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Mientras corre la cuenta regresiva de la deuda, Grecia se queda rápidamente sin dinero. El gobierno ordenó a todos los organismos del Estado que depositen sus reservas de dinero en efectivo en el banco central del país, Banco de Grecia, mientras lucha para mantenerse a flote. En teoría Grecia debe recibir la última cuota de los fondos del rescate financiero de los acreedores europeos, pero el partido Syriza, perteneciente a la nueva izquierda y contrario a las medidas de austeridad, expresó su preocupación acerca de las cláusulas de dicho acuerdo. Según se informa, los acreedores están presionando al país para que reestructure el mercado laboral y reduzca el sistema de jubilación; Syriza, en cambio, hizo lo contrario, al aumentar las jubilaciones de los trabajadores de salarios más bajos. El próximo viernes, los ministros de economía de la eurozona decidirán si liberan fondos de emergencia para Grecia. Sin esos fondos, es posible que Grecia deje de pagar la deuda en las próximas semanas y ponga en riesgo su participación en la eurozona. Desde Atenas se comunica con nosotros el ministro de economía griego, Yanis Varoufakis.
Transcripción
JUAN GONZÁLEZ: Los plazos de la deuda se ciernen sobre Grecia, mientras el país se queda rápidamente sin dinero. En su lucha por mantenerse a flote, el gobierno ha ordenado a todos los órganos del Estado colocar sus reservas de efectivo en el banco central de la nación, el Banco de Grecia. Se supone que Grecia recibiría la última cuota del rescate financiero de parte de los acreedores europeos, pero Syriza, el nuevo partido de izquierda, contrario a las medidas de austeridad, que gobierna el país ha expresado su preocupación en cuanto a las condiciones de este rescate. Según se informa, los acreedores presionan al país para que restructure su mercado de trabajo y reduzca su sistema de pensiones; Syriza, por su parte, ha hecho todo lo contrario, incrementando las pensiones de los trabajadores con salarios más bajos. La semana pasada desde Washington D.C., la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, instó a Grecia a recuperar la estabilidad.
CHRISTINE LAGARDE: Ahora es necesario que se logre, desde la postura política que sea, implementar medidas, herramientas y reformas para cumplir con los objetivos que se han establecido entre la comunidad internacional y Grecia: restaurar la estabilidad, mejorar la economía, garantizar que Grecia vuelva a acceder pronto al mercado financiero por sí misma y sin apoyo. Así que eso es lo que esperamos que suceda. Tenemos una total disponibilidad para trabajar con las autoridades griegas en el cumplimiento de dichos objetivos.
AMY GOODMAN: El viernes, los ministros de finanzas de la eurozona decidirán si van a liberar los fondos de emergencia para Grecia. Sin estos fondos, Grecia podría entrar en cesación de pagos de la deuda en las próximas semanas y poner en riesgo su pertenencia a la eurozona.
Para ampliar esta información, nos comunicamos directamente con Atenas, Grecia, donde nos acompaña el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis. No sólo es un economista político, sino que también se ha convertido en una especie de celebridad mundial. La revista Prospect lo incluye en el número dos de su lista de los principales pensadores del mundo, ubicado después del economista francés Thomas Piketty y antes de la escritora canadiense Naomi Klein.
Yanis Varoufakis, bienvenido nuevamente a Democracy Now! ¿Puede decirnos cuáles son sus demandas en este momento? ¿Qué está en juego aquí?
YANIS VAROUFAKIS: Me gustaría expresar mi respuesta de tal manera no parezca una película de Hollywood ni remita a una confrontación conflictiva. Yo lo veo de la siguiente manera: Grecia ha estado al borde de una gran crisis durante los últimos cinco años. Tuvimos una recesión muy grave que llevó a una depresión en la economía. Entonces la pregunta es: ¿Cómo podemos poner fin a esta espiral descendente que nunca acaba, de un modo que nos permita estabilizar nuestra economía, crear las condiciones para volver a tener una base de justicia social y también pagar nuestras deudas a los acreedores?
Y hay dos relatos aquí, dos versiones en conflicto. Antes de que ganáramos las elecciones, la versión oficial decía que Grecia estaba en vías de recuperación, que las medidas de austeridad estaban funcionando. Nuestra propuesta para pueblo griego, por la cual fuimos votados y nos fue dado el mandato de gobernar, dice todo lo contrario, plantea que la medicina no estaba funcionando. No era que tenía un sabor amargo y por eso no queríamos tomarla; es que era tóxica y que estaba empeorando la situación. Era peor el remedio que la enfermedad. De modo que esto es lo que está en juego aquí. Usted me preguntó: “¿Qué está en juego aquí?” Se trata de establecer qué es lo que hay que hacer para poner nuevamente a Grecia en un camino de sustentabilidad.
JUAN GONZÁLEZ: Yanis Varoufakis, en el discurso que dio en la Institución Brookings, usted habló sobre las fallas que hay en el diseño de la Unión Europea. ¿Podría hablarnos al respecto?
YANIS VAROUFAKIS: Miren, es un secreto a voces, es un secreto popular, que el diseño de la eurozona nunca estuvo preparado para contener la onda expansiva del gran terremoto de los mercados financieros de 2008. Así pasa con todas las uniones monetarias que carecen de un mecanismo para amortiguar los impactos de estas crisis, un mecanismo para reciclar los excedentes.
Les doy un ejemplo de esto en el contexto estadounidense. ¿Recuerdan lo que pasó en 1929? Había una especie de moneda internacional, que era el patrón oro, que creó flujos de capital muy intensos y veloces, incluso para aquel entonces, a pesar de que en esa época no había Internet ni computadoras. Y se crearon burbujas que terminaron por estallar, comenzando, por supuesto, por Wall Street. Y como resultado, la carga del ajuste se impuso sobre los países más devastados y las partes más devastadas de Estados Unidos. Entonces, ¿qué hizo F.D. Roosevelt en esa situación? ¿Qué fue lo que hizo el gobierno de Roosevelt con el “new deal”? Creó mecanismos para reciclar los déficits y los excedentes dentro de Estados Unidos de América, a través de la Seguridad Social, de la Reserva Federal, de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), de manera que ante la crisis siguiente, que fue la del 2008, que por supuesto, fue monumental también en Estados Unidos —lo del 2008 fue un nuevo 1929— lo que paso fue que el estado de Nevada no tuvo que rescatar a los bancos domiciliados en Nevada, ni tuvo que ocuparse como estado de pagar los seguros de desempleo. Porque ya existían estos mecanismos para amortiguar los impactos de la crisis. La FDIC respondió por los bancos de Nevada y la Seguridad Social cubrió a nivel federal el desempleo, a través del reciclaje de excedentes, lo que se activó de forma automática, sin siquiera mediar una decisión política. Los impuestos de los estados de Nueva York y California fueron asignados al pago de los seguros de desempleo de Nevada. Este tipo de mecanismos es lo que se necesita para lograr una unión monetaria estable, y Europa nunca tuvo eso.
AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos a un legislador de la oposición, Kyriakos Mitsotakis, del partido Nueva Democracia, que es el partido que gobernó en Grecia antes que ustedes. Él critica a su partido, Syriza, que gobierna actualmente, por su forma de encarar los problemas financieros de Grecia.
KYRIAKOS MITSOTAKIS: Lo qué está haciendo el gobierno es devastador para la economía de Grecia, toda esta incertidumbre, la bajada de calificación crediticia, el hecho de que el gobierno esté utilizando todo el efectivo disponible, sin pagarle a nadie, el hecho de que los bancos estén canalizando toda su liquidez para respaldar al gobierno. Es completamente catastrófico para la economía real. De modo que la inacción tiene un costo real.
AMY GOODMAN: Yanis Varoufakis, ¿qué le respondería?
YANIS VAROUFAKIS: Bueno, si fuera cierto que la economía griega estaba en vías de recuperación antes de nuestra victoria en las elecciones, y que estaba encaminada hacia la sostenibilidad, entonces mi colega tendría razón. Desafortunadamente, eso no era cierto. La deuda por la crisis deflacionaria seguía existiendo, inexorablemente. Los ingresos nominales seguían cayendo. La deuda privada y pública seguían aumentando. Los bancos no podían funcionar como entidades crediticias. La inversión estaba en números negativos. Y a nivel general, la economía griega era como una drogadicta que dependía de la próxima dosis de préstamos de sus acreedores internacionales y europeos.
Y lo que intentamos hacer fue decirles a nuestros acreedores internacionales y europeos, a nuestros socios en Europa y en todo el mundo, que esta receta no estaba funcionando. Y presentamos un análisis muy cuidadoso, y asumimos una postura basada en principios sólidos. Lo que dijimos fue, bueno, si firmamos en la línea de puntos de este programa que ya está en curso, un programa que sigue la línea del FMI, claro que nos aseguraríamos otros 5,7 millones de dólares —nuestra nueva dosis, por decirlo de alguna manera— y nuestra adicción continuaría, pero bueno, tendríamos nuestra dosis durante algunos meses más. Nosotros decidimos no tomar esa dosis. No firmamos en la línea punteada, porque queremos deshacernos de la adicción. Queremos estabilizar la economía griega.
Y si esto significa que vamos a estar distanciados durante algunos meses de nuestros acreedores a quienes no les gusta oír que el programa que han estado implementando en Grecia durante los últimos cinco años es un fracaso, bueno. A nadie le gusta que le digan que lo que hizo durante cinco años es un fracaso. Pero bueno, este es el precio que tuvimos que pagar para reiniciar el sistema en Grecia y para reiniciar las relaciones con nuestros acreedores. La única forma de hacernos escuchar fue decir: “No nos interesa recibir esta parte del préstamo hasta que, o a menos que, hayamos replanteado todo el programa, y podamos sacar a Grecia del camino de espiral descendente que es la deflación de la deuda”. Y si por un tiempo esto hace que baje la calificación de nuestros bonos, bueno, ¿cuánto va a bajar? De menos un millón a menos un millón y uno, ¿verdad? Entonces, que así sea. A nosotros no nos votaron para mentir. Nos votaron para que le digamos a nuestro pueblo y a todos los pueblos del mundo que esta medicina no está funcionando, que necesitamos un nuevo tratamiento.
Traducido por María Constanza Sánchez Chiappe, editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español