Un alto mando rebelde ha confirmado por primera vez que los separatistas pro-rusos tenían un misil antiaéreo del tipo que, según Estados Unidos, se utilizó para derribar el vuelo 17 de Malaysia Airlines, matando a las 298 personas a bordo. Culpó a las autoridades ucranianas de provocar el ataque, diciendo que atacaron deliberadamente esa zona, sabiendo que el sistema de misiles estaba activo y que los rebeldes responderían. Mientras tanto, en la zona cercana a la frontera con Rusia sigue habiendo fuertes enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas apoyados por Rusia. El miércoles, dos aviones de combate ucranianos fueron derribados cerca del lugar donde cayó el avión de Malasia Airlines. “La tragedia del avión derribado sucedió en el contexto de esta guerra civil que pasa casi desapercibida en los medios”, dice Katrina Vanden Heuvel, editora y directora de la revista The Nation, que durante décadas ha cubierto temas vinculados con Rusia. “La cobertura mediática hecha desde Estados Unidos, que toma un sólo punto de vista del conflicto, ha sido muy perjudicial” Vanden Heuvel menciona que han llegado a Rusia más de 110.000 refugiados procedentes del este de Ucrania y otras 56.000 personas están desplazadas dentro en Ucrania.