El estado de NY investiga Exxon y las grandes petroleras atacan a los periodistas que dieron a conocer el encubrimiento en el caso del cambio climático

Reportaje02 de diciembre de 2015

La gigante petrolera ExxonMobil es objeto de una investigación penal en Nueva York por denuncias de haber mentido al público y a los inversores en relación a los riesgos del cambio climático. Ahora Exxon ataca a los periodistas que informaron que, desde la década de 1970, dicha empresa oculta sus propios hallazgos: los combustibles fósiles provocan el calentamiento global, alteran el clima y provocan el derretimiento de los hielos del Ártico. Estudiantes de la Facultad de Periodismo de Columbia colaboraron con el periódico Los Ángeles Times en dos de las denuncias. Exxon acusó a los estudiantes de escribir artículos imprecisos y tendenciosos. En su descargo, Exxon también se refirió a las “numerosas y productivas relaciones” que tiene con Columbia: Exxon donó casi $ 220 mil dólares a la universidad. El martes, Steve Coll, decano de la Facultad de Periodismo de Columbia respondió a las críticas de Exxon después de una amplia revisión. Nuestro invitado Bill McKibben estuvo siguiendo de cerca las denuncias de Exxon. En octubre fue detenido después de protagonizar una manifestación individual en una estación de servicio de Exxon. Tenía un cartel que decía “Este surtidor está temporalmente cerrado porque ExxonMobil mintió acerca del cambio climático”.

Transcripción
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AMY GOODMAN: Pasamos a hablar ahora sobre la gigante petrolera ExxonMobil, que se encuentra bajo investigación criminal en Nueva York por alegaciones de que le mintió al público y a los inversionistas sobre los riesgos del cambio climático. Exxon está luchando contra los periodistas que revelaron cómo Exxon ocultó sus propios hallazgos que datan de la década de 1970 de que los combustibles fósiles causan el calentamiento global, alteran el clima, y derriten el hielo del Ártico. Estudiantes de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia colaboraron con el diario Los Angeles Times en dos de las revelaciones. Exxon acusó a los estudiantes de producir artículos incorrectos y engañosos. En su queja, Exxon también se refirió a las “numerosas y productivas relaciones” que ExxonMobil tiene con Columbia. Exxon ha donado cerca de 220.000 dólares a dicha universidad. El martes, Steve Coll, Decano de la Facultad de Periodismo, respondió a la crítica hecha por Exxon en la carta dirigida al rector de Columbia después de una extensa revisión. Coll escribió: “Su carta disputa el contenido de los dos artículos en varios aspectos, pero consiste más que todo en ataques contra los periodistas del proyecto. He llegado a la conclusión de que sus alegaciones no están respaldadas por pruebas. Más que eso, me preocupa descubrir que en su carta usted ha hecho graves acusaciones de mala conducta profesional contra miembros del proyecto a pesar de que usted o sus colegas de relaciones públicas poseen registros de correos electrónicos que demuestran que sus acusaciones son falsas”, escribió Coll.

Bueno, nuestro invitado Bill McKibben, cofundador de 350.org, fue arrestado después de llevar a cabo una protesta él solo en la estación local de Exxon en Vermont. McKibben portaba un letrero que decía: “Este surtidor está cerrado temporalmente porque ExxonMobil mintió sobre el clima”. Bill McKibben, usted mismo es periodista. Háblenos de la importancia de que ExxonMobil haya escrito esta carta quejándose al presidente de la Universidad de Columbia, Lee Bollinger, quien luego le entregó la carta a Steve Coll, también un destacado periodista, quien hizo una investigación de los estudiantes de la Facultad de Periodismo de Columbia.

BILL MCKIBBEN: Bueno, Exxon nunca es muy sutil y esta fue una instancia particularmente severa. La carta que le mandaron a Columbia tiene un tono que sólo puede ser descrito como de mafioso. Incluía toda clase de implicaciones sobre cómo iban a hacerles una cosa u otra si no hacían lo que ellos querían. Pero creo que van a pensarlo dos veces antes de hacer algo así de nuevo. La carta que respondió Steve Coll de Columbia era una obra maestra de disección de seis páginas. De alguna manera muestra lo que ocurre cuando periodistas reales se enfrentan a gente de relaciones públicas. Fue extraordinario, Amy.

Estos artículos, quiero decir, esto es simplemente Exxon tratando de armar una cortina de humo. No hay ningún problema con los artículos. Son increíblemente potentes y ciertos, y muy relevantes con respecto a donde nos encontramos hoy en día. Si Exxon hubiera dicho la verdad acerca de lo que sabía hace 25 años ahora no necesitaríamos tener una COP21. En algún momento alrededor de la COP3 o cuatro, nos hubiéramos sentado a trabajar de verdad juntos como planeta. Y este problema no se habría resuelto aún, pero no habríamos desperdiciado 25 años jugando a debatir.

AMY GOODMAN: En Democracy Now! hicimos una cuidadosa revisión de la investigación tanto de Inside Climate News, la organización periodística ganadora del Premio Pulitzer, como de la de Los Angeles Times, que, por supuesto, ha ganado muchos premios Pulitzer. Pero la evidencia de que tenían a los mejores científicos. Estaban muy preocupados por esto, haciendo muy buen trabajo, y vieron el cambio climático como algo real. Pero entonces, ¿qué pasó?

BILL MCKIBBEN: Bueno, en lugar de actuar en base a sus conocimientos, establecieron la infraestructura de la negación y la desinformación. Ayer se publicó un artículo extraordinario, un estudio que salió en la revista Nature ayer documentando el hecho de que fue el dinero de Exxon y de los hermanos Koch el que constituyó una especie de epicentro de desinformación. Este fue uno de esos grandes análisis de datos que trazó los vínculos entre las miles de organizaciones y boletines de noticias y grupos activistas y encontraron cómo el rastro volvía a Exxon. Es por eso que ayer el Secretario de Estado, John Kerry, en un momento bastante inusual, en la revista Rolling Stone se soltó bastante hablando acerca de Exxon y dijo que si estas acusaciones fuesen ciertas, era peor que lo que hizo la industria del tabaco y suponía una traición a todo lo que significa ser una empresa responsable.

AMY GOODMAN: ¿Y el significado de que el Fiscal General del Estado de Nueva York, Eric Schneiderman, haya lanzado una investigación criminal contra ExxonMobil?

BILL MCKIBBEN: Bueno, puede estar segura de que Exxon está tomándoselo en serio, porque ayer contrataron a uno de los abogados más caros del país, Theodore Wells, famoso recientemente por haber escrito el informe Deflategate, sobre los Patriots de Nueva Inglaterra durante la temporada de fútbol del año pasado. Theodore Wells, de la firma de abogados Paul Weiss Rifkind en New York, está ahora a sueldo de Exxon para tratar de combatir estas acusaciones. Pero les deseo buena suerte, porque las evidencias, ahí mismo, en blanco y negro, son impresionantes. Recuerde, en el mejor de los casos, nadie está diciendo… lo mejor que la gente está diciendo es que la actitud de Exxon es a duras penas reprochable, no abiertamente criminal. Esa es la mejor defensa que alguien ha montado para ellos hasta ahora.

AMY GOODMAN: Así que no estamos hablando de una investigación civil, estamos hablando de una investigación criminal. ¿Esto podría terminar con funcionarios de Exxon en la cárcel?

BILL MCKIBBEN: Bueno, ¿quién sabe? Por el momento sólo están citando los documentos. Todavía estamos en las etapas iniciales de todo esto. Y, por supuesto, nuestra esperanza es que otros fiscales generales, como Kamala Harris en California por ejemplo, se unan en algún momento y que el Departamento de Justicia… 360.000 estadounidenses han solicitado al Departamento de Justicia que investigue a Exxon.

AMY GOODMAN: Y con respecto al tema de que ExxonMobil le escribió esta carta al presidente de la Universidad de Columbia, mencionando en ella la cantidad de dinero que le han dado a Columbia, ¿ve esto como un ataque a la libertad de prensa?

BILL MCKIBBEN: Quién sabe qué tenían en mente precisamente, pero Exxon ha atacado la libertad de pensamiento del mundo entero durante 25 años. Ellos sabían la verdad y la escondieron. Le dijeron a la gente cosas que sabían que no eran verdad. No hay un ataque más devastador a la libertad de pensamiento que eso.

Traducido por Juliana Jimenez. Editado por Linda Artola, Igor Moreno, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español.

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