Mientras el vicepresidente Joe Biden advierte que Estados Unidos tendrá “una lucha tremendamente larga” para detener a los combatientes del grupo Estado Islámico (ISIS) en Irak y Siria, conversamos con Jeremy Scahill, autor del libro “Dirty Wars: The World is a Battlefield” (Guerras sucias: el mundo es un campo de batalla). Hablamos sobre cómo la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 contribuyó a crear el grupo Estado Islámico, que hoy constituye una amenaza. También analizamos el papel de las fuerzas baathistas en ISIS, los comentarios de Obama sobre los periodistas y el juicio a cuatro ex agentes de Blackwater que participaron en la masacre de 2007 en la Plaza Nisoor de Bagdad.
Transcripción
AMY GOODMAN: El Vicepresidente Joe Biden dijo el jueves que se necesitará, y cito: “una larga lucha” por parte Estados Unidos y sus aliados para detener el avance de los militantes del Estado Islámico en Irak y Siria. Pero, durante el mismo discurso, Biden admitió que el Estado Islámico no representa una amenaza existencial para la seguridad nacional. Su comentario llega justo cuando Australia se ha convertido en el último país en unirse a la lucha encabezada por Estados Unidos. El primer ministro Tony Abbott ha dicho que la aviación australiana formará parte de la campaña aérea y que se desplegarán efectivos de las fuerzas especiales.
PM TONY ABBOTT: Los estadounidenses ciertamente tienen ya un importante componente de fuerzas especiales sobre el terreno. Tengo entendido que hay fuerzas especiales de Reino Unido y de Canadá dentro de Irak. Por lo tanto, vamos a estar operando a una escala mucho más pequeña, pero de una manera totalmente comparable a las fuerzas especiales de Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Mientras tanto, el Parlamento de Turquía ha autorizado al gobierno a ordenar acciones militares contra el Estado Islámico. La orden también permite que tropas extranjeras lanzacen operaciones desde Turquía. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los militantes de ISIS se han apoderado de más de 350 aldeas del norte de Siria en los últimos 16 días, desplazando al menos a 300.000 personas.
Para hablar más sobre la crisis en el Medio Oriente, nos acompaña Jeremy Scahill, primer periodista en reportar desde el interior de Irak antes de la invasión estadounidense de 2003. Scahill co-fundador de TheIntercept.org, y autor del libro “Guerras sucias: El mundo es un campo de batalla”. La edición de bolsillo del libro acaba de ser publicada. Bienvenido nuevamente a Democracy Now!, Jeremy.
JEREMY SCAHILL: Gracias, Amy.
AMY GOODMAN: Felicitaciones por la publicación del libro en versión de bolsillo. Hable acerca de la guerra en Siria e Irak que esta tenindo lugar ahora.
JEREMY SCAHILL: Bueno, en primer lugar, esto es algo así como el sabor terrorista del mes. Ya sabes, primero tuvimos a al-Qaeda como esa enorme amenaza global. Luego fue ISIS. Y luego se fabricó el grupo Khorasan. El caso es que casi nadie en Siria había oído hablar del grupo de Khorasan. De hecho, tengo entendido que se trataba de un término utilizado por la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, y de hecho no es el nombre de la gente a los que ellos dicen estar atacando.
Y toda la política se reduce a que el gobierno de Obama ha, de una manera muy orwelliana, cambiando la definición de términos de uso común— principalmente, del término “inminente”. Ellos dijeron que el grupo Khorasan representaba una amenaza inminente para Estados Unidos. Pero sabemos por un documento que se filtró, que salió a la luz antes de la confirmación que John Brennan como director de la CIA, que el Departamento de Justicia ha cambiado oficialmente la definición de la palabra “inminente”, de modo que no tiene por qué implicar una amenaza inmediata contra Estados Unidos, podría ser una percepción de que tal vez algún día estos individuos podrían intentar planificar— ni siquiera llevar a cabo— un ataque terrorista contra Estados Unidos. Esa endeble justificación se ha utilizado ahora para expandir esta guerra de Irak a Siria, y potencialmente más allá.
El gobierno de Obama, al involucrarse en esta política, le está dando continuidad a la decisión del gobierno de Bush de invadir Irak. Están fortaleciendo a la propia amenaza que dicen estar combatiendo. ¿Quién es ISIS? ¿Por quién está formado este grupo? ¿Se trata simplemente de islamistas radicales que quieren decapitar a periodistas estadounidenses? No. Uno de los superiores— y esto casi nunca se menciona en la cobertura en los medios corporativos al respecto— uno de los principales comandantes militares de ISIS es un hombre llamado Izzat Ibrahim al-Douri al-Takriti. ¿Quién es Izzat Ibrahim? Izzat Ibrahim es el líder del partido Baath que estaba en la baraja de cartas, y al que Estados Unidos no ha capturado. Fue uno de los principales comandantes militares de Saddam Hussein. Él no era tan sólo un pilluelo Baazista. En realidad fue un acérrimo general del ejército iraquí durante la guerra entre Irán e Irak, y él era un Baazista laico.
¿Por qué está luchando con ISIS? Bueno, cuando Bush decidió invadir a Irak, y a continuación puso a Paul Bremer, que era un ideólogo neocon radical que se había curtido trabajando para Henry Kissinger— cuando Paul Bremer fue puesto a cargo de la ocupación de Irak, una de las primeras cosas que hizo fue despedir a 250.000 soldados iraquíes, simplemente porque eran miembros del partido Baath. Como un alto funcionario de Estados Unidos dijo en aquel entonces: “Ese fue el día que hicimos un cuarto de millón de enemigos en Irak”. Todos estos miembros del partido Baath han sido maltratados por Estados Unidos. Y los sunitas en el oeste de Irak, han sido maltratados por Estados Unidos durante mucho tiempo. Hubo un período de gran violencia, la llamada oleada, en el que EE.UU. incluso le pagó a los sunitas para que no mataran a Estados Unidos, es decir, a los soldados estadounidenses. Pero luego EE.UU. cambió de opinión y puso en el poder a un gobierno liderado por los chiítas, bsjo las ordenes de Nouri al-Maliki, que efectivamente operó una red de escuadrones de la muerte que sistemáticamente atacaba a los sunitas.
Entonces, lo que quiero decir con esto es que sí, que hay un elemento de ISIS— no sé cuán dominante es dentro del grupo— que sí está tratando de establecer un califato. Y están decapitando a gente. Y están imponiendo una interpretación muy estricta de la ley sharia. Pero también hay— y sospecharía que son las figuras militares más importantes— pero también hay un gran contingente de personas que están peleando la misma batalla que estaban luchando cuando Estados Unidos invadió el país. El hecho es que no había presencia de Al-Qaeda en Irak antes de que George W. Bush tomara la decisión de invadir el país, excepto en la región kurda del norte de Irak, que no estaba bajo el control de Saddam Hussein. De hecho, estaba bajo el control de entidades respaldadas por Estados Unidos. Y ese grupo era Ansar al-Islam. Las fuerzas de Saddam Hussein estaban luchando contra ese grupo.
Así que, ¿Qué es lo que estoy diciendo aquí? Lo que estoy diciendo es que Estados Unidos, a través de sus políticas, creó la propia amenaza a la que afirman estar combatiendo ahora, y al continuar con esta política, lo que está haciendo el presidente Obama es abrazar las mismas mentiras que hicieron posible la guerra de Cheney y Bush en Irak. Y en el proceso, está creando una nueva generación de personas en el mundo islámico que van a crecer en una sociedad en la que se cree que su religión está en el punto de mira, en la que se cree que la enemistad de Estados Unidos hacia ellos es gratuita. Entonces, esta es una especie de fórmula épica para las represalias.
AMY GOODMAN: De acuerdo con Yahoo News, el gobierno de Obama ha reconocido que la política anunciada el año pasado que trataba de evitar, “casi con certeza”, la baja de civiles en los ataques con aviones no tripulados no se aplicará a los bombardeos actuales. La admisión se produjo en respuesta a preguntas acerca a un ataque en el que se mató a una docena de civiles en la localidad siria de Kafr Deryan la semana pasada.
JEREMY SCAHILL: Cierto. Quiero decir, esto es una especie de teatro kabuki de aviones no tripulados, porque la realidad es que, incluso en sus ataques con aviones no tripulados, que supuestamente son realizados con precisión y en los que todas las precauciones son tomadas para evitar la muerte de civiles, la realidad es que ellos han creado un proceso matemático para disminuir el número de civiles muertos en ataques con aviones no tripulados que siempre resultará en cero, porque si matan al denominado “premio gordo”, el objetivo al que están apuntando, y matan a otras personas desconocidas, el sistema que el gobierno de Obama, las fuerzas armadas estadounidenses y la CIA han desarrollado es que cualquier persona que es un EKIA, lo que significa un enemigo muerto en acción, es alguien del que no tenemos prueba de su inocencia. En otras palabras, es darle la vuelta a la idea de que usted es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Si estás cerca de alguien que EE.UU. tenía la intención de matar, la presunción es que usted es un EKIA, un enemigo muerto en acción— a menos que alguien pueda probar que no lo eras. Y en la mayoría de estos ataques con aviones no tripulados, no sabemos nada al respecto. Así que, de alguna manera, el hecho de que ellos estén diciendo esto tiene muy poco significado, lo único que quiere decir es que ellos van a tener aún menos respeto por las vidas de los civiles del que ya tienen, en su teatro kabuki con su actual programa de aviones no tripulados.
AMY GOODMAN: Déjeme preguntarle sobre el ex secretario de Defensa, Leon Panetta, y sobre el libro de próxima publicación: “Worthy Fights” (Peleas que valen la pena). En él Panetta escribe: “En el otoño de 2011, era claro para mí —y para muchos otros— que la retirada de nuestras fuerzas pondría en peligro la frágil estabilidad que entonces apenas contenía a Irak. (…) A día de hoy, creo que una pequeña presencia de tropas estadounidenses en Irak podría haber aconsejado efectivamente a los militares iraquíes sobre cómo lidiar con el resurgimiento de al-Qaeda y la violencia sectaria que se ha apoderado del país”.
JEREMY SCAHILL: Sí, éste es un espectáculo de payasos. Quiero decir, el hecho es que Leon Panetta fue el director de la CIA y tuvo una enorme influencia en aquel momento. El hecho de que el gobierno de Obama adoptara lo que efectivamente era la política de Estados Unidos en Irak cuando Bush dejó el cargo dice muchísimo acerca de lo poco que el gobierno de Obama entiende sobre el desastre de Irak. Si Estados Unidos hubiera mantenido esta especie de fuerza de combate, que habría estado compuesta por paramilitares de la CIA y fuerzas de operaciones especiales, el problema se habría exacerbado. El problema aquí no es si las fuerzas de Estados Unidos habrían estado allí para estabilizar Irak, o no. La cuestión es cuánto daño vamos a continuar causando a Irak con estas políticas. Y creo que es casi imposible imaginar que esto podría haber sido manejado de peor manera. Tener más tropas allí, quiero decir, todos estos hombres, cuando escriben sus memorias, tienen esta brillante visión perfecta del pasado, en la que ellos eran los que sabían todo, en la que ellos lo hubieran hecho de otra manera. Estados Unidos, básicamente, desde el 11/S— y se podría argumentar que ésta ha sido la política de Estados Unidos desde hace muchas décadas— La política de Estados Unidos ha sido su peor enemigo, en un sentido: Hemos creado las mismas amenazas que decimos estar combatiendo.
Pero, por otro lado, si se mira realmente a quién beneficia esta guerra, más allá de entidades como ISIS— porque ellos se benefician— cada vez que matamos a civiles en ataques con aviones no tripulados, al-Qaeda en la Península Arábica se vuelve más fuerte, en el sentido de que pueden desplegar una mayor propaganda a su favor— a quien beneficia es a la industria de la guerra. Lockheed Martin está haciendo una gran cantidad de dinero de esta masacre, hace dinero con cada misil de crucero Tomahawk que es lanzado. La próxima generación de aviones no tripulados está en proceso: Están trabajando en aviones no tripulados de propulsión que serán capaces de permanecer en el aire durante mucho tiempo. La industria de la guerra está en su ocaso ahora mismo, bajo las riendas del Sr. Transformador Presidente Barack Obama. Su gobierno ha sido un increíble y gran amigo de la industria de la guerra. Y a parte de algunos pequeños grupos de locos que hay en Siria e Irak, la industria de la guerra es el mayor beneficiario de esta política.
AMY GOODMAN: ¿Hable sobre los asesinatos y decapitaciones de periodistas por parte de ISIS?
JEREMY SCAHILL: Sí, en primer lugar, como ya sabe, esto me causa angustia, obviamente, como periodista que ha trabajado en esas áreas, y que tiene muchos amigos que están ahora en esos países, estaba horrorizado por esto. Al ver los videos, sin embargo— ellos estaban tan— tanto en el caso de James Foley y como en el de Steven Sotloff, estan tan tranquilos durante las declaraciones que están dando, es imposible imaginar que ellos supieran que iban a morir en esos momentos. Y, sabes, mi sospecha, y he escrito sobre esto— es que habían sido puestos en esa situación repetidamente, diciéndoles, ya sabes: “Tienes que decir ésto”. En otras palabras, fueron sometidos a ejecuciones simuladas una, y otra, y otra vez. Y si has observado los videos, en realidad no se como se les corta la cabeza. Creo que es posible que esa fuera la vez número 31 que James Foley leía esta declaración, y tomaron la mejor toma. Él puede haber sido asesinado en otro contexto, y luego haber sido colocado allí.
Los tienen en trajes de color naranja. Sabemos que los habían sometido a simulacros de ahogamiento con agua. ¿De dónde viene esto? Esto está inspirado en lo que les hicimos a los prisioneros musulmanes en todo el mundo. Cuando los metimos en gulags en Polonia, en Tailandia y en otros lugares, en los llamados “sitios negros”, cuando los llevamos a Guantánamo y— los amenazamos con matar a sus familias, o los pusimos en pequeñas cajas donde no podían acostarse ni ponerse de pie. Y trajimos psiquiatras para, de una manera muy enferma y macabra, investigar y explotar los miedos de los prisioneros musulmanes que tomamos bajo los auspicios de la lucha contra el terrorismo. Y metíamos a la gente en cajas, y, si tenían un miedo a las arañas, poníamos una oruga en la caja y les decíamos que era una tarántula para tratar de aterrorizarlos. Ya sabes, JSOC, el Comando de Operaciones Especiales, dirige una fábrica de torturas en Irak en un campamento llamado Camp Nama, que es una desagradable Zona Militar, donde lo único que hacía era torturar, y torturar, y torturar a gente, tratando de encontrar el próximo objetivo a atacar. Ya sabes, estos militantes están adoptando las mismas tácticas que Estados Unidos ha usado— y continúa usando— contra los musulmanes que captura.
Y, sabes, nunca ha habido un tiempo tan intenso y tan intensamente peligroso para los periodistas. Por un lado, tienes episodios como éste, donde los periodistas están siendo decapitados. En México, los periodistas están siendo asesinados por los cárteles del narcotráfico o por fuerzas progubernamentales por decir la verdad y por informar. Peridistas Freelance y sobre todo periodistas árabes o musulmanes, están en la primera línea siendo asesinados en cifras récord, también en Somalia. Y luego, aquí en casa, en Estados Unidos, hay una guerra contra los periodistas y contra los informantes. El gobierno de Estados Unidos tiene la intención de seguir a quien esté dando información que no haya sido hecha pública de forma oficial por la Casa Blanca. Y el mensaje que envian es: “Sólo queremos que salgan las declaraciones oficiales o nuestras filtraciones oficiales”.
Cuando el grupo Khorasan salió de la nada, y nos dijeron que ésta era la mayor amenaza— de hecho, en la cadena NBC News, hubo un fantástico— cuando Brian Williams anunciaba la nueva, última, mayor amenaza— una marca registrada— tenía un gráfico junto a él que decía: “el nuevo enemigo”. Y es como si pudiéramos tomar una foto de eso, y cada año o, al parecer ahora va a ser cada dos o tres meses, podríamos tener a Brian Williams allí con “la nueva amenaza”. Podría convertirse en una fiesta anual, en este país en la que celebremos cualquier nueva guerra que le dará a Lockheed Martin, Boeing, y todas estas empresas, enormes ganancias.
La era en la que estamos viviendo ahora, donde hay una guerra contra los periodistas en el extranjero por parte de toda fuerza posible y luego esta guerra en casa, donde los periodistas están siendo vigilados— sus fuentes están siendo amenazadas con ser procesadas bajo la Ley de Espionaje— el gobierno de Obama está en la misma liga que algunos de los violadores de derechos humanos más despiadados en el mundo, llevando a cabo esta campaña contra la prensa.
AMY GOODMAN: Hablemos sobre el Presidente Obama, el presidente actual, y los posibles aspirantes a la Presidencia, por ejemplo, Hillary Clinton. Usted escribió “Guerras Sucias” mientras ella era secretaria de Estado. ¿Cuál es su posición respecto a este tema?
JEREMY SCAHILL: Hillary Clinton es, de hecho creo que ella es de línea más dura que Barack Obama, y Obama ha emergido como un halcón en lo que a sus políticas se refiere. Él puede hablar todo lo que quiera acerca de cómo quiere cambiar y restablecer las relaciones en todo el mundo; ésta ha sido una presidencia totalmente militarizada. Hillary Clinton, cuando era secretaria de Estado actuó como si ella también fuera una especie de secretaria de Defensa. Y su Departamento de Estado estaba profundamente involucrado en la planificación de acciones encubiertas alrededor del mundo, utilizando al Departamento de Estado para encubrir operaciones de la CIA. Y los Clinton, Bill y Hillary Clinton, son dos de los más feroces defensores de la política del imperio norteamericano, y también tienen una relación muy estrecha con algunos de los personajes más nefastos de la familia Bush. Así que esas dos familias, los Bush y los Clinton, son casi como una monarquía en este país. Quiero decir, Jeb Bush podría postularse a la Presidencia. Quiero decir, no está claro— George W. Bush dijo el otro día que está presionando a su hermano para tratar de que se postule a la presidencia. Pero, ya sabes, Hillary Clinton es una feroz neoliberal que cree en respaldar la llamada “mano oculta del libre mercado” con las políticas despiadadas de mano dura militar.
AMY GOODMAN: Déjeme preguntarle muy rápidamente sobre Blackwater y el juicio que ha estado teniendo lugar. Los miembros del jurado han estado deliberando en el juicio por el asesinato y homicidio culposo de los cuatro ex agentes Blackwater presuntamente implicados en la masacre de 2007 en la Plaza Nisoor de Bagdad. Los sospechosos están acusados de la muerte de 14 de los 17 civiles iraquíes que murieron cuando su unidad de Blackwater abrió fuego indiscriminadamente.
JEREMY SCAHILL: Así es. Ésta fue la peor masacre de civiles iraquíes a manos de mercenarios, contratistas privados, que conocemos en Irak. Y, sabes, yo no sé cuál será el veredicto, pero lo que sí sé es que la persona que debería ser juzgado es Erik Prince, que fue el fundador y director de Blackwater cuando era Asesinato Incorporado en Irak, donde había un ambiente en esa empresa en la que eran alentados a ver a todos los iraquíes como enemigos. Y cometieron muchas masacres más allá de lo que conocemos en la Plaza Nisoor. Esto es un microcosmos de lo que sucede todo el tiempo. Siempre son las personas de la cadena la que se enfrentan a las consecuencias. Yo creo que estos hombres deben ser procesados, deben ser condenados por lo que hicieron y deberían estar en la cárcel. Pero los directivos de Blackwater también deberían estar allí. Y hasta que nosotros, como sociedad, no repudiemos a los que son responsables por los rangos más bajos, nada va a cambiar.
AMY GOODMAN: Jeremy Scahill, muchas gracias por estar con nosotros. Su nuevo libro, “Guerras Sucias: El mundo es un campo de batalla”, el éxito de ventas de The New York Times, está disponible ahora en edición de bolsillo.
Traducido por Glenda Rosado y Constanza Sánchez Chiappe. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.