En Florida, el republicano Marco Rubio conservó su escaño en el Senado tras revertir una promesa de retirarse de la política y a pesar de una oferta fallida para la nominación republicana a la presidencia. Durante la campaña, Trump se burló varias veces del aspecto de Rubio, llamándolo “Pequeño Marco”. En una fiesta de celebración de la victoria que tuvo lugar el martes, Rubio empleó un tono conciliador.
Rubio expresó: ““Espero que pongamos el ejemplo en este gran estado de que, aunque podamos no estar de acuerdo en algunas cosas, no podemos compartir un país en el que la gente se odia por su afiliación política. No podemos avanzar como país si no podemos tener debates constructivos sobre temas difíciles. Se puede estar en desacuerdo con alguien sin odiarlo”.