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Las protestas pacíficas continuaban el miércoles en Ferguson, Missouri, cuando el fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, llegó a la ciudad para reunirse con sus habitantes y con los agentes del FBI que investigan el asesinato de Michael Brown por parte de la policía. Desde Democracy Now! viajamos a Ferguson esta semana y visitamos el lugar donde fue asesinado este joven de 18 años. También hablamos con jóvenes que viven en la zona, algunos de los cuales conocían personalmente a Brown. “Cayó de rodillas, como diciendo 'no disparen'. Pero [el agente de policía] igual le disparó en el ojo, en la cabeza, y cuatro veces por aquí”, dijo un vecino. “Todo lo que puedo decir es 'manos arriba, no disparen'. Q.E.P.D. Mike Brown”.
Transcripción
JUAN GONZÁLEZ: Los manifestantes continuaron protestando pacíficamente ayer por la noche en Ferguson, Missouri, por el disparo de la policía que mató al adolescente afroamericano Michael Brown, que se encontraba desarmado. La policía dijo que anoche se realizaron seis detenciones. El Fiscal General de EE.UU., Eric Holder, viajó a Ferguson el miércoles. En su conversación con habitantes del lugar, les dijo: “las cosas van a cambiar”.
FISCAL GENERAL ERIC HOLDER: ¿Dónde más podría yo estar que en este lugar, en este momento para, bueno, hablar con la gente de esta zona, que merece toda nuestra atención? Queremos ayudar, lo más que podamos. Y también queremos escuchar. Eso es lo más importante de este viaje. Queremos escuchar, conocer las dificultades que ustedes están viviendo y viendo. ¿De qué formas podríamos ayudar?
JUAN GONZÁLEZ: En su reunión con estudiantes de escuelas secundarias de Ferguson, Eric Holder rememoró que en repetidas ocasiones fue blanco de la policía debido a su raza. El primer afroestadounidense en ser fiscal general de Estados Unidos también escribió una editorial en el periódico St. Louis Dispatch, en el que se comprometió a: “Hacer que esta tragedia de lugar a un mayor entendimiento —y firmeza en la acción— que permitan salvar las brechas que siguen existiendo entre los funcionarios encargados de hacer cumplir las leyes y las comunidades a las que servimos”.
AMY GOODMAN: El mismo miércoles, la fiscalía del condado de St. Louis empezó a presentar su evidencia al jurado que determinará si se deben presentar cargos penales contra el agente de policía Darren Wilson por matar a Michael Brown. El fiscal del condado, Bob McCulloch, dijo que el proceso judicial podría durar hasta octubre. Su equipo ya ha entrevistado a Wilson y dice que se le dará la oportunidad de testificar. En la manifestación realizada fuera del tribunal se pidió que McCulloch fuera reemplazado por un fiscal especial, señalando que el padre de McCulloch era oficial de policía y fue asesinado por una persona afroestadounidense mientras estaba de servicio. McCulloch respondió a esta demanda durante una entrevista en la radio KTRS, el miércoles.
ROBERT McCULLOCH: No tengo para nada la intención de alejarme de los deberes y las responsabilidades que han sido delegadas en mí por la gente de esta comunidad. Hace 24 años que hago esto. Y he hecho, si puedo ser yo quien lo diga, un muy buen trabajo. Soy justo e imparcial en todos los asuntos que se nos presentan. Entonces, cuando viene alguna gente y me dice: “Queremos que te vayas”, lo puedo entender. Ciertamente, tienen la capacidad y el derecho de pedir eso. Pero yo he tratado, directamente, de decir: “Miren, no lo voy a hacer. No me voy a alejar del caso. Es parte de las responsabilidades de mi trabajo”. Pero entiendo, por supuesto, que habiendo declarado el estado de emergencia, el gobernador Nixon tiene en este momento la autoridad para decir: “McCulloch está fuera de este caso”.
AMY GOODMAN: A todo esto, el oficial Wilson tiene una licencia con goce de sueldo. Mientras tanto, otro agente de policía, que fue filmado cuando amenazaba con matar a unos manifestantes pacíficos de Ferguson, fue suspendido indefinidamente. En el video, filmado el martes por la noche, se ve a este agente apuntando su rifle de asalto semi-automático contra los manifestantes, diciéndoles que los va a matar y que, textualmente, “se vayan a la m—”. Bueno, yo volví de Ferguson, Missouri, ayer por la noche. Estando allí, visitamos el sitio donde mataron a Michael Brown, la calle que pasa justo afuera de los apartamentos Canfield. Hablé con jóvenes que viven en la zona, algunos de los cuales conocían a Brown. Pero antes, estuvimos en una manifestación de protesta frente a la estación de policía de Ferguson.
MANIFESTANTE 1: ¡Torso a la derecha! ¡Torso a la derecha!
MULTITUD: ¡Sin justicia, no hay paz!
MANIFESTANTE 1: ¡Torso a la izquierda! ¡Torso a la izquierda!
MULTITUD: ¡Sin justicia, no hay paz!
MANIFESTANTE 1: ¡Torso a la derecha! ¡Torso a la derecha!
AMY GOODMAN: ¿Puedes decirme tu nombre?
CAT DANIELS: Cat Daniels.
AMY GOODMAN: ¿Este es tu hijo?
CAT DANIELS: Este es mi nieto.
AMY GOODMAN: Tu nieto. ¿Como te llamas?
DEANDRE SMITH: DeAndre Smith.
AMY GOODMAN: DeAndre, ¿cuántos años tienes?
DEANDRE SMITH: Diez.
AMY GOODMAN: ¿Qué haces aquí esta noche?
DEANDRE SMITH: Bueno, estaba ahí con mi abuela.
AMY GOODMAN: Bueno, ¿por qué estás aquí?
CAT DANIELS: Estoy aquí porque queremos saber la verdad. Creo que nos merecemos saber la verdad. Creo que la familia Brown merece un poco de justicia. Así que, bueno, hasta que no logremos un poco, o sea, se lo tiene que procesar a este tipo, o algo así. No puede simplemente matar a un chico y pensar que todo va a estar bien. No es así.
AMY GOODMAN: Cuéntame qué dice tu camiseta.
CAT DANIELS: Mi camiseta dice: “Manos arriba, no disparen”.
AMY GOODMAN: ¿Y tu letrero?
CAT DANIELS: Mi letrero dice: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.
AMY GOODMAN: ¿Conoces a la familia Brown?
CAT DANIELS: No conozco a la familia Brown, pero no necesito conocerlos. Estamos todos con ellos, apoyándolos.
AMY GOODMAN: ¿Dónde estamos ahora?
CAT DANIELS: Ahora mismo estamos en la calle Florissant, Florissant Sur, sí. O sea, estamos aquí frente a la estación de policía de Ferguson.
AMY GOODMAN: ¿Por qué aquí? ¿Por qué están manifestando aquí?
CAT DANIELS: Bueno, porque es un agente de policía de Ferguson, así que es importante venir aquí, y hacerles entender que queremos justicia. Que no vamos a quedarnos con los brazos cruzados y dejarlos seguir pisoteando a la gente. Este jovencito tiene 10 años. Quiero verlo crecer. Quiero que tenga la oportunidad de hacer cosas. Mi nieto mayor creció, y ¿sabes lo que hizo? Está sirviendo a su país. Entonces, mira, pienso que ese muchacho debería haber tenido la oportunidad de estudiar y realizar algunos de sus sueños.
AMY GOODMAN: ¿Su hijo estuvo en Irak o Afganistán?
CAT DANIELS: No, mi hija; bueno, toda la familia está vinculada a la Marina, por cierto. Mi marido está jubilado. Mi hija está prestando servicio en Pearl Harbor, y mi nieto está en San Diego. Mi otro hijo se fue, y está en la universidad. Y yo quiero que los más jovencitos tengan la misma oportunidad.
AMY GOODMAN: DeAndre, ¿qué quieres ser cuando seas mayor?
DEANDRE SMITH: Bueno, quiero ser, quisiera servir a nuestro país, para ayudar a que cambien las cosas en el mundo.
MANIFESTANTE 2: Yo soy madre antes que cualquier otra cosa. Mis jóvenes, yo sé que a ustedes, a nosotros, nos han maltratado con todo esto. Sé que nos han tratado injustamente. Ellos saben que han actuado mal. Y eso sólo cambiará cuando trabajemos todos conjuntamente.
AMY GOODMAN: Bueno, dime tu nombre y cuéntame qué dice tu letrero, y ¿qué piensas de esto?
RONA: Mi nombre es Rona y mi letrero dice “Primavera Negra”. Igual que los árabes lucharon por sus derechos, por sus derechos civiles y para derrocar a su gobierno corrupto, nosotros estamos luchando por nuestros derechos civiles, nuestros derechos humanos. Nos gustaría, como resultado de esto, una de las resoluciones que quisiéramos es que haya una ley. Los agentes de policía no deberían tener la posibilidad de ampararse en su placa cuando cometen un crimen. Cuando nosotros cometemos un crimen, recibimos un castigo. Ellos también deberían ser castigados. No es justo. No deberían ser tratados como seres humanos extra especiales.
MANIFESTANTE 3: ¿Qué queremos?
MULTITUD: ¡Justicia!
MANIFESTANTE 3: ¿Cuándo la queremos?
MULTITUD: ¡Ahora!
AMY GOODMAN: Son más o menos las 10:00 de la noche, hay cientos de personas concentradas aquí, con letreros de todo tipo, que dicen cosas como: “Primavera Negra” y “Manos arriba, no disparen”. Parece que se van a seguir marchando por la calle Florissant. Están justo enfrente de la estación de policía de Ferguson, y afuera de la estación hay un cordón policial con equipamiento antidisturbios. Vamos a cruzar a hablar con ellos y preguntarles cuáles son sus planes para esta noche. Quisiera saber cuáles son las directivas para la policia esta noche.
OFICIAL DE POLICÍA 1: Señora, tiene que hablar con el comandante a cargo.
AMY GOODMAN: ¿Hay toque de queda esta noche?
POLICÍA 2: No, señora.
AMY GOODMAN: ¿Han anunciado algún procesamiento o algo por el estilo?
POLICÍA 2: Que sepamos, esta noche no.
AMY GOODMAN: Bueno. Vamos a dejar la estación de policía frente a la cual se ha concentrado la manifestación, y vamos a dirigirnos hacia los apartamentos Canfield, donde vive la abuela de Michael. Allí, en medio de la calle, justo pasado la barricada, se encuentra el altar para Mike Brown. Los habitantes de la zona están dejando rosas y otras cosas para rendirle homenaje, la gente y los autos le pasan por al lado. Y la gente quiere hablar. Ey, ¿me quieres decir tu nombre?
STEVON STATOM: Mi nombre es Stevon Statom.
AMY GOODMAN: ¿Y vives aquí en los apartamentos Canfield?
STEVON STATOM: Sí, vivo aquí. Me mudé aquí el viernes pasado.
AMY GOODMAN: ¿El viernes 8 de agosto?
STEVON STATOM: Sí, el 8 de agosto, sí, el viernes pasado. Ese día, cuando me mudé, estaba todo tranquilo. Y luego, a la mañana siguiente… O sea, yo llegué y me instalé allí, justo en esa casa. Y a la mañana siguiente, me desperté y me encontré con el cuerpo en medio de la calle. Lo dejaron ahí durante unas seis o siete horas, sin hacer el esfuerzo de levantarlo y sacarlo de la calle.
AMY GOODMAN: ¿Era el cuerpo de Mike Brown?
STEVON STATOM: Sí, Mike Brown.
AMY GOODMAN: Aquí en medio de la calle.
STEVON STATOM: Sí, en medio de la calle. Aquí mismo está su altar, justo aquí, si quieres caminemos hasta ahí. Está justo en el medio de la calle.
AMY GOODMAN: Vamos, ¿por qué no vienes con nosotros?
STEVON STATOM: Vamos para ahí.
AMY GOODMAN: Así que te mudaste para aquí el día antes de su asesinato. Saliste de tu casa el sábado 9 de agosto y viste su cuerpo tendido en la calle. ¿Había alguien cerca del cuerpo?
STEVON STATOM: Sí, era como, cuando salí a la calle estaba todo cortado, la policía había cortado la calle. Pero, o sea, realmente no se esforzaron por recoger el cuerpo. Simplemente lo dejaron allí, como para que el mundo entero pudiese verlo, así como lo vio toda la gente del barrio. O sea, me imagino que estaban tratando de mandar un mensaje, como decir: “No me faltes el respeto o esto te va a pasar a tí.” Lo dejaron allí durante un buen rato, siete o seis horas. O sea, ni siquiera hicieron el esfuerzo de levantarlo.
AMY GOODMAN: ¿Estaba cubierto el cuerpo cuando lo viste?
STEVON STATOM: No, no, no. Estuvo ahí, echado boca abajo, muerto en el medio de la calle durante horas.
AMY GOODMAN: ¿Estás dejando una rosa ?
STEVON STATOM: Sí, como una forma de homenaje.
QUENTIN BAKER: Eso es lo que dijeron que había sido robado de la gasolinera, los cigarritos. Los pusieron aquí en el suelo.
AMY GOODMAN: Dime tu nombre.
QUENTIN BAKER: Mi nombre es Quentin Baker.
AMY GOODMAN: Y cuéntame qué es lo que tienes puesto en la cara. Tienes una cinta en la cabeza.
QUENTIN BAKER: Tengo la cinta de Mike Brown, y aquí dice “Sin justicia no hay paz”, tapando mi boca.
AMY GOODMAN: ¿Y por qué te lo pusiste tapándote la boca?
QUENTIN BAKER: No sé, para cubrir mi cara, por el gas lacrimógeno, ¿sabes?
AMY GOODMAN: ¿Ya te han tirado gas lacrimógeno?
QUENTIN BAKER: Sí, dos veces. Dos noches seguidas.
AMY GOODMAN: ¿Cuántos años tienes?
QUENTIN BAKER: Tengo 19 años.
AMY GOODMAN: ¿Y dónde vives?
QUENTIN BAKER: Vivo en South County, en el sur de St. Louis.
AMY GOODMAN: ¿Y por qué estás aquí?
QUENTIN BAKER: Por Mike Brown, y todo esto. Estoy aquí para a apoyar a la gente de mi ciudad, por eso.
AMY GOODMAN: ¿Es un impacto esto para tí?
QUENTIN BAKER: Sí. Sí, es una locura. Una barbaridad. Esto está, vine hasta aquí para mostrar un poco de paz, ¿sabes?
AMY GOODMAN: ¿Qué ves aquí en este altar para Mike Brown que está en el medio de la calle…
QUENTIN BAKER: Veo velas…
AMY GOODMAN: …por donde constantemente pasan autos en ambas direcciones?
QUENTIN BAKER: Pues veo velas y flores, y una cruz, fotos de él por todos lados. Todavía hay sangre. Su sangre está todavía en la calle, debajo de la cera de las velas que ya se han consumido.
PERSONA NO IDENTIFICADA: Bueno, esto es como un llamado para que nos despertemos, para que salgamos a gritar por la justicia, que nos hagamos oir. Y esta es la única manera que sabemos cómo hacerlo, los jóvenes. Y ojalá aprendamos más y aprendamos mejores maneras. Pero por ahora, esta es nuestra forma de gritar.
AMY GOODMAN: ¿Tú vives aquí en los apartamentos Canfield?
PERSONA NO IDENTIFICADA: Sí, sí, yo vivo por aquí en St. Louis. Vivo aquí en St. Louis, en la parte sur. Y he venido hasta aquí para dar mis condolencias, porque yo también conocía al joven compañero.
AMY GOODMAN: ¿Conocías a Mike Brown?
PERSONA NO IDENTIFICADA: Sí. Y es una tragedia, porque él no era el tipo de persona que están mostrando las noticias.
AMY GOODMAN: ¿Puedes hablarnos sobre Mike?
PERSONA NO IDENTIFICADA: Un chico humilde, Michael Brown era realmente una buena persona, de buen corazón. Y tenía un buen futuro, tenía la cabeza bien puesta sobre los hombros.
AMY GOODMAN: ¿Cómo te llamas?
PERSONA NO IDENTIFICADA: No quiero decirlo. Gracias.
RICO: Soy Rico, me conocen en el barrio como Rico. Tengo 22 años.
AMY GOODMAN: ¿Conocías a Mike Brown?
RICO: Sí, lo conocía. Sí, señora. Era muy amigo mío. Él y Dorian.
AMY GOODMAN: ¿Dorian Johnson?
RICO: Sí. Sí, señora.
AMY GOODMAN: Estaban juntos.
RICO: Sí, señora.
AMY GOODMAN: ¿Estabas por aquí el 9 de agosto?
RICO: Llegué después de los disparos, cuando ya habían declarado muerto a Mike.
AMY GOODMAN: ¿Puedes contarme un poco sobre él? ¿Vivía aquí?
RICO: Bueno, tiene familiares que viven por aquí, en este edificio que está aquí al lado y también subiendo por Northwinds. Era un buen amigo mío. Se había graduado de la escuela. O sea, mucha gente de la comunidad negra, bueno, mucha gente negra no logra graduarse y terminar la escuela. Leen otro tipo de cosas. Y bueno, mucha gente de nuestra comunidad tiene padres drogadictos y esas cosas, así que tienen que alimentarse a sí mismos y esas cosas, y bueno, se meten en cosas. Y Mike no era así. Era uno de esos tipos que iba a la escuela, que terminó la escuela. Tenía padres que estaban pendientes de él y lo apoyaban, ¿sabes? Así que esto no tiene justificación. Así lo siento yo. En serio, así me siento. O sea, realmente no tiene justificación. He perdido un buen amigo, ¿sabes? Simplemente, esto no está bien, vivimos como en cautiverio en este barrio, nos quieren tener aquí encerrados y hacernos sentir que no valemos nada, ¿sabes a qué me refiero?
Nuestras palabras, nosotros no tenemos voz. Y vivimos aquí, y pagamos el alquiler, y hemos estado aquí desde siempre. Desde siempre. Sólo quiero que se haga justicia. Quiero ver a la familia de Mike feliz y satisfecha, sabiendo que este policía asesino esta fuera de las calles, y sabiendo que mi gente negra no será asesinada por ningún otro agente, ni Darren Wilson, ni ningún otro sea quien sea, ¿sabes? Él ha lastimado a un montón de gente. Y mi dolor no se detiene. Y estoy aquí afuera, y voy a seguir estando. No me voy a detener. No me voy a detener. Seguiré aquí afuera apoyando a todos mis hermanos negros y eso. Quiero que ellos sepan que yo estoy aquí afuera, apoyando, y estoy aquí afuera, por todos nosotros. Me gusta ver que se unan los jóvenes negros. Y todos tenemos, todos hacemos esto por Mike. No quiero ver a nadie aquí haciendo bandalismo, ni nada de ese tipo. Quiero que todos se comporten pacíficamente, que estemos tranquilos en todo lo que hagamos por Mike. Cuando marchamos y todo eso, lo hacemos como debe ser.
AMY GOODMAN: ¿Siempre suele haber este tráfico aéreo en el cielo?
RICO: Sí, así viene estando todas estas noches. Y han tirado gas pimienta incluso sobre algunos niños, gases lacrimógenos, balas de goma. Y la cosa es que es toda gente inocente, que vive en esta zona. Así que si tiran gases lacrimógenos y todas esas cosas, están fastidiando a todo el mundo. Toda la gente que quiere salir y meterse en sus autos, tienen que respirar estas cosas en el aire. Se les viene encima. O sea, yo tuve que hacer un esfuerzo tremendo sólo para caminar desde West Florissant hasta aquí, al Puente Northwinds. Tuve que esforzarme muchísimo, repitíendome a mí mismo: “Sigue adelante, sigue adelante”. Porque el gas lacrimógeno era tan fuerte que me estaba quebrando. Yo tengo asma.
AMY GOODMAN: ¿Y en estos apartamentos se respira el gas lacrimógeno?
RICO: El gas lacrimógeno. El gas lacrimógeno está por todos lados, en las casas, en todas partes. Y ayer nos dijeron que no había toque de queda. Pero a las 9:00, 9:30, tiraron gases lacrimógenos y todo eso. Y los mismos policías nos habían dicho: “No hay toque de queda esta noche. Vamos a hacer bien las cosas”. Pero nos mintieron. Así que, ahí van otra vez. ¿Cómo vamos a poder sentir confianza en estos oficiales, cómo vamos a sentir que los podemos llamar si necesitamos ayuda y todo eso, si los propios oficiales son quienes nos están maltratando, y nos están mintiendo, y nos están matando? Y nos están matando, por ser negros. Duele, ¿sabes? Duele. Duele.
AMY GOODMAN: ¿Quién hizo ese cartel que está detrás de ti?
RICO: ¿Cuál? ¿La cruz?
AMY GOODMAN: El que está justo debajo de la cruz. ¿Qué dice?
RICO: “Cuidado, policía asesino suelto. Niños y niñas, tengan cuidado. Tengan cuidado”. Dice: “Tengan cuidado, niños”, porque él mató a un niño, el hijo de alguien. Yo también tengo hijos. Y duele mucho. Es lo que dije, me duele.
AMY GOODMAN: ¿Cómo te llamas?
JERODNEY MEEKS: Mi nombre es Jerodney Meeks.
AMY GOODMAN: ¿Cuántos años tienes?
JERODNEY MEEKS: Tengo 26 años. Bueno, él le dijo al chico que se detenga porque estaba caminando por la calle. O sea, ¿cómo puede llevar eso a que te disparen dos veces en la cabeza y cuatro veces en el cuerpo? Y tenía las manos en alto, se ve en la autopsia.
RICO: Y si eres policía y estás tratando de detener a alguien y llegas a un punto en el que se hace necesario disparar, los oficiales están entrenados para eso. Están entrenados para disparar a las piernas, usar una pistola eléctrica, echar gas pimienta, lo que sea. No hay ningún motivo para…
JERODNEY MEEKS: ¿Cómo va a dispararle en la cabeza? RICO: Sí ¿cómo se llegó a eso?
AMY GOODMAN: ¿Conocías a Mike Brown?
JERODNEY MEEKS: Yo no lo conocía, pero yo siempre ando por aquí, en esta comunidad, y oí lo que pasó. O sea, yo no soy perfecto, tengo mi historial, mi pasado. Y, o sea, he hecho cosas por las cuales tuve que pasar un buen tiempo en los tribunales, ¿sabes? Así que ver que esto le pase a alguien como él, yo lo digo porque sé que he hecho cosas malas, entonces siento que no está bien, porque conozco mi historia, y ver que matan a esta persona inocente morir, de esta manera. Y no tuvo nada que ver con lo que pasó en el Mercado de Ferguson. Fue porque él estaba caminando en la calle y se negó a subirse a la acera. No está bien. Y yo no, bueno, no me voy a criminalizar a mí mismo, pero he hecho cosas mucho más malas. Y cumplí mi tiempo, bueno, y estoy afuera. Soy un hombre libre. Soy un hombre cambiado. ¿Sabes? tengo niños que cuidar. Pero ver que este hombre ni tuvo la oportunidad de ir a un tribunal, cambia todo. Y ni siquiera tenía nada que ver con lo del Mercado de Ferguson. O sea que, en ese momento, no lo estaban acusando de nada.
Sólo fue que la policía lo vió caminando en la calle, le dijeron que se subiera a la acera y él se negó. Y fuera lo que fuera que sucedió luego, realmente no puedo hacer acusaciones porque no estuve alli, pero por lo que se dice, no había por qué sacarle la vida a ese hombre. Ahora, él no podrá ver, digo, no podrá tener hijos, ver crecer a sus hijos, enseñarles cosas sobre la vida. Ya sabes, no dejó nada atrás. Y su familia nunca, como que todos los años que les llevó formarlo, llegar a ser esa persona, que fuera a la escuela y superarse a sí mismo. Yo, por ejemplo, no fui a la universidad, no terminé la escuela secundaria. Así que ver a un hombre que realmente estaba haciendo algo por sí mismo, tratando de cambiar su situación, y que le saquen la vida, no está bien.
AMY GOODMAN: ¿Puedes decirme tu nombre y dónde vives?
KOREI MOORE: Korei Moore, y estoy en los apartamentos Northwinds. No se trata sólo de un afro-estadounidense, sino que es un niño. Y se trata de otra madre que está, bueno, que tiene que enterrar a su hijo, acompañarlo a la tumba. Yo estoy muy perturbada por esto, muy molesta, porque yo tengo un hijo de 16 años también, y ese podría haber sido mi niño o el niño de cualquiera de aquí. Así que es algo muy difícil.
AMY GOODMAN: ¿Qué le dices a tu hijo de 16 años?
KOREI MOORE: Le digo, lo dejé venir a caminar con nosotros, para mostrarle: “Éste podrías haber sido tú. Podrían haber sido tus primos. No estamos exentos de esto. Es sólo cuestión de segundos, te confunden la identidad, y yo te podría estar enterrando a tí”. Y como le digo, más allá de este escenario, hay tantas cosas que están sucediendo en el mundo. Hay tanta envidia y pena en el mundo que, bueno, simplemente no quiero que él sea parte de eso. Así que me ocupo de que esté aprendiendo cosas, como salir a protestar y defender sus derechos, y también saber cómo lidiar con la policía y cosas de ese tipo, y cómo mantenerse alejado de cualquier cosa que pueda ser, bueno, que lo pueda disuadir de hacer algo bueno. Porque como dijo su madre, es difícil lograr que un hombre joven negro se gradúe. Y una vez que logramos que alguno se gradúe, le pasan cosas como ésta. Así que, sí.
AMY GOODMAN: ¿Viste a la madre de Mike Brown el sábado?
KOREI MOORE: Sí, la ví.
AMY GOODMAN: ¿Con el cuerpo de su hijo aquí?
KOREI MOORE: Sí, así es.
AMY GOODMAN: ¿Dónde estaba la cabeza de él?
KOREI MOORE: Su cabeza estaba para este lado y su cuerpo para allá, como que su cabeza estaba para el lado de Florissant.
AMY GOODMAN: ¿Y él estaba boca abajo?
KOREI MOORE: Sí, señora.
AMY GOODMAN: Estaba boca abajo.
KOREI MOORE: Sí, señora, boca abajo, echado boca abajo.
RICO LIKE: Me llamo Rico Like. Yo lo veía todo el tiempo, caminando por ahí, o sea, por todas partes. Él no hizo nada, no hizo nada. Era un hombre pacífico. Y ellos estuvieron mal. Y están diciendo, que lo habían golpeado al policía están diciendo, que hicieron esto y que hicieron aquello. ¿Dónde está? Queremos ver su rostro. Queremos ver que le dieron una paliza. Queremos ver, queremos ver lo que pasó. ¿Por qué se esconde? Porque no es cierto que lo golpearon. O sea, Dios los va a juzgar. Dios es el juez. Y él no hizo, él era un hombre inocente. Cayó de rodillas, como diciendo: “No disparen”. Pero igual le disparó en el ojo, luego en la cabeza, y cuatro veces por aquí.
AMY GOODMAN: ¿Estás participando en las protestas?
RICO LIKE: Sí. Estuve aquí ayer, me tiraron gases lacrimógenos y todo eso, no podía respirar. Pero logré salir, de algún modo. Todo lo que puedo decir es: “Manos arriba, no disparen”. Q.E.P.D. Mike Brown.
AMY GOODMAN: “Que en paz descanses Mike Brown”. Los habitantes de esta zona, cerca de los apartamentos Canfield, en Ferguson, están parados junto al altar improvisado, hecho con letreros, velas, peluches y flores, ubicado en el medio de la calle, donde Michael Brown dio su último aliento, después de haber recibido un disparo mortal de parte del agente de policía Darren Wilson, el 9 de agosto. El cuerpo de Brown estuvo en la calle durante más de cuatro horas. Cerca del altar hay un cartel que dice: “Cuidado, policía asesino suelto. NIños y niñas, tengan cuidado.” Esto es Democracy Now! estamos en democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Después del corte, estaremos con la directora de UNICEF en Gaza, Pernille Ironside. Quédense con nosotros. [Corte]
AMY GOODMAN: Escuchamos a Lauryn Hill interpretando una versión de “Black Rage”. Ayer la publicó en inernet, como forma de apoyo a las protestas en Ferguson por la muerte de Michael Brown.
Traducido por Elia Gran, Clara Ibarra. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español