Entre 2009 y 2011, Shane Bauer fue uno de los excursionistas estadounidenses encarcelados durante casi dos años en una prisión iraní. El año pasado, regresó a la cárcel, pero esta vez como un periodista encubierto que se hizo pasar por guardia en una prisión privada en Louisiana. En un nuevo e impresionante artículo de denuncia de la revista Mother Jones, Bauer narra los cuatro meses que pasó trabajando encubierto como guardia en el Correccional de Winn, en Luisiana. Winn es la prisión privada de mediana seguridad más antigua en el país y se ubica en un estado que resalta por tener las tasas más altas de encarcelamiento del mundo; más de 800 presos por cada 100.000 habitantes. Durante la investigación realizada por Bauer, Winn era dirigido por la empresa Corrections Corporation of America, la segundo mayor operadora de prisiones privadas del país. En su relato, Bauer ofrece una perspectiva nunca antes contada de la industria de las prisiones con fines de lucro, exponiendo situaciones que van desde la violencia entre los presos hasta la mala atención médica general y mental, incluso para los presos más enfermos, la mala gestión y la falta de capacitación para el personal.
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