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Mientras muchos vinculan el ataque israelí sobre Gaza con la serie de hechos que empezaron con el secuestro y posterior asesinato de tres adolescentes en los territorios ocupados de Cisjordania, analizamos cómo la causa inmediata de la crisis ha sido ignorada por completo. En un artículo publicado hace poco por el periódico New York Times, “Cómo occidente eligió la guerra en Gaza”, Nathan Thrall, analista de la organización Internacional Crisis Group, sostiene que las raíces de la violencia actual se encuentran en los esfuerzos de Israel, EE.UU. y Europa de debilitar el gobierno de unidad palestino, al que Hamas se sumó a principios de este año. Aislado por su oposición al régimen de Assad en Siria y una ruptura con el gobierno militar de Egipto, Hamas se reconcilió con la autoridad Palestina en Cisjordania con la esperanza de que un acuerdo de unidad aliviara el agobiante bloqueo a Gaza y ayudara a pagar los sueldos a miles de empleados públicos. Pero Estados Unidos y la Unión Europea ayudaron a Israel a mantener el bloqueo a Gaza y negarles el pago a los empleados de Hamas. “El plan A de Hamas para salir del dilema en que se encontraba junto con Gaza fue la reconciliación”, afirma Thrall. “Eso fue impedido, por lo tanto el Plan B es la crisis que tenemos hoy”.