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Noticias provenientes de África, indican que el juicio contra Hissène Habré, dictador de Chad, iniciado el lunes en Senegal tuvo un giro inesperado hoy, cuando se lo postergó por 45 días, ante la inasistencia del abogado de Habré. Hissène Habré es un ex aliado de EE.UU. que fue descrito como “el Pinochet de África”. Se lo acusa del asesinato de unas cuarenta mil personas en el período de ocho años que estuvo en el poder, durante la década de 1980. Habré está siendo juzgado por un tribunal especial creado tras el trabajo de las víctimas durante dos décadas. En una declaración emitida hoy sobre la postergación del juicio, el abogado Reed Brody de la organización Human Rights Watch dijo “Las víctimas, por supuesto, están decepcionadas, pero han estado luchando para lograr este juicio ante los tribunales durante 25 años, de manera que 45 días no cambiarán nada en la larga marcha hacia la justicia”: Democracy Now! habló hace poco con Reed Brody acá en Nueva York, antes de que viajara a Senegal para el juicio. Brody trabaja con las víctimas del régimen de Hissène Habré desde 1999.
Transcripción
AMY GOODMAN: Pasamos ahora a África, donde el lunes comenzó el juicio de Hissène Habré, ex dictador de Chad, que se llevará a cabo en Senegal. En un giro inesperado, hoy se postergó el juicio por 45 días, al no presentarse en la sala los abogados de Habré. Hissène Habré ha sido aliado de Estados Unidos y se lo conoce como “el Pinochet de África”. Está acusado por el asesinato de unas 40.000 personas durante los ocho años que estuvo en el poder en la década del 80. El juicio de Habré se está llevando a cabo con un tribunal especial establecido después de una campaña de derechos humanos sostenida durante dos décadas por sus víctimas.
En una declaración emitida hoy sobre la postergación del juicio, el abogado Reed Brody de la organización Human Rights Watch dijo: “Las víctimas, por supuesto, están decepcionadas, pero han estado luchando para lograr este juicio ante los tribunales durante 25 años, de manera que 45 días no cambiarán nada en la larga marcha hacia la justicia”. Entrevisté recientemente a Reed Brody, aquí en Nueva York, antes de su partida a Senegal para el juicio. Desde 1999, él trabaja con las víctimas del régimen de Hissène Habré. Comencé pidiéndole que hablara sobre la importancia del juicio.
REED BRODY: Por primera vez en el mundo, de hecho, los tribunales de un país, Senegal, están juzgando al ex líder de otro, Chad, por violaciones de derechos humanos. Por primera vez la Unión Africana ha establecido un tribunal de este tipo. Y por primera vez en África las víctimas de un dictador logran llevarlo ante la justicia. Y como tú decías, este es el resultado de una campaña de 25 años llevada a cabo por las víctimas para poder llevar a Hissène Habré ante la justicia. Entonces hay muchas cosas que se están dando por primera vez aquí y creo que para Chad, para África y para la justicia en términos generales, se trata de un gran paso adelante.
AMY GOODMAN: Cuéntanos acerca del régimen de Hissène Habré, cómo llegó al poder, quién lo apoyó y qué fue lo que hizo.
REED BRODY: Pues Hissène Habré gobernó Chad de 1982 hasta 1990. Quien lo llevó al poder fue, de hecho, Estados Unidos, Ronald Reagan. Fue la primera operación encubierta realizada por el gobierno de Reagan, anterior a los Contras en Nicaragua y a Jonas Savimbi. Habré era visto como un bastión contra Muammar Gaddafi en Libia, que tenía planes expansionistas sobre Chad. Así que asumió y se mantuvo en el poder con el apoyo de Estados Unidos y Francia, convirtiendo a su país en un estado policial, con un sistema de partido único.
Se lo acusa de miles de asesinatos políticos y del uso sistemático de la tortura. Tuvimos la suerte de encontrar los archivos de su policía política, la DDS, en el edificio abandonado donde la DDS tenía sus oficinas. Y sólo a partir de estos archivos hemos podido rastrear los nombres de 1.208 personas que murieron estando detenidas o fueron asesinadas y de más de 12.000 personas que fueron torturadas o detenidas arbitrariamente. Habré llevó a cabo campañas de limpieza étnica contra, primero, en 1984, en el sur del país, luego contra la etnia Hadjarai y contra la etnia Zaghawa. Finalmente, en 1990, fue derrocado por el actual presidente de Chad, Idriss Déby. Así que hace 25 años que Habré huyó a Senegal, 25 años que sus víctimas han pasado persiguiéndolo.
AMY GOODMAN: ¿La DDS es la policía secreta?
REED BRODY: La DDS fue algo así como su Gestapo propia. Según los documentos que encontramos, era sus ojos y sus oídos. Y se reportaba directamente a él. Así que él recibía, bueno, informes diarios sobre el tratamiento que estaban recibiendo diferentes presos. O sea, quedaba claro, queda claro a partir de estos documentos —que son, de hecho, un mapa de la represión— que Hissène Habré estaba al tanto de lo que estaba pasando. En estos documentos también vemos la participación de Estados Unidos. Estos documentos también muestran que oficiales de la DDS recibieron entrenamiento en Estados Unidos. Hay registros de visitas a la DDS, de parte del oficial de enlace de Estados Unidos a la DDS.
AMY GOODMAN: ¿Quién estaba en el gobierno en Estados Unidos?
REED BRODY: Era el mandato de Ronald Reagan. Y debo decir que el gobierno de Obama tiene el mérito de haber dado un gran apoyo para llevar a Hissène Habré ante la justicia, ha colaborado con el tribunal, y el embajador estadounidense para asuntos vinculados a crímenes de guerra va a estar presente en la apertura del juicio
AMY GOODMAN: ¿Cómo fue que Habré terminó en Senegal? ¿y cómo fue que decidieron juzgarlo ahí, y cuáles son los cargos en su contra?
REED BRODY: Después de ser derrocado, él escapó; bueno, primero saqueó el tesoro del país, vació totalmente las reservas. Y se fue a Camerún, un país limítrofe con Chad. Y luego se puso a buscar; en realidad, Estados Unidos, que lo apoyó hasta el último día, se puso a buscarle asilo en un lugar un poco más lejano, y así fue que terminó en Senegal.
Y las víctimas, de hecho, emprendieron esta búsqueda inmediatamente después de la detención de Pinochet; cuando el ex dictador chileno, Augusto Pinochet, fue detenido en Londres por, bajo la orden de un juez español, Baltasar Garzón, por los crímenes de los que se lo acusaba en Chile. Y la Cámara de los Lores dictaminó que podía ser juzgado en cualquier lugar del mundo, incluso siendo un ex jefe de Estado. Y bueno, el movimiento de derechos humanos entró en efervescencia y creció la idea de usar el sistema de justicia internacional para poder juzgar y castigar a gente que parecía fuera del alcance de la justicia. Y ahí fue que un chadiano, un activista de derechos humanos de Chad se nos acercó y dijo: “Bueno, nosotros tenemos un, nuestro propio Pinochet”. Eso fue en 1999. Así que ayudamos a los sobrevivientes del genocidio en Chad a llegar a Senegal, donde vivía Habré, para presentar la primera demanda judicial en su contra.
Y de hecho, Habré fue arrestado por primera vez hace 15 años, por un juez senegalés. Pero usó, efectivamente usó el dinero que se había robado de Chad para básicamente armarse una red de influencia y apoyo en Senegal, que trabó el juicio por más de 12 años. Y recién en 2012, cuando la Corte Internacional de Justicia dictaminó que Senegal tenía que procesar a Habré, o extraditarlo, y cuando asumió un nuevo presidente en Senegal, Macky Sall, ahí fue que se retomó el caso. Pero durante todo ese tiempo, las víctimas, hubo un flujo constante de sobrevivientes de Chad que iban a Senegal para generar apoyo para el juicio y movilizar la presión internacional, de manera que cuando Macky Sall se convirtió en presidente, se sintió obligado a avanzar con el juicio.
AMY GOODMAN: Quiero hablar sobre otra película que se acaba de hacer, llamada “Talking About Rose” (Hablando de Rose), de Isabel Coixet. ¿Puedes presentarla?
REED BRODY: Se trata realmente de una historia extraordinaria. Cuando comenzamos a entrevistar a los sobrevivientes, muchos de ellos, especialmente varias mujeres, nos contaron acerca de esta presa, Rose, que fue como una especie de ángel de la guarda, que ayudaba a la gente y trataba de sacar información hacia fuera, notas sobre personas que estaban siendo torturadas y asesinadas, compañeros de celda que estaban siendo torturados y asesinados en la cárcel. Y a ella, finalmente, la traicionaron, la sacaron de la cárcel y le ejecutaron. Cuando descubrimos los archivos de la DDS, encontramos el informe de su último interrogatorio. Y en este interrogatorio, cuando ya había sido delatada, ella les dice a sus captores -y ellos lo escriben– que no se arrepiente de nada de lo que hizo. Que lo que hizo, lo hizo por su país. Y que incluso si muere en la cárcel, la historia la recordará y Chad le agradecerá. Entonces, esta película se llama “Hablando de Rose”, porque ella textualmente dijo: “La historia hablará de mí”. Así que bueno, se trata de una mujer que, básicamente, le dice a sus captores: “La historia hablará de mí”. Y sus captores lo anotan, en un papel que permaneció abandonado durante 15 años. Y luego nosotros lo encontramos. “La historia hablará de mí. No me importa lo que hagan conmigo”. Y entonces esta es la película llamada “Hablando de Rose”.
AMY GOODMAN: “Hablando de Rose”, dirigida por Isabel Coixet, cineasta española.
NARRADOR: Rose Lokissim fue una de las primeras mujeres de Chad que llegó a ser soldado de élite. Cuando se sumó a la oposición contra la dictadura de Habré, Rose fue arrestada y llevada a la terrible prisión conocida como Les Locaux. En 1984 la pusieron en la celda C, conocida como “la celda de la muerte”, porque era una habitación pútrida, sin ventanas y allí morían presos todos los días. Rose era la única mujer entre 60 hombres.
FATIME SAKINE HAMADI: Rose era una buena mujer. La podían torturar, atar, golpear, y ella ni se movía. Era muy valiente. Incluso cuando regresaba de una sesión de tortura, seguía conversando como siempre con nosotros, como si no hubiera pasado nada. Una buena mujer.
ASHTA MAHAMAD ALI MONIQUE: Al comienzo ella estuvo con los hombres, durante ocho meses. De ahí la sacaron y se quedó con nosotras, las mujeres. Luego, el director de la prisión dijo: “No, no. Esta no es una mujer común. Si ella huye, ya van a ver”. La llevaron de regreso con los hombres. Era la única mujer detenida con los hombres.
FATIME SAKINE HAMADI: Él tenía miedo. Decía: “Esa mujer se va a escapar algún día”. Le dijo a la DDS que ella se iba a escapar algún día. Así que la pusieron con los hombres en la celda C. Solamente una mujer entre todos los hombres. Después de ocho meses, trajeron a Rose de regreso. Ella estaba muy sucia, hedía, estaba llena de piojos, tenía el cabello enmarañado. Así que hervimos agua y unas hojas, y le lavamos el pelo. Los piojos eran así de grandes. Se los sacamos. Tuvimos que quitar la mugre con un cuchillo.
ASHTA MAHAMAD ALI MONIQUE: Rose era una buena mujer. Por la mañana la mandaban a tirar la caca y ella iba alegremente, igual que un hombre. No le molestaba en lo absoluto. Rose era muy valiente.
ALEINA N’GOUSSI JACKSON: Ella ya era una luchadora. Sabía por lo que estaba luchando. Ya tenía la ideología metida en la cabeza. No le gustaba el régimen. Hizo lo que pudo para luchar contra él.
DOHKOT CLÉMENT ABAIFOUTA: Una mujer que no le deseaba el mal a nadie. No quería ver sufrir a la gente. Rose nos decía: “Manténganse fuertes hasta que podamos salir de esta prisión. Entonces vamos a cambiar la cosas en este país”. Una revolucionaria, porque tenía ideas que nos incitaban a rebelarnos, a soñar con un cambio.
AMY GOODMAN: “Hablando de Rose”, de la galardonada cineasta Isabel Coixet. Nuestro invitado en este segmento es Reed Brody, abogado de Human Rights Watch, una de las fuerzas fundamentales para llevar a cabo el juicio de Hissène Habré, que está teniendo lugar en Senegal, en estos momentos. Entonces, esta historia de Rose es, no diría que es una historia típica, ¿verdad? Cada persona tiene su forma particular de resistir el encarcelamiento y la tortura. Finalmente ella fue asesinada. ¿Cómo contribuye su historia al juicio?
REED BROODY: Bueno, en primer lugar, creo que aporta, bueno, un rostro humano. O sea, una de las cosas interesantes sobre este juicio es que las víctimas son los artífices del proceso judicial. Esto no viene impulsado desde La Haya, por un fiscal internacional, por la corte internacional. Es muy difícil que Hissène Habré asuma un rol de víctima en este caso, cuando está frente a los rostros y las historias de las verdaderas víctimas.
Entonces, por ejemplo, cuando Habré fue detenido por primera vez en Senegal, su esposa escribió una carta lagrimeante al presidente de Senegal, diciendo: “Oh, usted no sabe lo que es tener a mi marido lejos cuando mi hija llega de la escuela”. Bueno, al día siguiente llegó la respuesta de una viuda de Chad, diciendo: “Pues usted no sabe lo que es que su marido se haya llevado a mi marido hace 25 años”. Y su imagen circuló por toda la prensa senegalesa. Habré dice que no quiere presentarse en la corte. Así que Souleymane Guengueng, uno de los sobrevivientes más reconocidos, escribió una carta abierta a Hissène Habré que dice: “Mira, venimos luchando hace 25 años para llevarte a juicio. Antes eras nuestro dictador omnipotente ¿y ahora tienes miedo de mirarnos a los ojos y escuchar nuestros relatos?” Así que creo que el hecho de que las víctimas hayan tenido tanto protagonismo en el desarrollo de este juicio, lo vuelve mucho más esperanzador para víctimas de genocidios en todo el mundo. Y también hace que sea mucho más difícil para Hissène Habré decir: “No, bueno, a mí me está persiguiendo la comunidad internacional”, o lo que sea.
AMY GOODMAN: Entonces, ¿cómo se define si un dictador es juzgado por la Corte Penal Internacional, por ejemplo, o si, como en este caso, es el país vecino quien de hecho lo lleva a juicio?
REED BRODY: Bueno, los delitos por los que se acusa a Habré ocurrieron antes de que se creara la Corte Penal Internacional (CPI), por lo que ésta no tendría jurisdicción sobre estos delitos. O sea, la CPI es un tribunal de última instancia. La idea es que actúe cuando solamente cuando los tribunales nacionales no pueden. Este es el primer juicio en África en el que se juzga a alguien con lo que se llama jurisdicción universal, que es el principio sentado con el caso de Pinochet, que dice que ciertos crímenes son tan atroces, que pueden ser juzgados en cualquier lugar, por los tribunales de cualquier país. Así que si alguien está acusado de cometer torturas y viene a Estados Unidos, Estados Unidos debería, o bien extraditar a esa persona, o bien procesarla en Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Este ha sido Reed Brody, abogado de la organización Human Rights Watch, contándonos sobre el juicio al ex dictador de Chad, Hissène Habré, que se está llevando a cabo en Dakar, Senegal. El juicio se acaba de postergar 45 días. Seguiremos cubriendo la noticia.
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Traducido por Linda Artola, editado por Verónica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español