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El mundo llora la pérdida de Prince, influyente sensación musical enormemente reconocida. Prince murió el jueves en su casa en Minnesota a la edad de 57 años. Su trabajo abarcó el funk, el rock y el jazz, lo grabó y lo distribuyó en sus propios términos y una vez escribió la palabra “esclavo” en su mejilla, en señal de protesta contra el trato que recibió de la empresa Warner Brothers. “Cuando pienso en el trabajo realizado en torno a raza, género e identidad al día de hoy, me doy cuenta de que ver a Prince fue una de las primeras veces que vi a alguien rehusarse a vivir en un sistema binario”, afirma Steven Thrasher, cuyo nuevo artículo se titula “Prince broke all the rules about what black American men should be” (Prince rompió todas las reglas de cómo deberían ser los hombres negros estadounidenses). “Cuando se puso el nombre del artistas antes conocido como Prince, o más bien, cuando usó ese símbolo, en realidad se rehusaba a jugar el juego que la sociedad le había planteado”. También hablamos con Winston Grady-Willis, fanático de Prince de toda la vida y profesor y titular de estudios africanos y afroestadounidenses de la Universidad Estatal Metropolitana de Denver.
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