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Después de ocho días de conversaciones en Suiza, Irán y las potencias mundiales llegaron a un acuerdo marco para detener el programa nuclear de Irán, por al menos una década. A cambio de eso, Estados Unidos y Europa planean levantar las sanciones económicas contra Irán. Como parte del acuerdo, Irán debe reducir la cantidad de centrífugas que sirven para enriquecer uranio destinado a una bomba en más de dos tercios. Además, debe rediseñar una planta de energía de manera que no pueda producir plutonio destinado a la fabricación de armamento, eliminar gran parte de sus reservas de uranio poco enriquecido y estar sujeto a inspecciones nucleares internacional de manera regular. Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que el acuerdo contribuiría a la paz y estabilidad en la región, los elogios del acuerdo no fueron universales. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, condenó el acuerdo como “una amenaza para la existencia de Israel”. Desde Princeton, Nueva Jersey, donde es investigador asociado en la Facultad Woodrow Wilson de Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton, se comunica con nosotros Seyed Hossein Mousavian, ex negociador en temas nucleares para Irán que trabajó como embajador de Irán en Alemania desde 1990 a 1997. El año pasado, publicó el libro “Iran and the United States: An Insider’s View on the Failed Past and the Road to Peace” (Irán y Estados Unidos: la mirada desde adentro sobre el pasado fracasado y el camino a la paz).