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Crece el movimiento a favor de la desinversión en empresas de combustibles fósiles. El jueves, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu hizo un llamado a realizar un boicot al estilo de la campaña contra el apartheid y una campaña de desinversión contra la industria, por el papel que esta ha tenido en el cambio climático. Mientras tanto, un grupo de casi cien miembros del cuerpo docente de la universidad de Harvard publicó una carta abierta en la que piden a esta universidad miembro de la Ivy League que se deshaga de sus intereses en empresas de petróleo, gas y carbón. “Si las grandes empresas consideran que la desinversión es una medida ‘política’, entonces la constante inversión es un acto igualmente político, uno que financia las actuales actividades corporativas y calcula ganancias a partir de ellas”, escribieron los profesores. “La esclavitud era una cuestión de inversión, como lo era el apartheid y el daño causado por el cigarrillo”. Harvard tiene el mayor presupuesto universitario del país, equivalente a más de treinta y dos millones de dólares. Hablamos con James Anderson, profesor de química y ciencias planetarias y de la Tierra de la Universidad de Harvard. Es uno de los firmantes de la carta que exigen a Harvard desinvertir de la industria de combustibles fósiles. Además, hizo un trabajo señero al exponer cuál era el vínculo entre el cambio climático y la pérdida del ozono. También hablamos con Jamie Henn, cofundador de la organización 350.org orientada a temas de cambio climático.