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Mientras el domingo las fuerzas israelíes dejaron un saldo de más de cien palestinos muertos, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometió seguir con el ataque sobre Gaza “mientras sea necesario”, invocando el respaldo de sus aliados extranjeros que “constituyó el fundamento diplomático que nos dio el crédito internacional para operar”. El gobierno de Obama le dio un apoyo decisivo a Israel, al aducir que Israel actuó en defensa propia y al culpar a Hamas de la cantidad de muertos. Pero en el día más sangriento del conflicto, la Casa Blanca empezó a mostrar tímidos signos de recelo. El presidente Obama le habló a Netanyahu por segunda vez en tres días y le planteó “serias preocupaciones por el creciente número de víctimas fatales”. Mientras tanto, el secretario de Estado, John Kerry, recorrió los programas de televisión el domingo, para defender públicamente el ataque de Israel sobre Gaza. Además, en una llamada telefónica privada que la cámara captó en un intervalo comercial, Kerry parecía hablar de modo sarcástico de la enorme cantidad de víctimas civiles en los ataques que estaba defendiendo públicamente. La Casa Blanca informo que hoy Kerry viajará a El Cairo, para tratar de conseguir el cese de las hostilidades sobre la base del alto el fuego acordado en noviembre de 2012. Max Blumenthal, escritor reconocido y columnista del sitio Alternet, afirma que el gobierno de Obama llevó adelante una “diplomacia vacía” con el objeto de “legitimar la operación por tierra de Netanyahu y crear un espacio político para el tipo de masacres que hemos estado viendo. Esto significa el fracaso absoluto de la diplomacia estadounidense y una renuncia al liderazgo por parte de Barak Obama. Él afirma tener el corazón destrozado por las imágenes provenientes de la Franja de Gaza, pero controla y autoriza el envío del mismo armamento que es utilizado para bombardear hospitales”.
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