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El rey Abdullah bin Abdulaziz de Arabia Saudita falleció a la edad de 90 años. Abdullah era uno de los hombres más poderosos del mundo y un aliado clave de Estados Unidos en la región, que controlaba un quinto de la reservas conocidas del petróleo del mundo. El presidente Obama se refirió a Abdullah “como una fuerza de estabilidad y seguridad en Medio Oriente y más allá”. Muchos analistas acusaron a Abdullah de convertir el levantamiento en Siria en una guerra de ensayo contra Irán. En el año 2010, WikiLeaks publicó los cables diplomáticos estadounidenses que identificaban a Arabia Saudita como la mayor fuente de fondos del mundo para grupos combatientes islamistas. Abdullah también mandó tanques para aplastar los levantamiento a favor de la democracia en el vecino país Bahréin. Arabia Saudita acaba de ser criticada por su tratamiento del bloguero Raif Badawi, sentenciado a diez años de cárcel y mil latigazos a razón de cincuenta por semana, por insultar al Islam. El medio hermano de Abdullah, príncipe Salman, acaba de asumir el trono. Nos acompaña Toby Jones, director de estudios de Medio Oriente en la Universidad de Rutgers y autor del libro “Desert Kingdom: How Oil and Water Forged Modern Saudi Arabia” (El reino del desierto: cómo el petróleo y el agua forjaron la moderna Arabia Saudita).
Transcripción
AMY GOODMAN: Pasamos ahora a Arabia Saudí.
JUAN GONZÁLEZ: En Arabia Saudí, ha comenzado el funeral por el rey saudí Abdullah. El monarca murió el jueves a los 90 años. Su hermano Salman se convertirá ahora en rey de esta monarquía que posee una gran riqueza en petróleo. La Casa Blanca anunció que el vicepresidente Joe Biden viajará a Arabia Saudí para ofrecer sus condolencias. El rey Abdullah fue uno de los más cercanos aliados de Estados Unidos en la región. En un comunicado, el presidente Obama lo elogió, afirmando que “como líder, él siempre fue sincero y tuvo el coraje de defender sus convicciones. Una de esas convicciones era su creencia firme y apasionada en la importancia de la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí. como una fuerza para la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio y el resto del mundo”.
AMY GOODMAN: Mientras el presidente Obama ha descrito a Abdullah como una fuerza de estabilidad en Oriente Medio, muchos analistas acusaron a Abdullah de convertir el levantamiento en Siria en una guerra de poder con Irán. En 2010, WikiLeaks publicó cables diplomáticos estadounidenses que identificaban a Arabia Saudí como la mayor fuente de financiación para los grupos militantes islamistas en todo el mundo. El rey Abdullah también envió tanques para ayudar a aplastar los levantamientos prodemocráticos en el vecino Bahréin. Arabia Saudí fue recientemente objeto de críticas por su tratamiento al bloguero Raif Badawi, que se encuentra encarcelado tras ser sentenciado a 10 años de prisión y 1.000 latigazos, que serán ejecutados a una ritmo de 50 por semana, por cargos que incluyen insultar al Islam. Badawi dirige un blog sobre política, o lo hacía, hasta que fue encarcelado.
Para más información sobre el futuro en el rey Abdullah y de Arabia Saudí, nos acompaña a través de videoconferencia Toby Jones, profesor asociado de historia y director de estudios sobre Oriente Medio en la Universidad de Rutgers. Él es también autor del libro “Desert Kingdom: How Oil and Water Forged Modern Saudi Arabia” (El reino del desierto: cómo el petróleo y el agua forjaron la moderna Arabia Saudí). Previamente fue analista político del Grupo Internacional de Crisis del Golfo Pérsico.
Toby Jones, bienvenido a Democracy Now! Hable de la muerte del rey Abdullah.
TOBY JONES: La muerte de Abdullah, por supuesto, marca una transición. Se está poniendo mucha atención. Creo que, como usted ha señalado al inicio, su historial no es tan positivo o de color de rosa como mucha gente está diciendo hoy. Él llegó al poder formalmente en 2005, celebrado como un potencial reformador, como alguien que podría modernizar el reino y guiarlo hacia el futuro. Pero, en gran medida, ha fracasado en cada una de esos propósitos. Ha llevado a cabo un retroceso en lo referente a la incitación al sectarismo en su país y al apoyo a las fuerzas del radicalismo en el extranjero. O, si queremos leer esto de alguna manera un poco más benigna, al menos, no tomó medidas enérgicas contra las fuerzas internas que han tratado de incitar el sectarismo. Rompió sus relaciones con Irak. Vio la primavera árabe y el levantamiento en Siria como una oportunidad para desafiar tanto a Irán como potencia, como a Assad, sabiendo muy bien que eso podría conllevar el surgimiento de un nuevo tipo de terrorismo regional. Apoyaron la inestabilidad en Yemen. Han aplastaron las fuerzas prodemocracia en Bahrein. Abdullah es alguien que fue muy apreciado en Occidente. Puede que haya sido admirado por un gran sector de la sociedad saudí. Pero su historial es compatible con el de sus predecesores: Es contrario a la democracia, a los derechos humanos y a todas las cosas que se supone que debemos valorar.
JUAN GONZÁLEZ: Y sobre este último punto, profesor Jones, ¿cuál es el estado de los derechos humanos y la democracia en el reino saudí?
TOBY JONES: Es tan malo como siempre lo ha sido. Usted ha mencionado a Badawi al inicio del programa, quien ha sido condenado a una larga pena de prisión y que va a ser sujeto a flagelación pública, mil latigazos. Esto podría parecer descabellado, pero es una práctica común en Arabia Saudí. Sus cárceles están llenas de presos políticos— encarcelados desde hace mucho tiempo— incluidos islamistas, sospechosos de terrorismo, así como liberales y otros defensores de las reformas y los derechos humanos. Ha habido una serie constante de arrestos y detenciones en los últimos años. Ahora le prestamos atención a causa del los brutales, terribles decapitaciones públicas y este tipo del castigos medievales de flagelar a personas por decir lo que piensan, pero esto ha estado sucediendo en Arabia Saudí desde hace mucho tiempo. Vale la pena recordar que en 2002, 2003, Abdullah, cuando era el príncipe heredero —a pesar de no ser formalmente rey estaba en una situación de primacía política— se convirtió en un favorito de los grupos de presión reformistas— lo que podríamos llamar el ala política moderada de la sociedad política de Arabia Saudí. Era visto como un reformador. Fue adoptado por una amplia sección transversal de gente que cree que Arabia Saudí, tras el 11-S, después de la década de los 90 en la que había una brutal política de represión de la disidencia, que iba a ser la persona que iba a encabezar un período de apertura liberal. Y resultó que se volvió en contra de todos sus aliados internos. Cuando vio la oportunidad de aplastar y ir en contra de aquellos que podrían desafiar la primacía política saudí, lo hizo. Y lo hizo tan crudamente como cualquiera de sus predecesores. Él no fue un dictador benevolente. Él fue un dictador.
AMY GOODMAN: ¿Puede hablar sobre el hombre que será su sucesor, el rey Salman? ¿Hay algunas informaciones, o rumores, que dicen que tiene demencia?
TOBY JONES: Muchas personas afirman tener un buen conocimiento de la política interna de la familia real. Yo recomendaría precaución al decir que conocemos mucho sobre ellos. Salman no es un hombre joven. Tiene, al menos, 79 años, si no más. Así que él, ya sabe, ya tiene una edad. ¿Quién sabe cuánto tiempo va a durar su reinado? Si tiene problemas de salud, la familia real no va dejar que sepamos mucho sobre eso. Se ha especulado que sufre demencia. Y lo más probable es que su reinado será corto, y hay poderes detrás del trono que se asegurarán de que los intereses de la familia real estén protegidos, al igual que ocurrió con Abdullah y su predecesor, Fahd. La familia se protege a sí misma. Hay un acuerdo según el cual el rey es el primero entre iguales; nadie puede actuar de un modo demasiado radical o demasiado fuera de sintonía con los intereses de la familia. Así que el reinado de Salman será probablemente muy consistente y similar al de Abdullah. Será una figura decorativa. Probablemente ejercerá algún tipo de influencia, al igual que los que están más cerca de él, al igual que su sucesor, el príncipe heredero actual, que es unos 10 años más joven, Muqrin. Pero la realidad aquí— y creo lo que ocurre es que nos quedamos atrapados en la política de sucesión de Arabia Saudí, y en si habrá un cambio de la guardia que lleve a una transformación fundamental. Las probabilidades de que eso vaya a suceder son muy bajas. La familia real está interesada, en primer lugar, en protegerse a sí mismos, segundo, sus privilegios, y asegurarse que existan pocos desafíos a su autoridad. Son muy buenos en esto, y lo han sido durante más de medio siglo.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Cuál es el papel de la familia Saudí o la elite saudí en la financiación de los yihadistas de todo el mundo?
TOBY JONES: Arabia Saudí es, por supuesto, una gran fuente para un cierto tipo de pensamiento y producción ideológica. Se habla mucho de wahabismo y de las similitudes entre la ortodoxia oficial de los grupos islámicos— del Estado Saudí y de los grupos como al-Qaeda, ISIS y otros. Y creo que esas conexiones ideológicas son importantes. Sin duda hay personas operando sobre el terreno. Existe un apoyo dentro de las mezquitas saudíes para este tipo de redes. El Estado saudí está en una situación muy difícil, al igual que la familia real. … Creo que tenemos que tener cuidado aquí. Creo que ellos ven el panorama político regional a través de la lente de la geopolítica antigua. Ven a Irán como a un rival. Ven a Assad como a un peón en todo ese juego. Y ellos entienden que tienen un número de movimientos limitados, que hay unos aliados naturales con los que pueden forjar intereses mutuos y cooperación. Y los islamistas están entre ellos. Pero no creo que la familia real sea necesariamente un actor ideológico de la misma manera que lo son algunos de los predicadores y clérigos en Arabia Saudí. Pero se alían con estas redes porque tienen que hacerlo. Les han repartido unas cartas, y juegan la partida de la manera que mejor pueden. Pero este es una propuesta peligrosa— fue el camino que se siguió en Afganistán en la década de 1980, fue el camino en Irak después de 2003— cuando los saudíes forjaron alianzas, o, al menos, permitieron que aquellos que están algo así como en los márgenes del gobierno financiaran y apoyaran a esas redes que son al mismo tiempo peligrosas para el propio régimen. Es por eso que están construyendo una gran valla en la frontera con Irak. Por un lado, les gustaría ver a ISIS hacer daño en Siria, pero no quieren que vayan a su casa. Pero, en el largo plazo, se trata de una propuesta insostenible. Eventualmente, los saudíes van a tener que hacer frente a eso. Ellos van a tener que preveér las consecuencias de lo que ocurre en Siria e Irak. Les gustaría aplazarlo el mayor tiempo posible, pero es inevitable.
AMY GOODMAN: ¿Y la relación entre Arabia Saudí y Estados Unidos, Toby Jones?
TOBY JONES: Bueno, esa es una historia larga y complicada. A menudo se enmarca, como Obama mencionó, o como otros probablemente han destacado hoy, que se enmarcan en una búsqueda de seguridad y estabilidad. Y que, sin duda, son importantes desde la perspectiva tanto de los políticos saudíes y como de los estadounidenses. Si vamos al fondo de lo que esto significa, sin embargo, no siempre está claro. No es como si realmente los saudíes tuvieran algún poder para dar forma a la región o defender sus intereses militarmente. Son en gran parte dependientes de Estados Unidos para su seguridad. EE.UU. han proyectado felizmente su poder militar en el Golfo Pérsico por lo menos desde la década de 1970, si no antes. Creo que todo esto se reduce a que los saudíes son los productores de petróleo más importantes del mundo. Lo han sido durante mucho tiempo. Por esa razón, han estado en la órbita política de Estados Unidos por lo menos desde la década de 1930. Y el petróleo funciona de un modo importante. Funciona porque los estadounidenses lo ven como algo importante para la economía mundial, para nuestra propia salud económica y política. Y vemos a Arabia Saudí como un jugador importante en ese sentido. Pero la riqueza petrolera también hace muchas otras cosas. Ayuda a reciclar a la economía estadounidense, especialmente con la compra de armas. Y todo esto involucra a Arabia Saudí. Nuestra relación no trata sólo de garantizar la seguridad del petróleo. Trata de mantener un cierto tipo de relación estratégica y económica que ofrezca ganancias a ambos lados.
AMY GOODMAN: Toby Jones, queremos darle las gracias por estar con nosotros, profesor asociado de historia y director de estudios de Oriente Medio en la Universidad de Rutgers, autor de “Desert Kingdom: How Oil and Water Forged Modern Saudi Arabia” (El reino del desierto: cómo el petróleo y el agua forjaron la moderna Arabia Saudí).
Esto es Democracy Now! Cuando regresemos, hablaremos Ferguson. ¿Porqué el Departamento de Justicia no va a presentar cargos por violación de los derechos civiles contra el policía que mató a Mike Brown? Y luego vamos a hablar de una decisión del Tribunal Supremo de la que es posible que no haya oído hablar esta semana, una decisión importante para los informantes. Quédense con nosotros.
Traducido y editado por Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.