una norma que prohíbe las concentraciones. Los manifestantes comenzaron a recibir mensajes de texto en sus celulares que les informaban que estaban participando de “disturbios” ilícitos. Kenneth Roth, director ejecutivo de la organización Human Rights Watch, exhortó al gobierno de Ucrania a que respete el derecho a manifestarse.
Roth expresó: “Nuestra principal preocupación es que ni la policía ni el gobierno utilice el brote de violencia de una pequeña minoría de manifestantes como excusa para reprimir a una vasta mayoría de activistas que continúa manifestándose pacíficamente. En el marco de un esfuerzo legislativo apresurado Ucrania adoptó una serie de nuevas medidas que tienen por objetivo sofocar las manifestaciones. El pueblo de Ucrania ha demostrado este fin de semana que no tiene la intención de dar un paso atrás”.