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Defensores de derechos humanos y familiares de víctimas están celebrando algunas victorias en largas campañas para deportar a generales salvadoreños acusados de atrocidades apoyadas por Estados Unidos. El miércoles, el ex general Carlos Eugenio Vides Casanova fue deportado a El Salvador desde Estados Unidos, poniendo fin a una batalla legal de dieciséis años. En un fallo emitido el mes pasado, el Tribunal de Apelaciones de Inmigración concluyó que hay pruebas suficientes de que el general Vides fue cómplice de la violación y el asesinato de cuatro religiosas estadounidenses en 1980, así como de la tortura de prisioneros políticos. Es el primer líder militar extranjero de alto rango en ser deportado en virtud de una ley de 2004 aprobada con el fin de prohibir a quienes violan los derechos humanos pisar suelo estadounidense. Vides fue un aliado cercano del gobierno de Estados Unidos durante su mandato como ministro de Defensa de la Junta salvadoreña, de 1983 a 1989. Las familias de las mujeres asesinadas han intentado durante años responsabilizar de las muertes al general Vides y a otros funcionarios salvadoreños que contaban con el apoyo de Estados Unidos.
La deportación de Vides se produce al tiempo que el gobierno de Estados Unidos ha tomado medidas para deportar a otro general salvadoreño buscado en España. Una investigación de la ONU identificó a Inocente Orlando Montano como uno de los altos funcionarios militares que aprobó el complot de asesinato que terminó en el homicidio de seis curas jesuitas, su empleada doméstica y la hija de ésta en 1989. Los jesuitas eran defensores manifiestos de los pobres y críticos de los abusos a los derechos humanos perpetrados por el gobierno de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Montano vivió en Boston durante aproximadamente una década antes de su arresto en 2011. Fue condenado en 2013 por cargos de fraude migratorio por mentir sobre sus antecedentes. Los fiscales sostienen que se fue a vivir a Estados Unidos en parte para evitar comparecer ante la justicia por el asesinato de los jesuitas. Es parte de un grupo de veinte funcionarios salvadoreños que fueron acusados por un tribunal español.
En 2005, Democracy Now! habló con Carlos Mauricio, ex profesor de la Universidad del Salvador, que en 1983 fue detenido y torturado por al menos dos semanas en la oficina principal de la policía nacional. Carlos demandó al general Carlos Eugenio vides Casanova y José Guillermo García.
Carlos Mauricio: Fui secuestrado en frente de mi salón de clases. Una unidad especial del ejército, un escuadrón de la muerte vino por mi una noche de junio de 1983. Me golpearon en el salón de clases, y me secuestraron. Permanecí con los ojos vendados y esposado por tres semanas en un lugar desconocido. Ahí fui torturado. Siempre tuve los ojos vendados, por eso no pude reconocer a los torturadores. Pero después de un tiempo el General Carlos Eugenio Vides Casanova y Guillermo Garcia fueron hallados culpables por lo que me hicieron, y yo creo, realmente creo que ellos son responsables…ellos son responsables de la tortura de miles de personas en El Salvador y también responsables por el genocidio llevado a cabo en la población salvadoreña.