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El periodista de investigación Greg Palast acaba de regresar de Michigan, donde estuvo investigando los reñidos resultados electorales. Trump obtuvo la victoria en Michigan por menos de 11 mil votos sobre un total de casi 4.8 millones de votos emitidos. La candidata del Partido Verde, Dra. Jill Stein, ha realizado una presentación judicial para obligar a Michigan a realizar un recuento de votos, pero un juez federal ordenó a la Junta Electoral del estado frenar el recuento. Mientras tanto, una pregunta sigue sin respuesta: ¿Por qué hay 75.335 boletas que no se contaron?
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! democracynow.org, el informe de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman. Continuamos actualizando la información sobre las elecciones presidenciales en EE.UU., analizando los resultados del recuento de votos en Wisconsin y Pensilvania. El lunes, el comité electoral de Wisconsin anunció que después del recuento, el margen de votos a favor del republicano Donald Trump se amplió por unos 162 votos. Y el mismo lunes, en Pensilvania, un juez federal rechazó la solicitud presentada para realizar el recuento de votos y revisar los sistemas de voto de algunos condados para detectar signos de piratería informática. Horas después, los funcionarios estatales certificaron los resultados de la votación, que declaran ganador a Trump por menos del 1% de los votos. La candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein, había solicitado un recuento de votos en Wisconsin, Michigan y Pensilvania, tres estados donde Donald Trump superó a Hillary Clinton por pocos votos. En el caso de Michigan, un juez federal ya había ordenado la Junta Electoral del estado frenar el recuento de votos. Allí, Trump ganó las elecciones por menos de 11.000 votos sobre un total de casi 4.8 millones de votos emitidos.
Estamos con el periodista de investigación de la revista Rolling Stone Greg Palast, que fue a Michigan para investigar acerca de las elecciones. Este es su informe para Democracy Now!
GREG PALAST: Oficialmente, Donald Trump ganó en Michigan por 10.704 votos. Pero hay registro de 75.335 votos que no fueron contados. La mayoría de estos votos faltantes son de Detroit y Flint, dos ciudades mayoritariamente negras del estado de Michigan. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Fueron los rusos? Nyet. Para el partido republicano de Michigan no fue necesaria la ayuda de los rusos. ¿Cómo pueden haber desaparecido 75.000 votos? Se los llama votos nulos. ¿Cómo se hace para arruinar un voto? No es dejándolos fuera de la nevera. En su mayor parte fueron anulados a causa de los círculos. Hubo miles de círculos que las máquinas de escaneo óptico no pudieron leer.
SUE: Había muchas boletas marcadas con tinta roja. Había muchas marcadas con un tick o tilde.
GREG PALAST: Sue es analista de sistemas y participó en el recuento de votos.
SUE: Había una gran cantidad de votos que inicialmente no habían sido contados, porque la máquina no los había podido escanear.
GREG PALAST: Las máquinas en Michigan y Wisconsin no puede leer estos círculos. Pero una máquina mucho mejor, como el ojo humano, puede leer fácilmente qué quiso marcar el votante. Tanto en Michigan como en Wisconsin había que pagar al estado millones de dólares para que las boletas fueran revisadas por seres humanos. Esta mujer, Jill Stein, recaudó el dinero para que el recuento de los votos que no habían sido contados fuera realizado por seres humanos. Según Stein, este recuento humano estaba encontrando una gran cantidad de…
DRA. JILL STEIN: Son votos que quedaron en blanco, muchos de los cuales provenían de comunidades de color, históricamente demócratas. Así que, obviamente, esto es algo que… era una preocupación para él.
GREG PALAST: Suficientes votos para hacer perder al señor Trump. Y entonces, un político del partido republicano acudió al rescate de Trump. Esto es Trumpville, zona rural de Michigan. Y este es su héroe, el hombre que detuvo el recuento de votos. Bill Schuette es el republicano que tiene el cargo de fiscal general de Michigan. Emitió un dictamen diciendo que no se permitiría a nadie revisar las boleta electorales de más de la mitad de los distritos, el 59%, de la zona de Detroit, justo el lugar donde la mayoría de los votos están desaparecidos.
DRA. JILL STEIN: Y es un escándalo si pensamos que la exclusión de estos votos puede haber generado realmente una diferencia clave en el resultado de la elección.
GREG PALAST: Fuimos a ver al secretario de Estado y su portavoz nos dijo que los votos que faltan en Detroit simplemente son de personas que se pusieron en la fila pero no querían votar para presidente.
FRED WOODHAMS: O sea, creo que si nos fijamos en los índices de desaprobación reportados por los candidatos de los dos principales partidos, probablemente el resultado no sea tan sorprendente.
GREG PALAST: Pero volviendo a Detroit encontramos otra explicación. Algunos de los votos que faltan, se perdieron cuando 87 de las máquinas que contaban las boletas dejaron de funcionar. Carlos García es especialista en medios de la Universidad estatal de Michigan y vio lo que pasó con las máquinas.
CARLOS GARCÍA: La votación comenzaba a las 7:00 am, ahí ya la máquina no funcionaba. A las 9:15 am trajeron una máquina de reemplazo. Y fue reemplazada a eso de las 9:30. La gente que fue a votar entre esas horas y no esperó que cambien la máquina, sus votos quedaron en la parte inferior en la urna.
GREG PALAST: Y no fueron escaneados por la máquina.
CARLOS GARCÍA: Así que cuando empezó a funcionar la máquina nueva con la gente que estaba esperando para escanear su voto, nadie sacó los votos no escaneados de la máquina. Y las nuevas boletas escaneadas fueron cayendo sobre aquellas que no habían sido contadas.
GREG PALAST: Esos votos no fueron contados. La activista Anita Belle.
ANITA BELLE: Había sólo 50 boletas en la urna. Un desastre total, ¡desastre total!
GREG PALAST: ¿Cómo fue que Detroit se metió en este desastre con máquinas que destruyen los votos? Las autoridades del estado, en manos del partido republicano, tomaron el control directo del gasto público en Flint y Detroit. ¿Resultado? Envenenamiento del agua en Flint y en Detroit, envenenamiento del sistema de votación.
DRA. JILLl STEIN: Si usted vota en un distrito blanco, suburbano, de clase adinerada, no tiene de qué preocuparse, su voto será validado; usted puede votar con confianza y saber que no habrá ningún problema. Pero si usted es afroestadounidense, ni siquiera tiene derecho a preguntar por su voto.
GREG PALAST: Y además, están los votantes que directamente no pudieron llegar a emitir su voto.
DRA. JILL STEIN: Ya sea por el caos… bueno, porque algunos centros de votación están cerrados y otros cambian de lugar, y se generan todo tipo de confusiones. O sea, para empezar, mucha gente tuvo que votar con boletas provisorias, o fue excluida del padrón de votantes por el sistema de verificación interestatal de padrones.
GREG PALAST: El sistema de verificación interestatal es una lista creada por un agente de Donald Trump, Kris Kobach, para perseguir y encarcelar a la gente que votara ilegalmente o se registrara para votar en dos estados a la vez.
FRED WOODHAMS: Michigan, al igual que otros estados, participa en el sistema de verificación interestatal, de modo que se comparan las listas para encontrar votantes que puedan estar registrados también en otro estado.
GREG PALAST: ¿Sabe cuántos nombres hay en esta lista?
FRED WOODHAMS: Hay muchísimos nombres.
GREG PALAST: Hay muchísimos nombres. Sí, yo diría que son un montón de nombres. Aquí está la lista de Michigan: hay 499,092 michiganenses en esta lista de sospechosos.
FRED WOODHAMS: Mm-hmm.
GREG PALAST: ¿Esto es para evitar el fraude o para evitar los votos?
FRED WOODHAMS: Es para limpiar los padrones de votantes y garantizar…
GREG PALAST: Bueno, ¿por qué, o sea…
FRED WOODHAMS: …que el sistema no sea vulnerable al fraude.
GREG PALAST: … o sea, ¿usted cree que en Michigan hay fraude?
FRED WOODHAMS: Bueno, hemos tomado medidas agresivas para eliminar las vulnerabilidades y cerrar las grietas por donde podría entrar el fraude.
GREG PALAST: Bueno, la parte agresiva me queda clara. Aquí dice Michael Bernard Brown…
FRED WOODHAMS: Mm-hmm.
GREG PALAST: … y se supone que es la misma persona que Michael Anthony Brown. Y se supone que el votante Michael Timothy Brown es la misma persona que Michael Johnnie Brown.
FRED WOODHAMS: Mm-hmm. Y es verdad lo que dices de, bueno, seguro que hay algunos falsos positivos que tendríamos que ver. Pero realmente lo revisamos a fondo, no es que borramos a la gente así nomás.
GREG PALAST: Expertos en estadística han examinado esta lista y ven que las minorías están fuertemente sobreponderadas, porque está utilizando… bueno, es básicamente una lista de nombres comunes para ciertos grupos.
FRED WOODHAMS: No podría decirlo.
GREG PALAST: Michael Brown. José García.
FRED WOODHAMS: Mm-hmm.
GREG PALAST: ¿Se imagina que esto puede traer problemas, en cuanto a…
FRED WOODHAMS: No sabía que el nombre Brown se identificara con una raza particular.
GREG PALAST: Es común… Bueno, ¿usted sabía que Brown es un nombre común en Estados Unidos y entre la gente negra?
FRED WOODHAMS: Es un nombre muy común.
GREG PALAST: Es un nombre negro muy común en Estados Unidos, ¿verdad?
FRED WOODHAMS: He conocido un montón de Browns blancos.
GREG PALAST: Donald Trump apoya a Kris Kobach y su cruzada de instalar la verificación interestatal en Michigan. Stein no lo acepta.
DRA. JILL STEIN: Si de verdad cree que Michael Louis Brown es la misma persona que Michael James Brown, está confundido. Y el pueblo estadounidense no debería dejarse engañar por él de ninguna manera. Lo que sucede es lo contrario de lo que él está diciendo: no se trata de gente que está votando ilegalmente o de manera fraudulenta, sino de votantes realmente legítimos que se han visto impedidos de ejercer su derecho al voto por Kris Kobach y Donald Trump. Y su afirmación de que hay votantes fraudulentos que han afectado el resultado de esta elección, no tiene ninguna legitimidad. Lo que hay es un sistema al estilo Jim Crow, que debe ser enmendado. No es nada del otro mundo, se trata de democracia pura y dura. Y la gente de Detroit asume esto con tanta motivación, firmeza y dignidad. Creo que son un ejemplo para llevar esta lucha a todo el país.
GREG PALAST: Así que el recuento de votos avanzaba a pesar de las dificultades, descubriendo votos y votantes que faltaban, en cantidades que podían cambiar la presidencia. Entonces, los republicanos se lanzaron apresuradamente a detener completamente el recuento. Wisconsin, Pennsylvania y Michigan mismo… aunque estemos bastante al norte de la línea Mason-Dixon, aquí las elecciones parecen estar todavía en manos de Jim Crow. Soy Greg Palast reportando para Democracy Now!
AMY GOODMAN: Y ahora, desde Washington D.C., nos acompaña el periodista Greg Palast, de la revista Rolling Stone. Su nueva película se titula: “The Best Democracy Money Can Buy” (La mejor democracia que el dinero puede comprar). Entonces, Greg, ¿qué es lo que más te ha sorprendido en esta última investigación que has hecho en Michigan?
GREG PALAST: Bueno, mira, la gente está tratando de ver qué nos hicieron los rusos, pero lo cierto es que tuvimos una votación al estilo de Jim Crow. Por ejemplo, Trump ganó en Michigan por menos de 11.000 votos. Parece que hubo alrededor de 55.000 votantes, principalmente de sectores disidentes, eliminados por este sistema racista de verificación interestatal. Además, se interrumpió… incluso antes del dictamen judicial que ordenó detener completamente el recuento de votos en Michigan, los funcionarios republicanos del estado estaban saboteando completamente el recuento. En Detroit, donde había 75.335 boletas de votación para presidente que supuestamente estaban en blanco —75 mil— excluyeron del recuento de votos al 59% de los distritos, justamente las zonas donde estaba la mayor parte de los votos faltantes. Hubo 87 máquinas que estaban… que no funcionaron en Detroit. Cada una de ellas debía contar alrededor de mil boletas. Estamos hablando de una traba gigante para el voto negro en Detroit y Flint. Sin lugar a dudas, los votos que pudieron emitir o contar eran suficientes para dar vuelta el resultado de esta elección.
Y algo muy similar sucedió en Wisconsin, donde hubo, por ejemplo, muchísimos votos que se perdieron, miles de votos, en la zona de Milwaukee, otra zona con una importante densidad de población afroestadounidense. Y allí, en lugar de permitir un recuento humano de las boletas que supuestamente estaban en blanco, dijeron: “Ah, lo que hay que hacer es simplemente volver a pasar las boletas por las máquinas”. Es como apostar sobre la repetición de la jugada por T.V.; la jugada será exactamente igual. Simplemente volvieron a pasar las boletas por máquinas que no sirven. No se trata sólo de un mal sistema para el conteo de votos; se trata de un sistema que deja fuera los votos afroestadounidenses. Y Amy, quiero hacer hincapié en que aunque usemos el término “recuento”, en realidad estamos hablando de votos que nunca fueron contados, que en Michigan superan los 75.000. Muchas de las boletas que no fueron contadas, si se miran con el ojo humano, porque las máquinas… estas son máquinas terribles que no pueden leer los pequeños círculos marcados en la hoja de papel junto al nombre del candidato. Pero mirándolas con el ojo humano, es fácil decir a qué candidato presidencial votó esa persona.
Muchas máquinas anularon votos por considerar que se habían marcado los nombres de dos candidatos. La gente en general no hace eso. El ojo humano puede distinguir cuál es la marca. Pero la pregunta es: ¿dónde fueron emitidos estos votos que no se contaron? Son votos de zonas afroestadounidenses. De zonas como Dearborn, donde hay una importante densidad de población árabe-estadounidense, en zonas donde hay comunidades latinas. Así que, mientras se analiza el posible hackeo al sistema electoral electrónico, lo que tuvimos aquí fueron, en gran parte, acciones al viejo estilo de Jim Crow, o sea, algo que viene desde hace mucho tiempo. Y por cierto, mucho de esto viene como resultado de la destrucción y el descuartizamiento de la Ley de Derecho al Voto de 1965, en estas elecciones que son las primeras después de la reforma de esta ley. Así pues, lo que vimos… Jill Stein lo dijo de manera acertada: que esperaba ver muchas situaciones de hackeo y lo que encontró fue, en sus propias palabras, una elección a lo Jim Crow.
AMY GOODMAN: Para terminar, sólo nos queda un minuto, ¿qué crees que debería suceder ahora?
GREG PALAST: Bueno, necesitamos un movimiento como el de Standing Rock en el ámbito electoral. Tenemos que reiniciar el movimiento por el derecho al voto. Especialmente ahora que Jeff Sessions va a ser el fiscal general; tenemos que empezar ahora las investigaciones sobre esto. Estoy en Washington porque la organización asiática-estadounidense 18 Millon Rising y el Representante Hastings del bloque negro del Congreso han presentado al departamento de Justicia 50.000 firmas para solicitar que, por favor, se abra una investigación sobre este sistema racista de verificación interestatal creado por agentes de Donald Trump, que se implementó en 30 estados excluyendo votantes de comunidades asiáticas-estadounidenses, latinas y afroestadounidenses. Y están pidiendo que por favor abran ahora la investigación, antes de que cambien las autoridades del departamento de Justicia y se convierta tal vez en un departamento de Injusticia.
AMY GOODMAN: Te damos las gracias, Greg, por tu informe. Escuchamos al reportero de la revista Rolling Stone Greg Palast. Su nueva película se titula: “The Best Democracy Money Can Buy”(La mejor democracia que el dinero puede comprar) y está basada en su libro original homónimo. Seguimos en Democracy Now! Después de la pausa, hablaremos de otro de los nombramientos de Trump. Quédate con nosotros.
Traducido y editado por Verónica Gelman, Linda Artola y Democracy Now! en Español