En Ucrania, los grupos opositores al gobierno han rechazado un proyecto de ley de amnistía que buscaba terminar con las fuertes tensiones políticas que envuelven al país, negándose a desalojar los edificios gubernamentales ocupados y a desmantelar las barricadas callejeras a cambio de la liberación de los activistas encarcelados. En términos generales, se conoce a las manifestaciones en Ucrania como “Euromaidán”. Las manifestaciones opositoras comenzaron a fines de noviembre, cuando el presidente Viktor Yanukovich dio marcha atrás con su decisión de firmar un largamente esperado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea para, en cambio, afianzar más los lazos con Rusia. Si bien la oposición ucraniana ha sido saludada por muchos países occidentales como un movimiento democrático y de base, aquí damos lugar a un debate para analizar si este apoyo apresurado a grupos que se oponen al presidente ruso Vladimir Putin acaso esconde una realidad más compleja bajo la piel. Nos acompañan dos personas: Stephen Cohen, profesor emérito de política y estudios sobre Rusia en la Universidad de Nueva York y en la Universidad de Princeton; y Anton Shekhovtsov, ciudadano ucraniano e investigador de la Universidad College de Londres, que acaba de regresar de Kiev, donde pudo observar las protestas.