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Hace sesenta y nueve años a las 8:15 de la mañana, Estados Unidos arrojó una bomba atómica en la ciudad japonesa de Hiroshima. La destrucción que causó fue inmensa, las ondas expansivas, la radiación y el calor se cobraron las vidas de unos ciento cuarenta mil personas, cerca de la mitad de los habitantes de la ciudad. Tres días después, Estados Unidos arrojó una segunda bomba atómica en el pueblo japonés de Nagasaki, dejando un saldo de otras setenta y cuatro mil muertes. En el Memorial de la Paz de Hiroshima, hablamos con un sobreviviente de la explosión, Koji Hosokawa, que tenía 17 años en aquel momento. Su hermana Yoko de 13 años murió en la explosión. Hosokawa habló connosotros parado al lado del Domo de la Bomba Atómica, una de las pocas estructuras de la ciudad que sobrevivió a la explosión.