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El sistema educativo de Newark, Nueva Jersey, está en crisis hace años. Tiene altos índices de deserción escolar, escuelas de bajo rendimiento y una intervención estatal de dos décadas. En 2010, el gobernador republicano de Nueva Jersey, Chris Christie; el ex alcalde demócrata de Newark, Cory Booker; y el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, unieron fuerzas para renovar las escuelas de Newark. Pero aunque su proyecto se promocionó como un modelo para la reforma escolar a nivel nacional, millones de dólares destinados al mismo en una primera instancia, no fueron para las escuelas sino para consultores externos, en su mayoría blancos y sin vínculos con la comunidad afroestadounidense predominante en Newark. “Una gran cantidad de [ese dinero] fue para los consultores”, dice Baraka. “No quedó mucho para la formación docente ni para mejorar las condiciones de los docentes y las aulas, para que hubiera en las escuelas mejores recursos y oportunidades para los niños. Creo que ahora, a raíz de todo el alboroto y el debate que se generó en torno a esto, y porque desde que asumí como alcalde tenemos una nueva persona a cargo del tema, hemos comenzado a discutir qué pasa con la última parte del dinero y cómo utilizarla. Con suerte, se podrá utilizar en beneficio de los niños”.