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Científicos estudiosos del clima de todo el mundo advierten que los impactos de la emisión descontrolada de gases con efecto invernadero pueden ser “graves, generalizados e irreversibles”. Mientras tanto, el gobierno de Obama está abandonando los intentos de lograr que el Congreso acepte un acuerdo internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático. El periódico The New York Times informa que los delegados estadounidenses para las negociaciones están elaborando una propuesta que no requeriría la aprobación del Congreso y que, en lugar de ser vinculante, buscaría que los países se comprometan de manera voluntaria a reducir las emisiones. Esta información llega justo con la difusión de un nuevo informe de la ONU, que advierte que el cambio climático podría llegar al punto de “irreversible” si las emisiones de gases con efecto invernadero siguen sin ser controladas. El informe dice que para contener adecuadamente el calentamiento global, por lo menos tres cuartas partes de las reservas de combustibles fósiles conocidas deberían permanecer bajo la tierra. Hablamos con el fundador del movimiento 350.org, Bill McKibben, que nos cuenta por qué sus esperanzas de frenar el calentamiento global se encuentran, no en lo que haga el presidente Obama, sino más bien en acontecimientos sociales como la próxima Movilización Popular por el Clima, que tendrá lugar en la ciudad de Nueva York y podría llegar a ser la mayor manifestación de la historia contra el cambio climático. “El gobierno de Obama, al que le gusta mofarse de los miembros recalcitrantes del Congreso, no ha tenido realmente la voluntad de soportar el dolor político que sería necesario para frenar las cosas”, dice McKibben. “El resto del mundo se da cuenta de eso. La única manera que tenemos para cambiar estas ecuaciones políticas, aquí y en cualquier otro lugar, es la construcción de un movimiento fuerte; por eso la movilización del 21 de septiembre en Nueva York será tan importante”.